¿Quién colocó explosivos dentro de los buscas? Dispositivos manipulados y un mensaje falso, lo que se sabe de las detonaciones en el Líbano

La Voz REDACCIÓN

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Soldados libaneses en los exteriores de uno de los hospitales a los que fueron trasladados los miles de heridos
Soldados libaneses en los exteriores de uno de los hospitales a los que fueron trasladados los miles de heridos WAEL HAMZEH | EFE

Según funcionarios estadounidenses, Hezbolá habría encargado a una compañía taiwanesa unos 3.000 buscas pero la empresa señala a una distribuidora húngara

18 sep 2024 . Actualizado a las 10:22 h.

Un cargamento nuevo de buscas empleados por miembros del grupo chií libanés Hezbolá que fueron manipulados en origen antes de llegar al Líbano y un mensaje falso que detonó en remoto los aparatos es una de las hipótesis más plausibles de la cadena de explosiones que ayer provocó al menos nueve muertos en una operación atribuida a Israel, según informaron diversas fuentes.

A falta de conocer los detalles exactos, incluido quién fue el autor de ese ataque cibernético que desde Líbano se atribuye a Israel, el ministro de Telecomunicaciones libanés, Johnny Corn, aseguró ayer que los dispositivos que explotaron formaban parte de un cargamento que llegó «recientemente» al Líbano y planteó que «a lo mejor se activó a distancia», aunque no sabía aún cómo.

De hecho, indicó que, según las informaciones preliminares, «las baterías de los buscapersonas se calentaron», por lo que incluso algunas personas tiraron esos aparatos antes de que explotaran.

Esto es lo que se sabe hasta ahora sobre esta inusual y sofisticada operación.

¿Cómo podrían haber explotado?

Desde el ataque simultáneo, que hirió a miles de personas, incluido el embajador iraní en el Líbano, Mojtaba Amani, y que afectó a miembros de formación armada chií en Siria, han surgido numerosas hipótesis de cómo se podría haber producido este ataque.

La más plausible y que algunos expertos están apuntando, como el analista militar y político independiente, Elijah J. Magnier, es que se colocó una trampa explosiva dentro de los dispositivos, los cuales «no se importaron directamente al Líbano, sino que se detuvieron en un país cercano durante tres meses, donde Israel implantó el explosivo».

En lo que sería una sofisticada infiltración en la cadena de suministro de esos aparatos, Israel habría colocado los explosivos en ese lote de dispositivos, en total alrededor de unos 3.000, según afirmaron varios medios norteamericanos, incluido el The New York Times, siempre citando fuentes anónimas.

Dichos explosivos habrían sido implantados junto a la batería de cada uno de los mensáfonos, razón por la que hubo un sobrecalentamiento previo a la explosión, y se añadió además un mecanismo para detonarlos de forma remota.

Ese mecanismo era un mensaje falso, que supuestamente provenía de la cúpula de Hezbolá, y que al pinchar activaba los explosivos.

Antes de la detonación, de acuerdo a las fuentes, el dispositivo estaba programado para emitir un pitido durante varios segundos.

Este tipo de ataques a cadenas de suministros es una preocupación en el campo de la ciberseguridad por los potenciales jaqueos que puede haber en las fases de desarrollo, aunque dichas acciones se limitan normalmente al software y no al hardware, ya que para esto último requiere haber accedido al dispositivo durante la cadena de montaje.

Quién fabricó los dispositivos

Varios expertos informáticos consultados por Efe respaldaron la teoría de que, para que se produzca esas explosiones, los aparatos tendrían que haber sido manipulados en origen o en destino, señalando que los fabricantes de los componentes de esos buscapersonas son los que deberían responder ante ello.

Y lo han hecho, porque según el New York Times, Hezbolá encargó a la empresa taiwanesa Gold Apollo los aparatos.

Sin embargo, la compañía asiática negó en un comunicado haber fabricado esos dispositivos e indicó que la responsable de producirlos es una compañía denominada BAC, que tiene sede en Budapest. 

En declaraciones a un grupo de periodistas, informa Efe, el presidente de la compañía, Hsu Ching-kuang, aseguró que los dispositivos empleados en las detonaciones no fueron fabricados por Gold Apollo, sino que tan solo llevaban su logo impreso, y subrayó que impulsará una «demanda internacional» por este incidente. «¡Me han arruinado!», manifestó Hsu, furioso, durante el encuentro, según declaraciones recogidas por el medio taiwanés CTI News.

Hsu Ching-Kuang, fundador y presidente de la compañía Gold Apollo
Hsu Ching-Kuang, fundador y presidente de la compañía Gold Apollo Ann Wang | REUTERS

El directivo de Gold Apollo, una compañía con sede en Nuevo Taipéi, explicó que su empresa llevaba dos años colaborando con la firma distribuidora de sus productos, la cual mostró «interés» en diseñar buscapersonas bajo el logo de Gold Apollo.

«Los buscas involucrados en las explosiones, los AR-924, llevaban menos de dos años en el mercado», aseveró Hsu, agregando que la distribuidora estaría afincada en Europa.

Actualmente, el presidente de Gold Apollo y la Policía taiwanesa están «revisando los detalles del incidente» en la sede de la compañía, que en unas horas publicará un comunicado sobre lo sucedido, de acuerdo a CTI News.

Por qué estos dispositivos

El grupo chií usa entre sus miembros esta clase de dispositivos como medio de comunicación para evitar ser geolocalizados por Israel, que habitualmente lleva a cabo asesinatos selectivos contra miembros de Hezbolá, entre otras facciones presentes en el Líbano y Siria.

Los mensáfonos, que se quedaron obsoletos con la llegada del teléfono móvil, son dispositivos inalámbricos de baja tecnología que básicamente reciben mensajes alfanuméricos y bidireccionales, con la capacidad de enviar y recibir mensajes cortos.