El Kremlin apunta a Ucrania como cómplice del atentado

r. m. mañueco MOSCÚ / COLPISA

INTERNACIONAL

Reuters

El presidente ruso demoniza a Kiev para justificar la invasión lanzada hace más de dos años

24 mar 2024 . Actualizado a las 13:33 h.

Pese a que el atentado en el Crocus City Hall ha sido reivindicado por el Estado Islámico y a que, por el momento, no hay prueba alguna de la implicación de Kiev, el mensaje difundido ayer por Vladimir Putin estuvo dirigido a demonizar una vez más a Ucrania, en un nuevo intento de justificar y legitimar la ofensiva lanzada hace poco más de dos años.

En su discurso televisado, el presidente ruso dijo que «los cuatro autores directos del ataque terrorista, todos los que dispararon y mataron a personas, fueron encontrados y detenidos. Intentaron esconderse y se dirigían hacia Ucrania, donde, según datos preliminares, les habían preparado una ventana para cruzar la frontera». Sin embargo, sorprendentemente, los terroristas fueron interceptados cerca de Bielorrusia. Además, según señalan expertos, debido a los constantes ataques del Ejército de Kiev en muchos puntos de la línea de demarcación, los terroristas no hubieran podido pasar de Rusia a Ucrania porque es impenetrable, está protegida por barreras, alambre de espino, campos minados y observación permanente con cámaras. Moscú ha creado una barrera infranqueable.

El Complejo Crocus City Hall, donde se produjo el atentado, está situado en las afueras de Moscú
El Complejo Crocus City Hall, donde se produjo el atentado, está situado en las afueras de Moscú

La publicación digital disidente rusa Meduza, con sede en Riga (Letonia) y considerada por el Kremlin «agente extranjero», afirmó que se ha exigido a los medios estatales que culpen a Ucrania. Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Kiev desmintió cualquier vinculación con el atentado y denunció «una provocación planificada por el Kremlin para avivar aún más la histeria antiucraniana en la sociedad rusa y crear las condiciones para promover más movilizaciones para la agresión criminal contra nuestro Estado y desacreditarnos ante los ojos de la comunidad internacional».

133 muertos, entre ellos 3 niños

El balance provisional de víctimas se elevó este sábado, según el Comité de Instrucción, a 133 muertos, entre ellos tres niños. Las personas hospitalizadas, de acuerdo con las informaciones de la viceprimera ministra, Tatiana Gólikova, son 107.

En cuanto a la identidad, no revelada oficialmente, de los presuntos asesinos, el canal de Telegram Baza difundió cuatro nombres: Majmadrasul Nasridínov, Rivozhidin Ismónov, Shojindzhoni Safolzoda y Rustam Nazárov. Y aseguró que todos tenían nacionalidad de Tayikistán y huyeron a bordo de un Renault Symbol blanco. Otras fuentes sostuvieron que eran rusos, extremo que desmintió el Ministerio del Interior. Lo cierto es que después desaparecieron de la lista Nazárov, Nasridínov e Ismónov. Quedó solamente Safolzoda. Resulta que el primero, Rustam, estuvo todo el viernes con su familia en casa, vio su foto entre los buscados y llamó él mismo a la Policía. El automóvil utilizado en el atentado lo vendió hace dos años, tal vez por eso apareció entre los investigados. Ismónov y Nasridínov se hallan en Tayikistán desde el 26 de noviembre. De modo que los terroristas resultaron ser supuestamente Safolzoda, un tal Muha­mmadsobir Faizov y otros dos de identidad desconocida.

Fotografías del vehículo con los terroristas en su interior fueron difundidas tras el atentado, algo que ellos hubieran podido comprobar en las redes sociales o canales de Telegram. De ahí que resulte extraño que se hubieran aventurado a viajar tantos kilómetros en un coche detrás del que estaban todas las fuerzas de seguridad de Rusia.

«El automóvil no se detuvo cuando la Policía le dio el alto y durante la persecución se inició un tiroteo. Un terrorista fue detenido de inmediato y el resto huyó al bosque» en la región de Briansk, declaró el diputado Alexánder Jinshtéin. Luego, se procedió a su captura.

Por 5.000 euros

Fragmentos de los interrogatorios se difundieron en vídeos apócrifos. Todos los terroristas mostraban heridas y hematomas. A uno de ellos le cortaron una oreja mientras yacía en el suelo, esposado y boca abajo para luego hacérsela comer. Otro de los terroristas dijo que actuó por dinero, a cambio de medio millón de rublos (5.000 euros) y aseguró no saber quién lo reclutó. En la operación participaron el grupo de fuerzas especiales checheno Ajmat, agentes del FSB, policías y unidades de la Guardia Nacional rusa. Otros siete presuntos implicados en el ataque fueron detenidos.