La Comisión Europea, en punto muerto ante el pulso de populares y socialistas

Bruselas / Madrid AGENCIAS

INTERNACIONAL

Teresa Ribera, durante su examen al cargo de vicepresidenta de la Comisión Europea.
Teresa Ribera, durante su examen al cargo de vicepresidenta de la Comisión Europea. OLIVIER HOSLET | EFE

Yolanda Díaz pide a Feijoo ejerza de español y no trabe la candidatura de Ribera como vicepresidenta

14 nov 2024 . Actualizado a las 22:32 h.

La Comisión Europea confía en que el nuevo Ejecutivo de Ursula von der Leyen pueda echar a andar en la fecha prevista, el 1 de diciembre, pese a las dificultades para que las comisiones que examinan a los seis vicepresidentes designados, entre ellos la socialista española Teresa Ribera, culminen su evaluación a tiempo para que el equipo al completo pueda someterse al voto del pleno del Parlamento Europeo.

Esas dificultades han desatado un choque frontal entre las dos principales familias políticas en Bruselas —populares y socialdemócratas—, que deja pendiendo de un hilo la coalición que durante décadas ha sostenido y permitido avanzar a la Unión Europea.

El rechazo del grupo socialdemócrata (S&D) a los ultraderechistas Rafaelle Fitto y Olivér Varhelyi y las condiciones que impone el Partido Popular Europeo (PPE) a Ribera han dejado las negociaciones en punto muerto, pese a los intentos de Von der Leyen, que convocó a los tres grupos —socialistas, conservadores y liberales— en su despacho el martes para desbloquear la situación. El impasse europeo continuó este jueves sin nuevas conversaciones formales previstas a corto plazo tras dos días muy cargados políticamente. 

La primera consecuencia directa del bloqueo es el riesgo de que la nueva Comisión no arranque su mandato el 1 de diciembre, como estaba previsto, pero también deja en el aire la coalición entre partidos proeuropeos con la que históricamente se ha sacado adelante prácticamente toda la legislación y que, junto a los Verdes, dio a Von der Leyen su segundo mandato en julio.

Desde las últimas elecciones europeas, el PPE tiene la posibilidad de pactar tanto con esos grupos proeuropeos, como con los Conservadores y Reformistas, liderados por Giorgia Meloni, y los de extrema derecha (Patriotas por Europa y Europa de las Naciones Soberanas). 

Pendientes de aprobación

Los vicepresidentes ejecutivos designados de la próxima Comisión, procedentes de España, Francia, Italia, Rumanía, Finlandia y Estonia, así como el comisario designado de Hungría, son los perfiles cuyo futuro queda en suspenso por la situación. Tres de ellos emergen como los más controvertidos: Ribera, Fitto y el húngaro Olivér Varhelyi, propuesto por Viktor Orbán.

Los socialdemócratas consideran una afrenta que los populares pongan a Fito y Varhelyi al mismo nivel que Ribera, ya que pertenecen a partidos externos a la coalición proeuropea.

A la cruzada del PP contra Ribera se han sumado sus socios europeos. Los españoles atribuyen a Ribera la responsabilidad de la tragedia de la dana en Valencia y exige a Pedro Sánchez un nuevo candidato, si bien desde el PPE no manejan el extremo de pedir otro nombre y plantean de momento dos condiciones: que Ribera acuda al Congreso a dar explicaciones y que se comprometa a dimitir si se le abre juicio por la gestión del temporal.

El Gobierno cree que el PP ha llevado «demasiado lejos» su presión y se ha colocado «en contra de los españoles y de los europeos». Por ello, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, exigió a Alberto Núñez Feijoo que «ejerza como español» y respalde la candidatura de su compatriota y deje a un lado «cuestiones partidistas».

Pero en Génova no están dispuestos a levantar el cerco sobre la ministra de Transición Ecológica, aunque Feijoo evitó referirse el miércoles al ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, como posible sustituto.