Cerca de 150.000 personas defienden simbólicamente el Reichstag berlinés contra la ultraderecha
INTERNACIONAL
El plan era formar una cadena humana en torno a la sede parlamentaria, bajo el lema «Nosotros somos el cordón sanitario»
03 feb 2024 . Actualizado a las 18:55 h.Una marea humana 'defendió' este sábado simbólicamente el Reichstag berlinés, la histórica sede del Parlamento alemán, frente al auge de la ultraderecha. Fueron unas 150.000 personas, según cifras policiales, o hasta el doble, según los convocantes, unidos bajo el lema de «Nosotros somos el cordón sanitario» -o «cortafuegos», según traducción más o menos libre del término alemán Brandmauer.
El plan era formar una cadena humana en torno a la sede parlamentaria, para lo que se calculaba se precisarían unas 100.000 personas. Ante la gran afluencia de manifestantes y la imposibilidad de organizar ese cordón físico se optó por pedir a los concentrados que simplemente se unieran de la mano entre ellos para escenificar esa defensa del símbolo de la democracia parlamentaria actual que es el Reichstag. Acudieron personas de toda edad y condición, familias enteras con sus hijos y abuelos, así como ciudadanos de origen extranjero. Los convocantes eran organizaciones sindicales, medioambientales, humanitarias y hasta comunidades religiosas. Quedaron excluidos del apoyo explícito los partidos políticos, para tratar de brindar la máxima plataforma a unas movilizaciones surgidas de la sociedad.
La de Berlín fue la mayor entre las 150 convocatorias lanzadas este fin de semana en todo el país. Siguió a las anteriores movilizaciones que vienen registrándose en Alemania desde que salió a relucir la reunión celebrada en Potsdam (ciudad vecina a Berlín) por destacados neonazis. Acudieron a la cita algunos empresarios y también miembros de Alternativa para Alemania (AfD), partido que ocupa la segunda posición en intención de voto a escala nacional o incluso primera en la mitad este del país. En la reunión se abordó el plan para expulsar a millones de extranjeros, incluso personas de origen no alemán que adoptaron esa nacionalidad.
Con estas revelaciones lanzadas desde el portal de periodismo investigador Correctiv se ha generado en Alemania una especie de «despertar» entre los ciudadanos, ante lo que puede llegar a ocurrir si AfD llega a posiciones de poder. Hasta ahora, ese partido está políticamente aislado, ya que el resto del espectro parlamentario lo rechaza como aliado. Sin embargo, han aparecido dos nuevos partidos que representan también, desde perspectivas distintas, la línea dura en materia migratoria.
Uno es una escisión de la Izquierda, liderada por la mediática Sahra Wagenknecht; el otro es la denominada Unión de Valores, que se ha disgregado del bloque conservador y que comanda el exjefe de los servicios secretos Hans-Georg Maassen. Varios miembros de la Unión de Valores asistieron a la reunión de Potsdam.
Las manifestaciones contra la ultraderecha han adoptado como lema más generalizado el Nie wieder -Nunca más-, un clamor que viene usándose desde hace décadas como alerta contra el neonazismo y para recordar la monstruosidad del régimen de Adolf Hitler. Ahora ha cobrado dimensiones nacionales, ante el empuje electoral atribuido a la AfD.
Por primera vez en meses, los últimos sondeos semanales de la televisión pública ARD han reflejado un descenso de hasta tres puntos en intención de voto para la AfD, que se sitúa ahora en el 19 %. Sin embargo, esa teórica pérdida de empuje no tiene por qué atribuirse al aludido «despertar» derivado de la reunión de Potsdam. Puede deberse a la aparición del partido de Wagenknecht, que puede reclutar votos de la ultraderecha por su línea contra el asilo. Respecto a la Unión de Valores no hay aún pronósticos claros, puesto que este partido está aún pendiente de formalizarse como tal.
La primera posición a escala nacional en intención de voto sigue en poder del bloque conservador o derecha moderada, mientras que el tripartito de la coalición de gobierno de Olaf Scholz -socialdemócratas, verdes y liberales- sigue bajo mínimos.