Desolación en el archipiélago francés de Mayotte: «Parece que ha estallado una bomba atómica»

La Voz REDACCIÓN

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Varios bomberos, este lunes en Mayotte.
Varios bomberos, este lunes en Mayotte. UIISC7 / Securite Civile | REUTERS

El paso del ciclón Chido causó la muerte de al menos 20 personas. La senadora Salma Ramia advirtió de una gran escasez de comida y agua en la zona

16 dic 2024 . Actualizado a las 21:30 h.

«Una bomba atómica», «apocalipsis», «devastación». Los pocos testimonios de los habitantes de Mayotte que han podido llegar a Francia este lunes describen un panorama desolador en ese archipiélago del Índico, al norte de Madagascar, que fue arrasado este sábado tras el paso del ciclón Chido. «Tenemos la impresión de que ha estallado una bomba atómica», clamó a la cadena BFM Tahar, uno de los 320.000 habitantes de Mayotte que aún tiene cobertura; las violentas rachas de viento de hasta 220 kilómetros por hora han arrancado las antenas y postes de telecomunicaciones.

El balance oficial de víctimas avanza lentamente y ya son 20 los fallecidos reconocidos oficialmente, una cuenta aún lejos de las primeras estimaciones de la delegación del Gobierno, que ha advertido de «varios cientos de muertos». Los barrios de chabolas, que albergan al menos 100.000 habitantes, fueron las primeras víctimas y resultaron completamente destrozados, sin conocerse aún el peaje humano de esa devastación.

Al diario Libération, Maxime, de 27 años, contó que no quedaba «nada en pie» en el pueblo de Labattoir, en el que reside desde hace diez años. «Es horrible, esto es como un paisaje de guerra, se podría decir que una bomba atómica pasó por aquí». Este hizo un paralelismo entre la situación de las islas y el videojuego Resident Evil, de tintes posapocalípticos.

La devastación de Chido ha arrancado los tejados de muchas de las viviendas, incluso de las más sólidas, y ha afectado a edificios públicos, como las escuelas, la torre de control del aeropuerto internacional y también el hospital de la capital, Mamoudzou. El centro sanitario «ha sufrido inundaciones importantes, así como destrozos, sobre todo en la parte de cirugía, reanimación, urgencias y maternidad, partes que son esenciales para un hospital. A pesar de ello, sigue funcionando a duras penas», explicó la ministra de Sanidad en funciones, Geneviève Darrieussecq, a France 2.

La senadora de Mayotte Salma Ramia, del partido macronista Renacimiento, urgió a dar de «comer y de beber» a los afectados. «Las personas empiezan a morir de sed y de hambre. Hay enfermos. Muchos duermen en el suelo», denunció al canal BFM Ramia, quien, ante la falta de electricidad generalizada, solo logró cargar su móvil gracias a su coche.

Las autoridades están además en alerta ante la posibilidad de la propagación de enfermedades como el cólera por el colapso de los sistemas de alcantarillado. Mientras la ayuda llega procedente de la Francia metropolitana —unos 800 policías y bomberos—, las carreteras están cortadas y el aeropuerto internacional cerrado para los vuelos comerciales, como mínimo hasta el jueves, según la compañía aérea regional Air Austral.

Las autoridades temen que Mayotte, donde el 80 % de la población vive bajo el umbral de la pobreza y que atraviesa una crisis migratoria endémica, caiga en el caos si los pillajes aumentan considerablemente. En ese contexto, el presidente Emmanuel Macron presidió este lunes la primera reunión de una célula de crisis en París.