Así ha sido el exilio de Edmundo González: de la embajada de Países Bajos a su viaje a España

La Voz REDACCIÓN

INTERNACIONAL

Edmundo González en una imagen de archivo
Edmundo González en una imagen de archivo Europa Press / Jimmy Vill

El candidato opositor denuncia que recibió presiones y amenazas antes de salir del país

10 sep 2024 . Actualizado a las 12:14 h.

El sábado, en su discurso ante el comité federal del PSOE marcado por la diatriba en torno a la financiación singular para Cataluña, el presidente Sánchez deslizó un llamativo elogio, calificándolo de «héroe al que España no va a abandonar», a Edmundo González, el candidato de la oposición a la presidencia de Venezuela en paradero desconocido desde el 30 de julio y sobre el que pesa una orden de detención del régimen de Nicolás Maduro por haber divulgado las actas electorales digitales que le otorgan la victoria que el chavismo le niega.

El domingo, en plena madrugada, un mensaje del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, tradujo y dio sentido a la alabanza de su jefe: González volaba desde Caracas al aeropuerto madrileño de Torrejón de Ardoz, en un avión de las Fuerzas Áreas españolas, para recibir el asilo político solicitado por el cabeza de cartel de la disidencia venezolana que pilota, aún dentro del país, María Corina Machado, tras refugiarse el jueves en la Embajada en Caracas y después de estar acogido un mes en la de Países Bajos.

El ministro de Exteriores de Países Bajos, Caspar Veldkamp, desveló en una carta remitida al Parlamento neerlandés que el candidato presidencial de la oposición se había refugiado el 29 de julio, al día siguiente de las elecciones, en la residencia del embajador. Este hecho ha llevado a el ministro de Exteriores de Venezuela, Yvan Gil, a anunciar que su Gobierno de Nicolás Maduro presentará una nota de protesta a los Países Bajos por dar refugio y «ocultar» durante un mes al candidato opositor.

El ministro ha recriminado a las autoridades neerlandesas que no les informasen de que tenían al exdiplomático como «huésped», por lo que Caracas presentará una protesta formal. Así, señaló que el Ejecutivo de Países Bajos «tendrá que aclarar» por qué «ocultó» este hecho. Además, ha denunciado que Países Bajos «insistió» en que González permaneciese en la Embajada después de que confirmase que quería salir de estas instalaciones y abandonar Venezuela. Considera que «había una intención de retener a González Urrutia en contra de su voluntad».

Presiones

En las primeras declaraciones hechas públicas desde su llegada a España, Edmundo González aseguró que su salida de Caracas «estuvo rodeada de episodios de presiones, coacciones y amenazas de no permitir mi salida». El equipo del candidato opositor a la Presidencia difundió una grabación de audio de 41 segundos en la que este agradece las «expresiones de solidaridad recibidas» de muchos de sus compatriotas y confía en que «próximamente continuaremos la lucha por lograr la libertad y la recuperación de la democracia en Venezuela».«Un abrazo fuerte para todos», concluye el mensaje.

Pero ahora, su petición de asilo político ha causado una sorpresa mayúscula. Especialmente, porque hay fuentes que aseguran que el Gobierno de Maduro habría llegado a acuerdos con el candidato, después de haberlo retado a enfrentarse en la calle. Maduro estaba dispuesto a encarcelar al exdiplomático (75 años). Sobre él se había lanzado una orden de arresto de la Fiscalía, que lo había citado en tres ocasiones por presuntos delitos vinculados a la publicación en Internet de las actas electorales que confirmaban el fraude electoral.

Edmundo González, que tiene una hija viviendo actualmente en Madrid, había sido hasta hace unos meses un hombre completamente desconocido al que María Corina Machado, inhabilitada para presentarse a las elecciones, le cedió la candidatura a la presidencia. Es profesor y escritor con un trabajo intelectual de cierta extensión a sus espaldas. Habla cuatro idiomas y trabajó en la incorporación de Venezuela a Mercosur, además de haber sido secretario de la Cumbre Iberoamericana de Naciones que se organizó en la Isla de Margarita en 1997.

El enigma del papel de Zapatero para traer a España al exiliado

melchor saiz-pardo

«Sí. Claro». Respuesta tajante e inmediata este domingo de un alto cargo de Exteriores a la pregunta de si José Luis Rodríguez Zapatero ha estado involucrado en la operación para sacar de Venezuela al líder opositor Edmundo González. Pero ni este diplomático ni los otros altos responsables del departamento que dirige José Manuel Albares consultados pudieron precisar más sobre el papel exacto desempeñado por el expresidente.

