Hungría se une a los Países Bajos y pide a la UE salir de la política común de asilo

Maria Rego MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

El primer ministro húngaro, Viktor Orban.
El primer ministro húngaro, Viktor Orban. SZILARD KOSZTICSAK | EFE

Ambos países quieren tomar sus propias decisiones en materia migratoria al margen del pacto que se cerró hace menos de medio año, pero su propuesta tiene escasas opciones de salir adelante

19 sep 2024 . Actualizado a las 18:49 h.

El Gobierno de Hungría anunció este jueves que seguirá los pasos de los Países Bajos y solicitará formalmente una excepción en la aplicación del Pacto de Migración y Asilo acordado hace menos de seis meses en la Unión Europea, una reivindicación que Bruselas ya ha rechazado porque implicaría un cambio en los tratados y esa posibilidad no está sobre la mesa.

No es ninguna sorpresa que el nuevo Gobierno neerlandés, en manos de la extrema derecha, quiera actuar por su cuenta en cuestiones de inmigración y asilo, pero su propuesta abre una grieta en un pacto que resultó largo y difícil de cerrar. Y, lo que es peor, da pie a otros países a seguir el mismo camino, con el riesgo de generar una nueva crisis en uno de los principales retos comunitarios. Hungría, de hecho, ha tardado solo un día en anunciar que pedirá también su excepción.

El Gobierno de Viktor Orbán expresó durante todo el proceso de negociación su oposición al pacto migratorio, pero ahora su ministro para la UE, Janos Boka, adelantó que la idea es seguir la línea neerlandesa pidiendo directamente que no se aplique. El propio Orbán, que ha denostado de manera pública las posiciones de la Comisión Europea en este tipo de temas, ya celebró el miércoles la petición de los Países Bajos. «¡Por fin un gobierno valiente! ¿Dónde puede firmar Hungría?», expuso.

El Pacto de Migración y Asilo aprobado en abril por la Eurocámara establece una estrategia común dentro de la UE para hacer frente al desafío migratorio. Es uno de los asuntos que más preocupa a los socios comunitarios y la última muestra la daba Alemania hace unos días al restablecer los controles en todas sus fronteras nacionales.

Budapest reclama desde hace tiempo un mayor control de las fronteras exteriores con la seguridad como argumento y sus decisiones arbitrarias en ese sentido le han valido más de un castigo. El Tribunal de Justicia de la UE multó en junio con 200 millones de euros -y otro millón por cada día de retrasos en su pago- al Ejecutivo húngaro por violar los derechos de los demandantes de asilo.

En los Países Bajos sostienen que «tenemos que volver a ocuparnos de nuestra propia política de asilo» y entre las medidas que barajan para ello aparecen la declaración de emergencia en esta materia y la suspensión temporal de la Ley de Extranjería. La inmigración fue uno de los temas claves durante la campaña para las elecciones neerlandesas que ganó el ultraderechista Partido de la Libertad a finales del 2023. «Un nuevo viento sopla», aseguró su líder, Geert Wilders, al trascender la carta enviada a Bruselas.

En la Comisión Europea ya han advertido al Gobierno neerlandés de que el pacto migratorio no contempla excepciones. Las exenciones de la aplicación de legislación europea, sea cual sea, obligan a modificar los tratados de la UE, recordó la portavoz comunitaria para Migración, Anitta Hipper. «No esperamos cambios inmediatos en las reglas», concluyó. El mini nexit, como llamó Wilders al abandono de la política común en migración y asilo, no parece por ahora posible. Eso, sin embargo, no ha desanimado a Hungría, que este jueves comunicó que seguirá los pasos de los neerlandeses.