Fito, el cerebro de la crisis de violencia que asfixia a Ecuador

Maria Rego MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

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José Adolfo Macías, el narco más peligroso del país, se esfumó de la cárcel de Guayaquil donde cumplía una condena de 34 años por delitos como robo, tenencia de armas o asesinato

19 ene 2024 . Actualizado a las 09:34 h.

Nadie sabe dónde está José Adolfo Macías Villamar desde el 7 de enero. El narco más peligroso de Ecuador, y líder de la sanguinaria banda de Los Choneros, se ha esfumado de la cárcel regional de Guayaquil donde cumple condena desde hace más de una década. No es la primera vez que lo hace -en 2013 se fugó con otros presos- pero su huida ha revelado esta vez la existencia de «filtraciones» en las instituciones del país andino. Fito, como se conoce a este criminal con más de una decena de procesos judiciales a sus espaldas, desapareció horas antes de que se llevara a cabo una redada en el centro penitenciario. Ahora lo buscan en torno a 3.000 policías y militares y el Gobierno ha declarado el estado de excepción ante la creciente inseguridad. Todas las sospechas apuntan a Fito como el cerebro de la crisis de violencia (agentes secuestrados, más de diez muertos, decenas de detenidos por actos terroristas...) desatada en las últimas horas en la nación.

La alarma saltó el domingo cuando la operación que se desarrollaba en la prisión de Guayas -donde conviven más de 12.000 reos- desveló que este «delincuente con características sumamente peligrosas» no se encontraba en su celda. La redada permitió decomisar teléfonos móviles, enchufes, armas blancas... pero quedó empañada por la desaparición de Fito, de 44 años, cuya fama saltó en verano al resto del mundo tras el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio en plena campaña. Unos días antes, desde la propia prisión, el jefe de Los Choneros le había amenazado. Entonces fue trasladado a un área de máxima seguridad rodeado por más de 2.000 agentes, y en mitad de casi un motín de sus compañeros que se negaban a su reubicación, lo que da idea del respeto que levanta a su paso y del poder que atesora hasta el punto de haber puesto al país en jaque desde su desaparición.

Miles de sicarios

Fito ha llegado a tener a miles de individuos (entre 12.000 y 20.000 en el mejor momento de la banda) bajo su mando como cabecilla de Los Choneros, un puesto que asumió tras el asesinato del anterior jefe, Jorge Luis Zambrano, alias Rasquiña. Su ascenso lo convirtió en uno de los criminales más buscados de Ecuador, como ahora, con la diferencia de que esta vez ha burlado al sistema en su cara. El secretario de Comunicación del Gobierno ecuatoriano, surgido de las elecciones de 2023 marcadas por una violencia jamás vista, reconocía este lunes que el nivel de penetración de los grupos criminales en las instituciones públicas es «muy grande». «Lo más probable es que se dieron filtraciones y fue cuestión de horas», explicó Roberto Izurieta en Teleamazonas sobre la casualidad de que la fuga se produjera justo antes de la redada.

Alianzas con el cártel de Sinaloa

Las autoridades tardaron unas quince horas en detectar la huida de Fito, que tiene experiencia en esfumarse de prisión. En febrero del 2013 permaneció diez meses en paradero desconocido sin que nadie supiera explicar cómo había salido de la cárcel La Roca junto a otros quince miembros de Los Choneros. Pero no parece que resulte muy complicado para alguien que durante años se ha manejado en los bajos fondos. El líder de esta banda que ha tejido alianzas con el cártel mexicano de Sinaloa -de hecho, el grupo funciona como su brazo operativo en Ecuador- y con disidencias de las FARC arrastra 14 procesos judiciales. Por robo, delincuencia organizada, tenencia de armas, asesinato... La máxima sentencia que pesa sobre él, y que cumplía ahora en Guayaquil, es de 34 años.

El Ejecutivo ecuatoriano ha asumido tras la fuga que el sistema penitenciario del país «es fallido». Una de sus primeras decisiones tras conocer lo ocurrido es convocar un consejo de seguridad de emergencia, encabezada por el presidente, Daniel Noboa, pero «entrar a las cárceles con un sistema fallido como tenemos es una muestra de enorme valor, una muestra logística muy compleja», ha advertido Izurieta, que ha destacado que los agentes implicados en el operativo «arriesgan su vida». Las autoridades han expresado su «convencimiento» de que darán con Fito. Mientras tanto, con Ecuador en estado de excepción y situación de «conflicto armado interior» declarados por el mandatario, «la búsqueda continúa».