Maduro agudiza la brecha entre el Gobierno y el PP en la crisis venezolana

cristina cándido MADRID / COLPISA

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Maduro Prensa Miraflores | EFE

Sin noticias de los dos vascos detenidos por su supuesto complot contra el régimen

22 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La salida de Edmundo González de Venezuela hace dos semanas y la detención de los dos bilbaínos acusados por Nicolás Maduro sin pruebas de perpetrar un complot contra el régimen que se conoció la semana pasada han convertido la crisis política del país caribeño en un asunto de primer orden para la política nacional española.

Los términos y condiciones en los que el líder opositor negoció su salida en la residencia oficial del embajador español en Caracas han terminado por resquebrajar las de por sí deterioradas relaciones entre Gobierno y PP.

La escalada de tensión verbal llevó el jueves a otro punto de no retorno. Después de que González hiciese público el documento que firmó bajo presiones como salvoconducto para salir del país, el eurodiputado del PP Esteban González Pons elevó el listón al acusar al Gobierno español de estar «implicado en el golpe de Estado» en Venezuela, como de «coaccionar y enviar al exilio» al candidato unitario de la oposición al chavismo. Ferraz exigió la dimisión de Pons por estas palabras y Núñez Feijoo pidió la dimisión del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y el reemplazo del embajador Ramón Santos. Ni siquiera el comunicado oficial en el que González negó horas después haber sido coaccionado por España y de agradecimiento con el Gobierno de Sánchez por las gestiones para facilitar su salida de Venezuela calmó las aguas.

Lagunas en el relato oficial

La defensa del Ejecutivo por parte del opositor dejó a Génova sin argumentos para sostener sus acusaciones y dio pólvora al ministro para cargar contra la falta de sentido de Estado de los populares. Pero la falta de detalles y las lagunas del relato oficial sobre si el embajador estaba presente o no en las «coacciones» de Maduro a González mantienen en una situación comprometida al representante diplomático, al que el régimen bolivariano sitúa, según los audios distorsionados que ha difundido, como un «testigo de excepción» en los encuentros entre el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, y la vicepresidenta de Venezuela, su hermana Delcy, en suelo diplomático español.

El PP persevera en pedir el cese del embajador, al tiempo que apunta al expresidente Zapatero, al que sitúa «en el ajo» del «escándalo» de la Embajada y del que se desconoce si tuvo algún papel en la negociación de salida de Edmundo González. El PP, que desde las elecciones del 28 de julio abanderó la causa para que se reconozca al líder opositor como presidente electo, ha hecho de la causa venezolana un nuevo flanco para atacar a Sánchez atribuyéndole tibieza en su actitud ante «la dictadura» de Maduro.

En paralelo, las relaciones diplomáticas entre Caracas y Madrid siguen pendientes de que se aclare la situación de los dos españoles a los que el régimen acusa de «terrorismo» y de los que el Gobierno español sigue sin confirmar su identidad y paradero.