Un frente abierto para Joe Biden en Oriente Próximo

M. Palacio N. YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El presidente Joe Biden.
El presidente Joe Biden. JONATHAN ERNST | REUTERS

La crisis que han abierto los ataques de Hamás contra Israel ha sido del todo imprevista para el ejecutivo norteamericano

16 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La estrategia para Oriente Próximo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, marcada por unos años de calma relativa en la región, ha quedado obsoleta tras el estallido del conflicto entre Israel y Hamás. Este nuevo contexto tiene el potencial de poner a prueba al ejecutivo de EE.UU. en la arena intencional, pero también en la doméstica, y de complicar la política exterior norteamericana en la región y las ayudas a Ucrania en su guerra contra Rusia.

La crisis que han abierto los ataques de Hamás contra Israel ha sido del todo imprevista para el ejecutivo norteamericano. Solo una semana antes de que los milicianos de Hamás cruzaran a territorio israelí, el Consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, afirmaba que la región estaba «más tranquila» de lo que había estado en los últimos 20 años.

Una apuesta sin riesgo

Biden se encuentra, así, ante una necesidad sobrevenida: demostrar que el apoyo de su país a Israel mantiene el vigor de siempre, sin arriesgar los últimos avances de la diplomacia norteamericana en la zona. Una necesidad que nace del carácter histórico de la alianza entre Washington y Tel Aviv, pero también del elevado número de judíos o descendientes de judíos que residen en EE.UU. Y, por si fuera poco, también de que su rival en las elecciones, Donald Trump, fue muy generoso con Israel durante su presidencia, con gestos como el reconocimiento de Jerusalén como capital del país.

Además, de cara al 2024, el voto judío en Estados Unidos podría reflejar la gestión de Joe Biden de la crisis en Oriente Próximo. Un voto que, según el último dato del Pew Research Center, del 2020, era mayoritariamente (70 %) demócrata, y en el que solo se saldrían de la norma los judíos ortodoxos (un 10 % del total), con un 75 % identificándose como republicanos.

Biden ha querido reafirmar su apoyo a Israel con un discurso ante los líderes de la comunidad judía en el que afirmó que su compromiso con la seguridad del Estado israelí es «inquebrantable». Y aseguró que «sin Israel, ningún judío en el mundo estaría seguro del todo». También se dirigió a los judíos norteamericanos, a los que aseguró que su Gobierno tomaría medidas para garantizar su seguridad dentro de los EE.UU.

Ahora, Oriente Próximo se suma a una lista de prioridades en materia de política exterior que hasta el momento contenía solo dos asuntos: China y Ucrania. Unas prioridades que ahora podrían cambiar, teniendo, sobre todo, consecuencias nefastas para Kiev. Más ahora que la oposición republicana está cada vez más convencida de la necesidad de limitar su apoyo contra la invasión rusa.