Los ataques con drones de Ucrania fuerzan a Rusia a retirar sus barcos del mar de Azov

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

INTERNACIONAL

Un barco navega cerca del puente de Crimea.
Un barco navega cerca del puente de Crimea. ALEXEY PAVLISHAK | REUTERS

El abandono de las aguas afectará solo a las embarcaciones de superficie, pero abre la puerta a más incursiones en Crimea

25 jul 2024 . Actualizado a las 19:45 h.

La guerra en el mar se pone de parte de Ucrania. Mientras el frente del este sigue debatiéndose entre avances rusos y resistencia de Kiev, las fuerzas marítimas rusas se baten en retirada por la ola de ataques con drones contra los buques de Moscú, incapaces de hacer frente a las amenazas submarinas y dejando abierta la puerta para más operaciones de infiltración en Crimea.

Según pudo confirmar el portavoz de la Armada ucraniana, Dmitro Pletenchuk, en el mar de Azov «ya no hay ningún buque de guerra ruso» a consecuencia del ataque ucraniano al ferri ruso Slavyanin en el puerto Kavkaz de Krasnodar, en Rusia, hace tres días. Esta embarcación, que transportaba material militar, era clave para las líneas de suministro del Kremlin al tener la posibilidad de abastecer los territorios ocupados del sureste ucraniano, especialmente en Jersón.

Así pues, Pletenchuck señaló que la «limpieza» de buques, que sigue a la declarada en el mar Negro hace unas semanas, impide que las fuerzas rusas puedan lanzar misiles Kalibr para hostigar a las topas de Kiev. «Decidieron abandonar el mar de Azov. Observaron el mapa y la brújula y decidieron que probablemente no era seguro quedarse allí. El único lenguaje que entiende nuestro enemigo es el de la fuerza», señaló en redes sociales.

Con la ausencia de naves rusas de los mares ucranianos, Kiev puede recuperar sus operaciones de asalto a bases militares en Crimea, como venía haciendo hasta ahora, además de colgarse la medalla de haber acabado presuntamente con un tercio de los buques de guerra rusos.

Sin embargo, el portavoz de la Armada comentó también que las fuerzas de Moscú «empiezan a sospechar algo», en referencia a estas operaciones, y que por ello, es probable que Rusia opte por dejar submarinos en las aguas en conflicto. «En el mar Negro se observa un submarino del proyecto 136», añadió. Pletenchuck observó además que el Kremlin «no pueden permitirse el lujo de abandonar» el mar Negro, así que es muy probable que las embarcaciones de sus enemigos acaben recalando en puertos cercanos como el de Taganrog para realizar incursiones ocasionales para después retirarse.