Y es que en el Ministerio de Exteriores insisten una y otra vez, tanto de forma oficial como off the record, en que en modo alguno Zapatero opera como un «enviado», «mediador», «negociador» o «embajador en la sombra» de España ante el régimen de Caracas. Pero lo cierto es que, al mismo tiempo, estas mismas fuentes admiten sin ambages que el exjefe del Gobierno no actúa sin el conocimiento del Ejecutivo de Pedro Sánchez y que Moncloa sabe siempre con anticipación de los movimientos del expresidente en Venezuela.

Este mismo domingo, preguntado precisamente al respecto, Albares sorteó como titular de Exteriores cualquier aclaración y se limitó a destacar la «acción muy positiva» del expresidente socialista para conseguir la liberación de «muchos detenidos políticos».

Desaparecido en las últimas semanas

Sea como fuere, lo único confirmado al cien por cien del ex secretario general del PSOE en las últimas semanas es que está desaparecido de la vida pública desde el que el propio régimen le invitara (dentro del denominado Grupo de Puebla, muy cercano al chavismo) como observador de las elecciones del pasado 28 de julio. Desde las mismas, el exmandatario español ha guardado un sepulcral silencio y, por supuesto no ha firmado el informe suscrito por 31 exmandatarios iberoamericanos (entre ellos, Felipe González, José María Aznar y Mariano Rajoy), enviado al tribunal internacional de La haya para denunciar la sistemática violación de derechos humanos en Venezuela.

Así las cosas, el rol preciso de Zapatero en el viaje a España del líder opositor a Nicolás Maduro es, y es muy posible que siga siendo, un enigma. Un misterio más de la actividad del expresidente en Venezuela desde que en el 2018, sin que nadie alcance a determinar por qué, el exlíder socialista diera un inesperado «volantazo» hacia el «madurismo» que provocó que la oposición venezolana en bloque de la noche a la mañana rechazara, primero, seguir reconociéndole como «mediador» y, luego, acusándole de ser un títere de maduro.

Hasta entonces, sí que los antibolivarianos le había considerado una personalidad «neutra», sobre todo después de que en el 2015 participara por primera vez como observador en las convulsas elecciones de aquel año en las que la oposición arrasó con dos tercios de los votos y que obligó a Maduro y los suyos a todo tipo de tejemanejes para no aceptar los resultados, que acabaron en el 2017 con la creación de una Asamblea Constituyente que usurpó sus funciones de la Asamblea Nacional.

Medio centenar de viajes

Fuentes conocedoras de parte de los movimientos de Zapatero por Venezuela, que afirman que el expresidente ha viajado cerca de medio centenar de ocasiones a Caracas desde su primera visita en el 2014, sostienen que fue a partir de entonces (mediados del 2018) cuando el expresidente, de la mano del entonces moderado y hoy aliado del chavismo diputado Timoteo Zambrano, conoció a Delcy Rodríguez, entonces recién llegada a la vicepresidencia y que inmediatamente entablaron una amistad. El expresidente, para los antichavistas, se convirtió entonces en un miembro más de Los alacranes, los opositores que se ha acabado vendiendo a Maduro a cambio de cargo, prebendas o directamente dinero.

La opacidad que se cierne sobre el trabajo real de Zapatero en Venezuela ha hecho que las conjeturas se disparen. La oposición chavista asegura que pese a su multitud de viajes no ha conseguido nunca acuerdo alguno. Es más, que tampoco sus supuestos buenos oficios sirvieron para que Globalia, matriz de Air Europa, cobrara una deuda de 200 millones de euros al régimen de Caracas.

En la oposición -que visto la cercanía de Zapatero al régimen ya no se fían del Gobierno español y ha cedido el papel de mediador a países como Francia, Alemania, Noruega o Países Bajos- dan pábulo a la teoría de que el giro del exmandatario español hacia el chavismo se debe a que Maduro le ha facilitado la explotación de una mina de oro. Una acusación (sin prueba alguna por el momento) que vienen aireando desde hace años diferentes personas, tales como la exsenadora colombiana Piedad Córdoba, el diputado venezolano Américo de Grazia o el exjefe de inteligencia militar de Venezuela, El Pollo Carvajal. José Luis Rodríguez Zapatero en su día calificó esas acusaciones de «surrealistas».