Vacaciones frente al estrecho de Taiwán

María Puerto EL MUNDO A LOS CUATRO VIENTOS CHINA

INTERNACIONAL

M. PUERTO

Xiamen es el punto de China más cercano a la isla que reclama Pekín

11 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La isla de Xiamen, en la costa del sur de China, es uno de los principales destinos turísticos para la población del país. Las playas y el clima subtropical son parte de su atractivo, pero es especialmente su arquitectura colonial, bastante bien conservada, lo que la convierte en un destino favorito para las lunas de miel. Las palmeras, la arena de las playas, las grandes villas de estilo colonial y un casco antiguo que recuerda a una ciudad portuguesa son un decorado perfecto para las fotos de boda, que en China son casi más importantes que la ceremonia.

Xiamen también tiene otro atractivo menos romántico: es el lugar de China continental en que más cerca puedes estar de Taiwán. Frente a sus costas, a escasos tres kilómetros se encuentran los primeros islotes del archipiélago de Kinmen, también conocido como Quemoy, que pertenecen a Taiwán y que se divisan sin problemas.

Esta cercanía ha sido explotada turísticamente. Antes de la pandemia, los chinos podían coger un ferri a Kinmen y pasar el día allí. Se calcula que entre el 2001 y el 2020 unos 20 millones de chinos disfrutaron de la experiencia. Pero el covid interrumpió el servicio y de momento no se ha recuperado regularmente. La tensión política y militar entre los dos lados del estrecho de Taiwán no ayuda.

Una de las atracciones de Xiamen es visitar los restos de la antigua fortaleza Hulishan. Es un vestigio de la dinastía Qing, que protegía las costas de piratas y de los sucesivos invasores, incluidos los europeos, como los holandeses de la Compañía de las Indias Orientales.

Frase de Sun Yat-sen

Ahora el enemigo está frente a la costa, los grupos de turistas chinos hacen cola ante unos prismáticos que por escasos yuanes te permiten ver una isla taiwanesa. Enfocan una frase en grandes letras rojas: «Tres principios del pueblo: nacionalismo, democracia y bienestar social». Es una sentencia conocida de Sun Yat-sen y un mensaje respetado a los dos lados del estrecho. Sun Yat-sen (1866-1925) fue el primer presidente del país, tras la revolución que acabó con el derrocamiento de la dinastía Qing, y se le considera el padre de la China moderna. También fue el fundador del partido nacionalista Kuomintang, cuyas fuerzas se replegaron a Taiwán tras perder la guerra civil contra el ejército comunista de Mao Zedong en 1949.

Desde la otra orilla, los taiwaneses pueden ver los grandes rascacielos de la moderna Xiamen y leer también un mensaje en la costa: «Un país, dos sistemas, para la reunificación». Una frase que, tras la represión de Hong Kong, no seduce mucho a los taiwaneses.

Xiamen históricamente se conocía como Amoy (en el dialecto hokkien de la zona). Ha sido durante siglos un puerto importante y fue uno de los primeros abiertos al comercio con los extranjeros.

No es una isla pequeña y paradisíaca, su población ronda los cinco millones de personas y su puerto ocupa el puesto 17 del ránking mundial en tráfico de contenedores. En la actualidad se puede considerar una península, ya que está unida por puentes, túneles y terreno ganado al mar a la provincia de Fujian.

Pero, además de su centro antiguo, con porches y restaurantes de pescado, conserva un gran tesoro: la cercana isla Gulangyu, pegada a su costa y de escasos dos kilómetros cuadrados de superficie. En 1903 se convirtió en un asentamiento para extranjeros y en este pequeño espacio estaban las embajadas, bancos, aseguradoras, escuelas, hospitales y clubes deportivos de los países que comerciaban con China.

Seguramente porque era un enclave aislado sobrevivió a la Revolución Cultural. En la actualidad es una isla peatonal con cerca de un millar de edificios conservados, muchos de ellos grandes mansiones. También hay museos, incluido uno dedicado al piano con una gran colección que recuerda que en el siglo pasado en la isla había más de 200.