Kurchátov, la central nuclear que Putin defiende con uñas, dientes y acusaciones dudosas

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Un niño ruso juega en uno de los refugios instalados en Kursk.
Un niño ruso juega en uno de los refugios instalados en Kursk. STRINGER | EFE

Zelenski se reúne con el Ejército en Sumi, fronteriza con Kursk, para abordar la situación en el frente y enviar ayuda humanitaria

23 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Las tropas ucranianas han tomado decenas de localidades en Kursk durante las últimas semanas, pero no se han acercado a la central nuclear de la región. Kiev rechazó así unas declaraciones que Vladimir Putin pronunció ayer, horas antes, en las que acusó a Ucrania de lanzar un ataque contra la planta atómica de Kurchátov el miércoles por la noche. El presidente ruso no dio más detalles al respecto.

«El escenario deseado por Rusia, según el cual las Fuerzas Armadas de Ucrania estarían atacando la central de Kursk (para acusarlas de terrorismo nuclear), no se sostiene», dijo el jefe del departamento de desinformación del Consejo de Seguridad y Defensa de Ucrania, Andrí Kovalenko, citado por la publicación Kyiv Independent. Kovalenko aseguró que «todo apunta a que Rusia está llevando a cabo por sí misma esta provocación».

Ucrania y Rusia llevan más de un año echándose la culpa mutuamente por los ataques a la central nuclear de Zaporiyia, en una zona ucraniana bajo control ruso desde los primeros días de la invasión. Estas mismas acusaciones cruzadas han empezado a repetirse ahora respecto a la central nuclear de Kursk.

Refugios de hormigón

Sean reales o no, las autoridades de Kursk empezaron ayer a instalar refugios de hormigón en la capital y anunciaron los mismos planes para la ciudad nuclear de Kurchátov. Según publicó en Telegram Alexéi Smirnov, gobernador interino, el jueves empezó la construcción en lugares de concentración como plazas públicas. También se instalarán esos refugios junto a las principales paradas de bus de Kursk, una ciudad con casi medio millón de habitantes.

Cerca de allí, los drones ucranianos siguieron golpeando objetivos militares. En la madrugada del jueves alcanzaron almacenes de bombas aéreas y combustible en la base de Marinivka, en la región rusa de Vologrado, informó el diario Ukrainska Pravda. «El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) se ocupa con precisión quirúrgica de los aeródromos desde los que el enemigo ataca el país. Cada logro reduce la superioridad aérea rusa y limita las capacidades de su aviación», declaró una fuente anónima a la publicación.

Volodímir Zelenski, por su parte, se desplazó ayer hasta la boca del lobo. En la región fronteriza de Sumi, a escasos kilómetros del territorio ruso, abordó con el Ejército la situación en Kursk. Según anunció el presidente en sus redes sociales, el jefe de las Fuerzas Armadas, Oleksandr Sirski, le informó de la toma de otra localidad, lo que ha logrado reducir aún más el número de ataques rusos contra Sumi. Antes de irse, Zelenski también habló con sus servicios de emergencias y organizó convoyes humanitarios para atender a los civiles de Kursk.

Después, con el anuncio de que los rusos habían tomado otra localidad en su avance hacia Pokrovsk, en Donetsk (frente este), Zelenski regresó a Kiev. Allí se reunirá hoy con el primer ministro de la India, Narendra Modi, el primer gran líder del Sur Global que viaja a Ucrania desde el principio de la guerra.

Su visita llega más de año y medio después de que el Gobierno ucraniano se marcara como prioridad diplomática ganarse el apoyo de las potencias emergentes de Asia, África y América Latina, una estrategia que no ha dado hasta el momento los resultados esperados. Ni el presidente de China, Xi Jinping, ni el de Brasil, Lula da Silva, se han reunido hasta el momento con Zelenski, que aspiraba a que estos países se distanciaran de Rusia o ejercieran sobre el Kremlin cierta presión para poner fin a la guerra.