Uruguay va a la segunda vuelta electoral de las presidenciales sin un claro favorito

Cecilia Valdez BUENOS AIRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Los candidatos a la presidencia de Uruguay Álvaro Delgado y Yamandú Orsi
Los candidatos a la presidencia de Uruguay Álvaro Delgado y Yamandú Orsi Gastón Britos | EFE

Al opositor Orsi solo lo separan unos miles de votos del oficialista Álvaro Delgado, según sondeos

24 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Uruguay vuelve hoy a las urnas para elegir a su futuro presidente en una segunda vuelta que se presenta muy reñida. El delfín del expresidente José Mujica, y candidato del izquierdista Frente Amplio, Yamandú Orsi, se enfrenta con Álvaro Delgado, el aspirante del Partido Nacional y parte de la coalición gobernante. Las últimas encuestas muestran un escenario bastante igualado, que terminará de definirse con el voto de quienes optaron por los candidatos eliminados en la primera vuelta.

Según los últimos sondeos, al exalcalde de Canelones, Orsi, lo separan solo unos miles de votos de Delgado, el sucesor del actual presidente, Luis Lacalle Pou. En definitiva, se calcula que serán un puñado de papeletas los que definirán esta elección en un país de 3,4 millones de habitantes. 

En la primera vuelta, el pasado 27 de octubre, Orsi obtuvo el 43,9 % de los votos, y Delgado, el 26,8 %. Pero esta vez, este último contará con los apoyos del Partido Colorado, que, sumados a los del Partido Nacional, le darían un 42 %. El sistema electoral uruguayo no habilita alianzas en primera vuelta, y, si bien la Coalición Republicana o «Multicolor», que hoy gobierna Uruguay —integrada por los partidos Nacional, Colorado, Independiente, y Cabildo Abierto— no pudo llevar una candidatura única en dicha instancia, sí lo hará en la segunda votación.

Lacalle Pou llega al final de su mandato con un alto índice de aprobación, pero la reelección consecutiva no está permitida, y eso obligó a elegir a un sucesor. Sin embargo, la popularidad de Lacalle Pou no se traslada de forma automática al elegido para relevarlo, y muchos de los que reconocen en el presidente a un buen gobernante votarán al Frente Amplio. Orsi tampoco es tan popular como el principal referente de su fuerza, José Mujica, quien, consciente de su liderazgo, y aún convaleciente del tratamiento de un tumor de esófago, salió a respaldar a su candidato y participó en algunos actos.

Ninguna de las dos formaciones obtuvo mayoría en la Cámara Baja después de las elecciones de octubre, pero el Frente Amplio consiguió 16 de los 30 escaños de senadores, y eso, según Orsi, lo posiciona mejor para gobernar. Los candidatos pelean cada sufragio, y en esa disputa está en juego el 8 % que no los votó en la primera vuelta. Además, son relevantes las papeletas de quienes cruzan desde Argentina, es decir, el llamado «voto Buquebus» —en alusión a la empresa de barcos que conecta Uruguay y Argentina, y que traslada ciudadanos uruguayos para la elección—, y los del antisistema Gustavo Salle, que obtuvo un 3 % de los votos y dos asientos en el Congreso. 

Salle critica la corrupción, las políticas de género y es antivacunas, pero se manifiesta a favor de la protección del medio ambiente. Aunque aseguró que no les diría a sus seguidores a quién votar, también indicó que Orsi podría obtener más papeletas de sus fieles debido a sus políticas de izquierda como la protección de los derechos de los trabajadores y el medio ambiente.  

Una agenda común

Casi todos coinciden en describir la actual campaña como una de las más deslucidas de los últimos tiempos. En parte esto se debe a que la actual situación del país es bastante estable, y a que los aspirantes no muestran diferencias de gran calado; lo que los ha obligado a defender una agenda vinculada a la inseguridad, la desigualdad, la educación o la salud, para atraer a sus respectivos electores; y a no hacer grandes olas en una sociedad que rehúye de las grandes confrontaciones.