Zelenski, en busca de colaboración mundial para que Ucrania llegue a una «paz justa»
INTERNACIONAL
Dirigentes de todo el mundo se reunieron en Suiza, con la ausencia de Rusia y China
15 jun 2024 . Actualizado a las 22:49 h.«Escribiremos aquí una página de la historia», aseguró el sábado el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en la apertura de la conferencia de paz en Suiza que durante dos días reunirá para buscar la paz a mandatarios, altos representantes o ministros de casi un centenar de países, pero no a Rusia. «Solo hay una persona interesada en esta guerra. Y es [Vladimir] Putin», insistió durante el encuentro que se celebra en el lujoso complejo hotelero de Bürgenstock, cerca de Lausana. La cita busca allanar el camino hacia una hoja de ruta que, posteriormente, incluya también a Rusia.
En el precioso paraje se congregaron representantes no solo de Europa, sino de todo el mundo y sobre todo de zonas de influencia sobre el conflicto, destacó Zelenski. Entre ellos, una serie de países que no son precisamente aliados de Kiev, sino a los que se atribuye cercanía con Rusia, como la India, mientras que otros mantienen una actitud ambigua hacia el Kremlin, principalmente el llamado «sur global». China rehusó participar y el presidente estadounidense, Joe Biden, envió a su vicepresidenta, Kamala Harris.
«Esperamos una paz justa lo antes posible», insistió Zelenski. «Todo lo que se acuerde en la cumbre formará parte del proceso», añadió. El dirigente ucraniano afirmó que presentaría propuestas de paz a Rusia una vez acordadas por la comunidad internacional. Pero sobre su declaración planeaba el impacto causado entre sus aliados occidentales por el discurso televisado de Putin, la víspera, en que exigió la rendición de Ucrania.
Mientras en Suiza se buscaba trazar al menos una hoja de ruta para una futuro proceso de paz que sí incluya al país agresor, el líder del Kremlin calificó la reunión de «cortina de humo» o «truco» para desviar la atención sobre la situación en el conflicto. Exigió como condición previa que Kiev inicie la retirada de sus tropas de las zonas del este y el sur del país, y que renuncie a sus aspiraciones a ingresar en la OTAN. Zelenski y EE.UU. rechazaron de inmediato el «ultimátum» de Putin.
Las exigencias del Kremlin, asimismo, fueron denunciadas por varios líderes occidentales, entre ellos el canciller alemán, Olaf Scholz, quien imputó a Putin un propósito de «confundir» y «cegar» a la opinión pública.
«Garantía de neutralidad»
La elección de la Confederación Helvética como sede es un «garante de neutralidad», según la presidenta Viola Amherd en una declaración de arranque conjunta previa al primer plenario. Amherd añadió que se prevén cumbres en las que participaría eventualmente Rusia, y que la actual permitirá «dar pasos concretos» hacia «una paz justa y duradera». «Podemos preparar el terreno para negociaciones directas entre las partes enfrentadas: para eso estamos aquí», sostuvo.
También su homóloga de Eslovenia, Natasa Pirc Musar, declaró que es necesario «hablar con el enemigo». «No podemos negociar la paz entre países con ideas afines», afirmó. La acompañaba en Bürgenstock el dirigente de Finlandia, Alexander Stubb, que indicó que Ucrania «llega a estas discusiones desde una posición de fuerza».
La Conferencia de Suiza se cerrará este domingo con un documento en que, se espera, se contemplen por lo menos objetivos tales como las garantías de seguridad nuclear, de suministros energéticos y alimenticios, así como de intercambios de prisioneros y retorno a Ucrania de los menores apresados y deportados por las tropas rusas.
El encuentro helvético pondrá fin a una intensa semana de contactos de Zelenski con sus principales aliados, pero también con esos otros países a los que se refirió la presidenta suiza, tanto de América Latina como de Asia.
Una larga gira
La ronda empezó en Berlín, con la Conferencia Internacional para la Reconstrucción (URC, en sus siglas en inglés) que se cerró el miércoles con un paquete de 110 acuerdos, por unos 16.000 millones de euros. De ahí siguió el líder ucraniano a Italia, donde participó en la cumbre del G7 y donde recibió de las siete grandes potencias el compromiso de un préstamo por 46.000 millones. Antes de partir hacia Suiza, fue recibido por el papa Francisco, quien aprovechó la reunión entre los poderosos para lanzar su mensaje de apoyo también a Kiev.