Fracasa en Alemania la cumbre entre el Ejecutivo y la oposición para resolver la crisis de la inmigración ilegal

Juan Carlos Barrena BERLÍN / COLPISA

INTERNACIONAL

Olaf Scholz, este martes en Berlín.
Olaf Scholz, este martes en Berlín. CLEMENS BILAN | EFE

Polonia y Austria anuncian que no aceptarán la devolución en sus fronteras de simpapeles

10 sep 2024 . Actualizado a las 21:10 h.

La cumbre sobre inmigración entre el Gobierno alemán, representantes de los Estados federados y la oposición conservadora finalizó este martes sin resultados tras la ruptura de las conversaciones por parte de los partidos de la Unión, cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU), que consideran insuficientes las medidas propuestas por el tripartito del canciller Olaf Scholz para frenar la entrada de simpapeles. Thorsten Frei, secretario de organización parlamentaria de la Unión, criticó que las iniciativas presentadas por el Ejecutivo federal no apuntan a un rechazo sistemático de los inmigrantes ilegales en las fronteras nacionales, sino a una aceleración de los procedimientos de concesión de asilo.

El Gobierno de coalición de socialdemócratas, verdes y liberales «ha capitulado ante el reto de la inmigración irregular. El Gobierno federal es incapaz de actuar y carece de liderazgo», escribió poco después en la plataforma X Friedrich Merz, presidente de la CDU y líder de la oposición parlamentaria en el Bundestag. «El Gobierno federal está desesperadamente dividido y no es capaz de ponerse de acuerdo sobre medidas eficaces», añadió Merz. Antes de la cita, los conservadores germanos habían puesto como condición para su respaldo al Ejecutivo amplias medidas para rechazar a los inmigrantes ilegales en todas las fronteras alemanas.

Interrogar al interesado

Círculos gubernamentales en Berlín señalaron que, durante la cita, la ministra del Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser, propuso que la Policía Federal investigara cada solicitud de asilo. Que comprobara si otro país de la UE debía haber gestionado la petición, además de interrogar al interesado. Seguidamente, los agentes tendrían que solicitar prisión preventiva para el sospechoso ante un juez, pero siempre contando con la existencia de capacidades para ese encarcelamiento. En un paso posterior, la Oficina Federal para Migración y Refugiados (Bamf) podría poner en marcha un procedimiento de urgencia para devolver al inmigrante ilegal al país por el que accedió a la UE en base a la llamada normativa de Dublín. En caso de que el encarcelamiento preventivo fuera imposible por falta de capacidades, al interesado se le obligaría a residir temporalmente en un centro de refugiados concreto. La única novedad en la propuesta de Faeser es el papel que adjudica a la Policía Federal. Hasta ahora las deportaciones de inmigrantes ilegales son asunto de los Estados federados, a los que la Policía Federal solo ayuda en su ejecución. La iniciativa contempla que esas fuerzas de seguridad acompañen todo el proceso y asuman la responsabilidad de la expulsión.

Polonia y Austria han expresado su absoluto rechazo ante la idea. El primer ministro polaco, Donald Tusk, calificó el proyecto de «inaceptable» y anunció consultas urgentes con otros vecinos de Alemania. El ministro del Interior austríaco, Gerhard Karner, aseguró que no recibirá ninguna devolución del Estado germano y anunció haber puesto sobre aviso a la policía del país.

Karner se remitió al derecho europeo que prohíbe la devolución en la frontera de aquellas personas que solicitan formalmente asilo en Alemania. Si existen indicios de que la gestión del asilo debe ser realizada por otro país de la UE en base a la normativa de Dublín, se debe iniciar «un procedimiento oficial de consulta», añadió el ministro austríaco, quien comentó que la devolución no se puede llevar a cabo si el país de la UE afectado no lo acepta.

El Gobierno alemán se encuentra bajo presión extrema para resolver el problema de la inmigración ilegal tras los comicios regionales celebrados recientemente, donde la ultranacionalista Alternativa para Alemania (AfD) se convirtió en primera fuerza política en el estado federado de Turingia y estuvo a punto de hacerlo en el de Sajonia con una campaña centrada en el rechazo de refugiados y inmigrantes irregulares. Varios atentados islamistas llevados a cabo en las últimas semanas, entre ellos el de Solingen, con tres muertos a manos de un peticionario de asilo sirio, no han hecho sino aumentar aún más las críticas contra el ejecutivo de Scholz.