El Parlamento Europeo aprueba la Comisión de Ursula von der Leyen

Olatz Hernández BRUSELAS / COLPISA

INTERNACIONAL

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen RONALD WITTEK | EFE

El próximo Ejecutivo comunitario «que buscará alianzas con todas las fuerzas proeuropeas» comenzará su mandato, el segundo con la política alemana al frente, el 1 de diciembre

27 nov 2024 . Actualizado a las 12:48 h.

La Eurocámara ha dado este miércoles su visto bueno a la próxima Comisión Europea, que liderará la alemana Ursula von der Leyen. Tras meses de negociaciones y algún que otro revés -con el bloqueo de los seis vicepresidentes en el Parlamento Europeo durante sus exámenes individuales-, el pleno ha aprobado definitivamente al colegio de comisarios, que comenzará su mandato el 1 de diciembre, tras recibir 370 votos a favor, 282 en contra y 36 abstenciones. En su discurso previo a la votación, Von der Leyen prometió trabajar «con todas las fuerzas prodemocráticas y proeuropeas» para hacer frente a los desafíos que enfrenta la Unión Europea (UE) «en un mundo inestable».

«Debemos estar unidos y defender nuestros valores», ha destacado la alemana. En un momento en el que «se explota cada debilidad», Von der Leyen prometió desarrollar una brújula de competitividad, que guiará el trabajo de la próxima Comisión para cerrar la brecha competitiva con Estados Unidos y China, descarbonizar la industria y aumentar la seguridad evitando las dependencias.

La seguridad y defensa europea serán otro de los ejes del segundo mandato de la alemana, que quiere aumentar el gasto militar y trabajar «mano a mano» con la OTAN. Para ello creará una hoja de ruta para el Futuro de la Defensa Europea en los primeros cien días de la Comisión y ha insistido en que «el futuro de Ucrania está dentro de la OTAN». La vivienda, el reto migratorio y la aplicación del Pacto de Migración y Asilo de la UE, serán también parte fundamental de la próxima Comisión.

Negociaciones difíciles

El acuerdo alcanzado la semana pasada entre la gran coalición, formada por los populares europeos, los socialdemócratas y los liberales sirvió para desbloquear la aprobación del italiano Raffaele Fito -candidato propuesto por Giorgia Meloni y que contaba con el rechazo de los socialdemócratas y los liberales- y de la española Teresa Ribera, que ocupará la vicepresidencia ejecutiva de Transición Limpia, Justa y Competitiva y responsable de Competencia; y a cuya designación se opuso inicialmente el Partido Popular Europeo.

La aprobación de órgano ejecutivo de la Unión Europea llega en un momento crucial para Europa, que debe afrontar la inestabilidad geopolítica y los retos económicos que supone la competencia con China y el regreso a la Casa Blanca de Donald Trump.

En el turno de intervención de los grupos políticos, el líder de los populares Manfred Weber ha pedido el voto a favor a la Comisión y ha destacado que Viktor Orbán, Alternativa para Alemania (AfD) y Marine Le Pen son «nuestros enemigos políticos». La líder socialista, Iratxe García, también ha mencionado a la ultraderecha «que quiere desguazar el proyecto europeo». En ese sentido ha destacado que el sí de la familia socialdemócrata al próximo Ejecutivo «no es un cheque en blanco». Valérie Hayer, de los liberales, ha destacado que la mayoría «de centro y europeísta es la única que vale» y ha pedido a Von der Leyen que se apoye en esa mayoría durante su legislatura, mientras que los Verdes han pedido mayorías que «dejen fuera a la ultraderecha».

Los Patriotas por Europa -grupo del que forma parte la formación del húngaro Viktor Orbán y Vox- han asegurado que votarían en contra unánimemente a la Comisión, mientras que los Conservadores y Reformistas -del que forma parte Giorgia Meloni- han señalado que darían libertad de voto en su grupo. El grupo de La Izquierda ha afeado a Von der Leyen que su gabinete «pone fin al cordón sanitario a la ultraderecha» y ha criticado que el proceso de elección de los comisarios se haya resuelto con un pacto entre los grupos políticos, por lo que votarán en contra.