Estados Unidos resucita la pena de muerte con cinco ajusticiamientos en siete días
INTERNACIONAL

La polémica rodea la ejecución de Marcellus Williams en Misuri por la falta de pruebas y la rectificación de la Fiscalía
25 sep 2024 . Actualizado a las 21:01 h.Estados Unidos viaja al pasado con una semana en la que cinco presos serán ejecutados. Hace 21 años que no coincidían tantos ajusticiamientos en un período tan corto de tiempo, pero esta situación no es más que un espejismo. Desde el récord de 94 ejecuciones en 1999, el país norteamericano ha experimentado una tendencia de descenso tanto del uso como del apoyo de la pena de muerte. Las ejecuciones en Alabama, Misuri, Oklahoma, Carolina del Sur y Texas harán que esta semana sea la primera vez desde julio del 2003 que se aplica la pena capital a cinco personas en siete días, según datos del Centro de Información sobre la Pena de Muerte. Si se cumple con lo previsto, Estados Unidos habrá alcanzado las 1.600 ejecuciones desde que la pena capital fue restablecida por el Tribunal Supremo en 1976.
Los expertos creen que la programación de cinco ejecuciones en una misma semana es una anomalía como resultado de que los tribunales de cinco estados fijaron fechas cercanas en el tiempo. «No conozco ninguna razón más que la coincidencia», ha explicado Eric Berger, profesor de Derecho en la Universidad de Nebraska con experiencia en la pena de muerte y la inyección letal. Hay factores que pueden influir en que se produzca esta acumulación de ejecuciones, como una moratoria por ajusticiamientos fallidos en Oklahoma o la falta de suministro de medicamentos letales en el caso de Carolina del Sur.
En este estado los ajusticiamientos han estado paralizados desde que en el 2011 se agotaron los fármacos para la inyección fatal. Ninguna empresa suministró el producto hasta la aprobación de una ley que mantiene en secreto el nombre del proveedor.
Ejecuciones injustas
Así, Carolina del Sur ejecutó el pasado viernes al primer preso en 13 años: Freddie Owens, condenado a muerte por el asesinato de una mujer en 1999. Y lo hizo pese a las nuevas pruebas de su inocencia, días después de que el principal testigo del caso se retractara de su testimonio.
El martes, Texas ejecutó a Travis Mullis, un hombre con un largo historial de enfermedades mentales, tras su condena por matar a su hijo de tres meses en el 2008. Y este miércoles estaba prevista la ejecución de Marcellus Williams, rodeada de polémica. Missouri le aplicará la inyección letal, a pesar de las objeciones de los fiscales que sugieren que su condena es injusta. Incluso la familia de la víctima y la fiscalía del condado de Saint Louis, que originalmente lo condenó, han solicitado que se anule su caso por la falta de pruebas de ADN que lo vinculen con el asesinato de Lisha Gayle en 1998. A pesar de que ninguna prueba forense relacionó a Williams con el cuchillo o la escena del crimen, fue condenado por apuñalar hasta la muerte y robar a la trabajadora social. El sentenciado a muerte ya ha visto suspendida su ejecución en dos ocasiones en el último minuto, pero esta vez el gobernador no le concederá el indulto.
Por su parte, Alabama llevará a cabo este jueves la segunda ejecución de la nación con el uso de gas nitrógeno. Alan Miller fue sentenciado a muerte por matar a tres hombres en un tiroteo en su lugar de trabajo en 1999, mientras Oklahoma se prepara para aplicar la inyección letal en la misma fecha a Emmanuel Littlejohn por su papel en el asesinato del dueño de una tienda durante un robo.
Un total de 2.216 presos están en el corredor de la muerte esperando el turno para su ejecución, con 25 ajusticiamientos programados durante este 2024. Hay al menos 20 reos que llevan 45 años condenados a morir, pero la media de estancia es de 13 años.