Netanyahu propone un plan de posguerra para Gaza con una administración civil palestina

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

INTERNACIONAL

Palestinos lloran junto al cadáver de una persona asesinada en Gaza.
Palestinos lloran junto al cadáver de una persona asesinada en Gaza. DAWOUD ABU ALKAS | REUTERS

El plan también contempla un programa de desradicalización y la contribución de países árabes para reconstruir la Franja

21 jun 2024 . Actualizado a las 20:58 h.

El futuro de Gaza empieza a estar sobre la mesa de Benjamin Netanyahu. Ayer, en una entrevista con el portal Punchbowl, el jefe del Gobierno israelí aseguró que la Franja de Gaza deberá tener una administración civil alejada de Hamás —que deberá ser destruido—, pasar por un proceso de desradicalización y coordinar el proceso con los países árabes, amén de asegurar que la comunidad internacional deberá reconstruir el territorio palestino.

«Creo que vamos a tener que tener una desmilitarización sostenida, que solo puede ser realizada por Israel contra cualquier intento terrorista que florezca. Tiene que haber una administración civil que gestione no solo la distribución de la ayuda humanitaria sino también la gestión de la vida cotidiana. Creo que es mejor hacerlo con la cooperación de un patrocinio interárabe y la asistencia de los países árabes», aseguró el primer ministro israelí en la entrevista, en la que además concretó que los procesos de «desradicalización» deberían empezar en «mezquitas y escuelas» para evitar que los niños «un futuro diferente al de aniquilar a Israel y matar a todos los judíos del planeta».

Hace meses ya se filtró un plan de postguerra para Gaza que se suponía proveniente de la oficina de Netanyahu, que nunca se oficializó y que trataba los mismos puntos, con los países del Golfo —Catar, Emiratos Árabes o Kuwait, entre otros— encargados de la reconstrucción y «modernización» de la Franja.

Brecha con los ultras

Es la primera vez que Netanyahu se pronuncia abiertamente sobre este asunto, que choca con las posiciones de sus socios ultras, los cuales buscan una anexión y control de Gaza y la expulsión de los palestinos a países vecinos. El primer ministro aumenta así la brecha con ellos para alejarse de las presiones políticas, del Ejército y la sociedad civil descontenta con su gestión.

Y respecto a las presiones de Hezbolá desde el Líbano, el líder del Likud también soslayó que necesita las armas bloqueadas por EE.UU. para poder «ganar esta guerra contra Hamás» y «disuadir una futura guerra en el norte con Hezbolá». Tanto la milicia chií como el Ejército israelí a se han preparado para un posible enfrentamiento directo.

Armenia reconoce a Palestina

Armenia se convirtió además este viernes en el país número 145 en reconocer a Palestina como Estado, lista a la que recientemente se han sumado Eslovenia, España, Irlanda y Noruega. El Ministerio de Exteriores armenio justificó su decisión en su interés por «el establecimiento de la paz y la estabilidad en Oriente Medio y de una reconciliación duradera entre los pueblos judío y palestino». Añadió que Ereván «siempre ha abogado por un acuerdo pacífico y exhaustivo del asunto palestino y la solución de dos Estados».

Este reconocimiento provocó que el embajador armenio en Israel fuera convocado para una reprimenda y el aplauso del presidente palestino, Mahmud Abás. Tel Aviv considera que el reconocimiento supone «un premio a Hamás» por los ataques del 7 de octubre. La comunidad armenia en Jerusalén está bajo el acoso de los ultraortodoxos por su fe cristiana.

El español al mando de la Finul aleja la opción de una guerra contra Hezbolá

Noemí Jabois

Beirut / Efe

El general de brigada español Guillermo García del Barrio, al mando de 3.500 de los cascos azules desplegados en el Líbano (Finul), no espera un repunte «significativo» de la violencia este verano, pese a los renovados temores al estallido de una guerra entre Hezbolá e Israel. El alto mando desgranó los entresijos de su misión durante una entrevista con Efe en la base Miguel de Cervantes de Marjayún, en el sur del Líbano, donde comanda a casi 650 militares españoles y al resto del sector Este de la misión de la paz de la ONU, conocida como FINUL.

Preguntado por los miedos surgidos en las últimas semanas a una guerra abierta entre Hezbolá e Israel, García afirmó que «en principio no se prevé una escalada mayor», si bien destaca que a finales de agosto termina la última extensión del mandato de la misión. «Correspondería hacer alguna nueva modificación, extensión o renovación de la citada resolución, y podría en algún caso producirse un leve repunte de la tensión en la zona para dar motivo a ese mantenimiento de la presencia de las Naciones Unidas en el sur del Líbano, pero no apreciamos o no esperamos un repunte significativo de la tensión actual», recalcó.

Según García, la Finul es vista como «esa línea muy delgada» que separa el escenario actual de uno de guerra abierta y considera su presencia como «fundamental» para que ese extremo «no llegue a producirse nunca». «Y realmente creemos que no se va a dar», zanjó.