El Supremo de EE.UU. delibera sobre Trump a la vez que pierde legitimidad

Miguel Palacio NUEVA YORK

INTERNACIONAL

El juez Samuel Alito es uno de los magistrados salpicados por los escándalos.
El juez Samuel Alito es uno de los magistrados salpicados por los escándalos. JIM LO SCALZO | EFE

Varios escándalos sacuden a miembros del tribunal y a sus familiares

17 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El Tribunal Supremo de Estados Unidos está en entredicho. El máximo órgano judicial del país, en el que hay una amplia mayoría conservadora, después de retirar la protección constitucional del aborto el año pasado, ha levantado ampollas en los últimos meses por la conducta de varios de sus miembros. En las próximas semanas, está previsto que la corte se pronuncie sobre la posible inmunidad presidencial de Donald Trump.

El primer escándalo de los últimos años salpicó en el 2023 a uno de los actuales miembros de la corte, el juez Clarence Thomas. Magistrado del Supremo desde 1991, durante más de dos décadas, Thomas habría recibido una cantidad considerable de regalos de Harlan Crow, un donante republicano de Texas. Unos regalos entre los que había vacaciones a bordo del yate de Crow, desplazamientos en su jet privado o estancias en un resort de lujo de su propiedad. Unos regalos que, según una investigación del medio ProPublica, el texano habría realizado casi todos los meses durante más de veinte años.

Además, Thomas habría omitido todos estos regalos en sus declaraciones financieras. Solo tras haberse hecho pública esta relación especial con Crow, el magistrado habría confesado que había disfrutado de su «hospitalidad» a lo largo de los años.

Más viajes

La segunda toga que ha terminado calada por las aguas de los escándalos ha sido la del magistrado Samuel Alito. Alito, nombrado en el 2006 por George W. Bush, también está en la picota por aceptar viajes de lujo a cuenta de donantes republicanos. Además, en los últimos meses, el magistrado se ha visto envuelto en una nueva polémica después de que se hiciese público que en el 2021, tras el asalto al Capitolio, su esposa, Martha Ann Alito, exhibió una bandera en el hogar de ambos en Virginia. La bandera en cuestión está asociada con la defensa de la narrativa de que Joe Biden no ganó las elecciones del 2020 limpiamente.

Según el magistrado, este hecho fue una decisión exclusiva de su esposa «en respuesta a un vecino que colgó carteles criticables e insultantes». El escándalo de los Alito ha crecido en las últimas semanas después de que Lauren Windsor, una realizadora de cine progresista, les grabase con cámara oculta a ambos durante un evento en Washington. En las grabaciones se puede oír a Samuel Alito afirmando que EE.UU. tiene que volver a ser un lugar de «devoción» religiosa. Además, sostiene que la dicotomía entre izquierda y derecha en el país no da lugar a compromisos y que «uno u otro lado ganará». Una serie de posturas incompatibles con la noción de que el tribunal encargado de dirimir cuestiones constitucionales debe ser imparcial.

Pero quizá las grabaciones más preocupantes son las de su mujer, que afirmó que la controversia de las banderas responde a la agenda de las «feminazis» y que su decisión de colgar estandartes de ideología de extrema derecha estuvo motivada por una bandera del orgullo LGTBI colgada por unos vecinos. En las grabaciones dice, además, que cuando alguien hace algo como eso «uno no se enfada, se venga».

En las próximas semanas, el máximo tribunal está destinado a decidir sobre la posible inmunidad de Donald Trump frente a las imputaciones por delitos cometidos mientras ocupaba la Casa Blanca. Una cuestión que puede terminar siendo polémica y que llega cuando el Tribunal Supremo está inmerso en su mayor crisis de legitimidad de las últimas tres décadas, con más del 54 % de los estadounidenses que consideran que su visión del tribunal es negativa.