Detienen al presunto autor del atentado de Solingen mientras Alemania abre un debate sobre las armas

J. SERRA BERLÍN / COLPISA, EFE

INTERNACIONAL

Policías alemanes escoltan al sirio sospechoso de perpetrar el ataque en Solingen.
Policías alemanes escoltan al sirio sospechoso de perpetrar el ataque en Solingen. Heiko Becker | REUTERS

La ultraderechista AfD acusó a los migrantes irregulares y extranjeros de ser responsables de gran parte de los ataques con cuchillo

26 ago 2024 . Actualizado a las 20:44 h.

El Tribunal Federal de Justicia de la ciudad alemana de Karlsruhe ordenó ayer el arresto del principal sospechoso del ataque con cuchillo del viernes en la localidad de Solingen que dejó al menos tres muertos y cinco heridos.

El individuo, a quien los medios alemanes identifican como un ciudadano sirio de 26 años, llegó al tribunal en helicóptero y entre fuertes medidas de seguridad para responder por los cargos de asesinato, intento de asesinato y pertenencia a Estado Islámico, la organización yihadista que ha reivindicado el ataque.

Con esta decisión, el caso entra ya en una fase de investigación por delito de terrorismo.

El detenido residía desde finales del 2022 en Alemania, donde solicitó asilo, y no era conocido previamente por las autoridades de seguridad como extremista islamista. Lo que sí pesaba sobre él, según fuentes de la agencia DPA, era una orden de deportación, con destino a Bulgaria, que debería haber sido ejecutada el año pasado, informó Efe.

Según la agencia, el sospechoso había entrado precisamente en la Unión Europea a través de ese país, pero la orden quedó aplazada porque el individuo fue declarado como temporalmente ilocalizable en junio del 2023 (en ese momento estaba en un albergue de Paderborn). Reapareció pocas semanas después, sin que las autoridades declararan una orden de arresto contra él por su falta de antecedentes.

Control de cuchillos

«Necesitamos un mayor control sobre unas armas de acceso fácil y con las que se pueden cometer crímenes brutales», afirmó hace escasos días la ministra alemana del Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser. Su frase resulta ahora profética, a la vista del acuchillamiento de Solingen.

Faeser no se refería a armas de fuego, adquiridas legalmente o en el mercado negro, sino a cuchillos o navajas, como los que pueden comprarse en cualquier centro comercial o ferretería. Desde el cuchillo de cocina a una navaja de abanico o mariposa. Los ataques con arma blanca se han disparado. Más de un 12 % en un año, según la estadística policial de Interior. Solo en el 2023 hubo más de 10.000 agresiones de este tipo en Alemania.

Y, además, su espectro se ha amplificado: ya no se trata de reyertas, atracos o delitos atribuibles a la delincuencia común. Proliferan también los ataques del yihadismo con arma blanca, así como las agresiones a policías, a controladores en los trenes o al personal sanitario de hospitales y consultas médicas.

Faeser cuenta con el apoyo de las filas socialdemócratas, a las que pertenecen tanto ella como el canciller Olaf Scholz, así como de sus socios Los Verdes, aunque no del tercer aliado de la coalición de gobierno, los liberales. Pero, por lo menos, tiene un buen aliado desde el estamento policial, cuyo sindicato apoya la propuesta. El bloque conservador, primera fuerza de la oposición, considera incluso que debería prohibirse el porte de cualquier arma blanca. Y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), aprovecha el debate para sostener que un alto porcentaje de los ataques o delitos con arma blanca proceden de extranjeros o migrantes irregulares.