Israel planea sancionar a La Haya tras la orden de arresto contra Netanyahu

Mikel Ayestaran ESTAMBUL / COLPISA

INTERNACIONAL

Netanyahu y Gallant, el pasado octubre
Netanyahu y Gallant, el pasado octubre Amir Cohen | REUTERS

EE.UU. rechaza la petición de detención del Tribunal Penal Internacional, que se extiende a Gallant y al líder militar de Hamás

22 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Mientras en Beit Lahia, al norte de Gaza, trataban este jueves de rescatar cadáveres entre los escombros tras el enésimo edificio bombardeado por Israel, el Tribunal Penal Internacional (TPI) emitía órdenes de arresto contra Benjamin Netanyahu, su exministro de Defensa Yoav Gallant y Mohamed Deif, líder militar de Hamás a quien Tel Aviv da por muerto, por considerarlos responsables de crímenes de guerra y lesa humanidad.

Presidente, ministros y oposición cerraron filas en torno a la figura del primer ministro israelí y calificaron la decisión de «antisemita». La oficina de Netanyahu emitió un comunicado para decir que no se dejará amedrentar por «unas acusaciones falsas y absurdas» y que la guerra en el enclave palestino no terminará «hasta que logremos nuestros objetivos».

En los últimos trece meses la Corte Internacional de Justicia (CIJ, el órgano judicial principal de las Naciones Unidas) de ha encontrado a Israel responsable de apartheid y expertos en derechos humanos de la ONU han denunciado que hay «motivos razonables» para considerar que se está cometiendo un genocidio en Gaza.

Sin embargo, la decisión del TPI, con sede en La Haya, es el mayor gesto de recriminación de una instancia internacional contra la estrategia del Estado israelí en la Franja, donde ha matado a más de 44.000 personas y ha obligado a desplazarse a dos millones. Ya en el mes de mayo, la Fiscalía de este tribunal pidió una orden de arresto contra Netanyahu, Gallant y tres líderes de Hamás por las atrocidades cometidas en el enclave.

La última decisión pone al dirigente israelí en la misma situación que sufre el presidente Vladimir Putin, sobre quien pesa otra orden de arresto desde hace un año. El primer ministro y su exresponsable de Defensa se enfrentan al riesgo de ser encarcelados si viajan a alguno de los 124 países miembros del TPI. Estados Unidos no es uno de ellos y, de hecho, este jueves mostró su rechazo a la medida y anunció las primeras gestiones conjuntas con Israel para hacer frente a la nueva situación.

La cadena pública Kan adelantó que Tel Aviv ha comenzado a compilar una lista de recomendaciones e ideas para la futura Administración Trump con respecto a sanciones contra los miembros del tribunal.

Vinculante para la UE

El texto de las tres órdenes se mantuvo en secreto, pero los jueces dieron a conocer algunos detalles y dijeron que había motivos razonables para concluir que Netanyahu y Gallant son responsables del «crimen de inanición como método de guerra y los crímenes de lesa humanidad de asesinato, persecución y otros actos inhumanos». El norte de Gaza sufre 45 días de bloqueo total, denuncia la ONU, y se encuentra a las puertas la hambruna.

La Unión Europea, España, Francia, Irlanda, los Países Bajos, Colombia, Jordania y Sudáfrica, país este último que presentó una acusación de genocidio contra Israel el pasado 29 de diciembre ante la CIJ, han sido de los primeros países en reaccionar públicamente a favor de la orden.

Tal y como recordó este mismo jueves el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, los fallos del Tribunal Penal Internacional son vinculantes, por lo que todos los países de la UE que son miembros del Estatuto de Roma, por el que se creó el TPI. «están obligados a aplicar esta decisión judicial».

Entre los muertos en el ataque  hay muchas mujeres y niños, en un edificio residencial cercano al hospital Kamal Adwan.
Entre los muertos en el ataque hay muchas mujeres y niños, en un edificio residencial cercano al hospital Kamal Adwan. DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

Un ataque israelí deja 80 muertos en el norte de la Franja

 

«Ya no queda sociedad en Gaza, solo gente tratando de sobrevivir un día más a las bombas. Es una guerra contra los niños. El mundo no pude permitir esta situación en nombre de la humanidad. Esta masacre debe acabar». La declaración es de Josep Borrell, durante su noveno y último viaje a Oriente Medio como jefe de la diplomacia de la Unión Europea. El político español denunció la «situación apocalíptica» que viven los habitantes de la Franja en una rueda de prensa junto con el ministro de Exteriores jordano, Ayman Safadi, en Amán.

La última masacre de civiles que dejan las bombas israelíes en el enclave palestino tuvo lugar la madrugada del jueves en el norte de Gaza, en un edificio residencial próximo al Hospital Kamal Adwan, en Beit Lahia. Al menos 80 gazatíes murieron —entre ellos mujeres y niños— y más de un centenar resultaron heridos, pero se teme que aún queden cuerpos bajo los escombros ante la imposibilidad de los equipos de rescate de llegar a las casas destruidas. Una vez más, el Gobierno de Benjamin Netanyahu justificó el ataque a una zona residencial bajo el argumento de que el objetivo era una infraestructura terrorista de Hamás. Y como siempre evitó informar sobre cuántas víctimas eran yihadistas y cuántas civiles.

El personal médico de Kamal Adwan se afanó en sacar a las víctimas de los escombros con sus propias manos debido a la falta de equipo y personal de rescate, según un comunicado del centro recogido por Efe, en el que también denuncian que solo pueden proporcionar primeros auxilios por la falta de cirujanos. «El hospital se convertirá en una fosa común si no hay una intervención urgente de las instituciones internacionales y no se introducen suministros médicos», sentenció su director, Hosam Abu Safiya. El centro fue allanado en octubre y el Ejército israelí arrestó a más de 40 pacientes y personal médico, además de bombardear sus generadores de oxígeno.

La ofensiva israelí en el norte del enclave, retomada a principios de octubre, ha causado más de 2.000 muertos y unos 6.000 heridos, según fuentes palestinas. El Ejército asegura que sus tropas intentan evitar, por tercera vez, que milicianos de Hamás se reagrupen en esta zona, hoy asediada y con la mayoría de su población desplazada al sur.