Scholz expresa su apoyo a Ucrania con un viaje con fines electorales

Juan Carlos Barrena BERLÍN / COLPISA

INTERNACIONAL

Scholz y Zelenski, en un memorial por los militares caídos en la guerra, instalado en la plaza de la Independencia de Kiev.
Scholz y Zelenski, en un memorial por los militares caídos en la guerra, instalado en la plaza de la Independencia de Kiev. Gleb Garanich | REUTERS

Anuncia ayudas militares por valor de 650 millones de euros, que no incluye los misiles de largo alcance Taurus.

11 dic 2024 . Actualizado a las 18:53 h.

El canciller federal, Olaf Scholz, viajó este lunes por sorpresa a Kiev, en plena campaña electoral en Alemania, para expresar su claro apoyo a Ucrania y con el anuncio de un nuevo paquete de ayuda militar por valor de 650 millones de euros, pero que no incluye los misiles de largo alcance Taurus. «Desde hace más de mil días se defiende de manera heroica de la despiadada guerra», dijo Scholz a su llegada en su primera visita a la capital desde hace dos años y medio. Allí expresó su solidaridad con el pueblo y aseguró que su país continuará siendo el que «mayor respaldo ofrece a Ucrania de toda Europa», subrayó.

«Durante mi encuentro con el presidente Zelenski anunciaré nueva ayuda militar por valor de 650 millones de euros que será entregada este mismo mes de diciembre», declaró Scholz en la misma estación de tren de Kiev, a donde llegó tras cruzar el país en un convoy especial durante la madrugada. Ucrania puede confiar en Alemania, insistió el canciller federal, quien afirmó que «decimos lo que hacemos. Hacemos lo que decimos».

Es de esperar que Scholz y el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, aborden durante su encuentro posibles negociaciones que conduzcan a un fin del conflicto bélico con Rusia. El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que conseguirá acabar con esa guerra rápidamente. Sin embargo, tanto en Berlín como en Kiev existe la preocupación de que el republicano quiera establecer unas condiciones de paz sin consultar ni a Ucrania ni a sus aliados europeos.

En contacto con los aliados

El canciller federal ha mantenido en las últimas semanas varias conversaciones sobre el futuro de Ucrania con sus aliados occidentales. A mediados de octubre con el aún presidente estadounidense, Joe Biden, el primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente francés, Emmanuel Macron, quienes se reunieron en Berlín y a los que informó sobre su intención de telefonear a Vladimir Putin, tras más de dos años sin contactos directos. 

La llamada tuvo lugar pocos días después de la cumbre informal berlinesa de los cuatro mandatarios sin resultado alguno, como confesó el propio Scholz. El canciller federal fracasó igualmente a la hora de situar la guerra de Ucrania a la cabeza de la agenda de la cumbre del G20 hace dos semanas en Brasil y tuvo que constatar que ese conflicto carece de gran interés para buena parte de los países miembros de ese grupo. 

La guerra de Ucrania ha adquirido, sin embargo, mayor relevancia en Alemania en las últimas semanas, en primer lugar por el incremento de los ataques rusos contra infraestructuras críticas del país invadido, pero también porque es un tema clave en la campaña para las elecciones legislativas germanas, que se han adelantado al 23 de febrero.

En ese sentido, analistas políticos en Berlín han comentado que Scholz se ha querido adelantar con su visita a Kiev a la que tiene previsto realizar su principal rival en los comicios, el líder conservador Friedrich Merz, que ha sido invitado asimismo por Zelenski. En todo caso la visita del canciller federal tiene lugar dos semanas antes de la presentación ante el Bundestag de una moción de confianza por parte de Scholz, que perderá previsiblemente y dará lugar al ya anunciado adelanto electoral.

El jefe del Gobierno alemán parte con gran desventaja en la campaña para esos comicios, con pésimas intenciones de voto para el Partido Socialdemócrata (SPD) y el augurio de un triunfo incontestable de los conservadores.

Mitin interno

De ahí la sospecha de que trata de aprovechar su viaje a Kiev con fines electorales. «Cuando hablo de ello se me acusa de querer instrumentalizar la guerra», comentó Scholz el sábado pasado durante un acto en la sede central del SPD que abrió la campaña de su partido. «Esa guerra en Europa es un tema, hable de ella o no el canciller federal», reconoció entonces abiertamente en ese primer mitin de carácter interno, en el que criticó a Merz por su posición ante el conflicto.

Scholz calificó a su rival conservador de «líder imprevisible de la oposición» y afirmó que «Friedrich Merz quiere plantear un ultimátum a la potencia nuclear que es Rusia. En el Bundestag ha afirmado abiertamente que si Putin no hace lo que Alemania quiere, a partir de mañana se disparará contra Rusia con misiles crucero alemanes», atribuyendo a su competidor por la jefatura del Ejecutivo germano una postura belicosa. «Cuidado», indicó Scholz ante medio millar de correligionarios, a los que advirtió de que «con la seguridad de Alemania no se juega a la ruleta rusa». 

«La movilización del miedo a la guerra es parte del ADN del SPD», respondió este domingo Merz a las afirmaciones de Scholz, que, pese al amplio respaldo militar de Alemania a Ucrania y el enorme suministro de armas, es sospechoso de no hacer lo suficiente para el país invadido, empezando por su negativa a cederle los poderosos misiles germanos tipo Taurus por miedo a implicarse directamente en el conflicto. Además su llamada a Putin tampoco ha sentado bien en Kiev. Zelenski acusó al canciller federal de «abrir la caja de Pandora» y minar los esfuerzos para aislar internacionalmente al jefe del Kremlin.