El sucesor de Mujica consigue una amplia ventaja en Uruguay, pero no evita una segunda votación

C. Valdez BUENOS AIRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

De izquierda a derecha, el candidato oficialista, Álvaro Delgado, y el opositor Yamandú Orsi.
De izquierda a derecha, el candidato oficialista, Álvaro Delgado, y el opositor Yamandú Orsi. STR | EFE

El opositor progresista, Yamandú Orsi, rozó, con un 43,9 %, la mayoría de sufragios que le habría dado la victoria en la primera vuelta

28 oct 2024 . Actualizado a las 22:15 h.

En Uruguay habrá una segunda vuelta el 24 de noviembre para elegir al nuevo presidente del país entre el opositor progresista Yamandú Orsi (43,9 %) y el candidato oficialista, el conservador Álvaro Delgado (26,8 %), como señalaban la mayor parte de las encuestas. Orsi, delfín del expresidente José Mujica, encabeza el Frente Amplio (FA), se impuso en el primer asalto y alcanzó la mayoría en la Cámara de Senadores, pero lo tendrá más difícil en el nuevo enfrentamiento en las urnas. 

El opositor, exalcalde de Canelones, y su compañera de papeleta y exalcaldesa de Montevideo, Carolina Cosse, lograron una amplia ventaja sobre el resto de candidatos. De hecho, se quedaron a las puertas de reunir más del 50 % de los votos, lo que les habría dado la victoria sin necesidad de una segunda votación.

Era su mejor oportunidad. Dado que el sistema electoral uruguayo no contempla alianzas en la primera vuelta, la coalición de Gobierno, liderada por el actual presidente Luis Lacalle Pou, presentó sus candidaturas por separado. Sin embargo, de cara a la nueva votación, las fuerzas de derecha y de centroderecha, englobadas en la Coalición Multicolor, respaldarán a la formación de Pou, es decir, el Partido Nacional (PN), que lidera Delgado. Según los datos de la Corte Electoral, el PN obtuvo un 26,8 % de los votos; el Partido Colorado (PC), un 16,1 %; Cabildo Abierto (CA), un 2,5 %; el Partido Independiente (PI), un 1,7 %; y el Partido Constitucional Ambientalista (PCA), un 0,4 %. 

Si bien los progresistas dominaron las elecciones, en las filas del partido la expectativa era lograr una diferencia más amplia. Comparando resultados con las elecciones del 2019 —cuando Lacalle Pou ganó la presidencia—, el FA ha crecido de un 39 % a un 43,9 %, mientras que los conservadores del PN se han resentido y han pasado de un 28,6 % a un 26,8 %. El también conservador PC, no obstante, pasa de un 12,4 % a un 16,1 %. La más perjudicada es la extrema derecha encarnada por el CA, liderado por Guido Manini Ríos, que ha caído significativamente de un 11 % a un 2,5 %.

De acuerdo con el escrutinio, el FA obtiene 16 senadores (sobre un total de 30), el PN nueve y el PC cinco. Resta un escaño por definirse, el que le corresponde al vicepresidente —que se definirá el 24 de noviembre—. En cuanto a diputados, el FA obtendría 48 escaños (de un total de 99); el PN, 29; el PC, 17; el CA, dos, y el Partido Independiente (PI), uno. La novedad es el ingreso de Identidad Soberana, que obtuvo dos representantes.

Los dos referendos, uno que proponía reducir la edad mínima de jubilación y el otro que buscaba permitir registros policiales nocturnos, fueron rechazados. En los discursos en la noche electoral, Orsi llamó a la unión de los uruguayos y agradeció ser el candidato más votado, mientras que Delgado proclamó ser «la coalición» más votada.