El Gobierno interino sirio busca desarmar a los rebeldes para reforzar la seguridad

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

INTERNACIONAL

Combatientes de Hayat Tahrir al Sham en las proximidades de Hama, Siria.
Combatientes de Hayat Tahrir al Sham en las proximidades de Hama, Siria. BILAL AL HAMMOUD | EFE

Bachar al Asad asegura que su intención fue «resistir» ante los «terroristas»

16 dic 2024 . Actualizado a las 21:07 h.

Con Siria avanzando hacia una nueva realidad a paso tímido, el Gobierno interino tomó el pasado domingo la decisión de afianzar la seguridad del país con el desarme de civiles y grupos rebeldes para que todo el personal armado quede integrado plenamente en el Ejército y la Policía a fin de evitar el caos y dar garantías de tranquilidad a su población, aún en vilo por el futuro de la república árabe.

La medida, anunciada por el portavoz del Gobierno de Salvación, Obeida Arnaout, especifica que los grupos rebeldes que constituían el Ejército Libre Sirio se integrarán en las venideras Fuerzas Armadas del país y las armas en manos de civiles quedarán confiscadas. «En el Estado del futuro, no hay lugar para llevar las armas fuera del Ministerio de Defensa o las instituciones de Seguridad y policiales», aseguró el portavoz a la televisión nacional saudí. De momento, dichas armas se han entregado con cuentagotas principalmente de los desertores del régimen en la costera Latakia, según el Instituto para el Estudio de la Guerra, y el diezmado campo de refugiados palestinos de Yarmouk.

Arnaout, no obstante, matizó que la aplicación de esta política «dependerá de la rapidez del despliegue de la administración del mando militar», ya que los conatos de resistencia de los paramilitares de Shabiha, fieles al régimen, son más difíciles de localizar y el proturco Ejército Nacional Sirio tiene su propio aval desde Ankara.

El Gobierno de Salvación busca así impedir los intentos de venganza contra los exafines a Bachar al Asad y, por otro lado, garantizarse el control de la seguridad a fin de evitar situaciones como la derivada de la derrota de Estado Islámico en Irak, en la que las proiraníes Unidades de Movilización Popular impusieron su fuerza para doblegar al Gobierno, atarlo a Teherán e imponer su agenda. En suma, se trata de impedir revueltas internas.

El líder de Hayat Tahrir al Sham, Mohamed al Jolani, aseguró además que abolirá el servicio militar obligatorio.

La «resistencia» de Al Asad

Mientras Al Jolani resuelve el futuro estatus de seguridad de Siria, el depuesto dictador Bachar al Asad se pronunció por primera vez desde que dejó Damasco y aseguró que deseaba «continuar la lucha ante el avance de los terroristas», pero que ante el avance rebelde, «Moscú exigió a la comandancia de la base [de Hmeimim, en Latakia, donde se encontraba]», que lo evacuaran «inmediatamente». Igualmente, señaló contradictoriamente que no se planteó «solicitar asilo en otro país» ni recibió «ninguna propuesta al respecto», aunque las autoridades rusas aseguraron que le dieron dicha protección.

La UE inicia los contactos con Damasco y debate paralizar las solicitudes de asilo comunitarias

Con cautela. Así concretó ayer la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, la forma en la que la Unión Europea procederá a relacionarse con Damasco tras la caída del régimen después de una reunión con los Veintisiete en la que también concretó que ya se ha enviado a un embajador al país árabe.

«Siria vive un momento optimista y positivo, pero con un futuro muy incierto así que hay que asegurarse de que esto va en la buena dirección», concretó tras el encuentro, tras lo que Kallas agregó que esperará a los «hechos» y no a las «palabras» del Gobierno de Salvación para determinar unas relaciones en las que Damasco tiene especial interés, sobre todo por la parte que involucra al levantamiento de las sanciones impuestas al ya depuesto régimen baazista.

En el encuentro con los ministros de Exteriores de los países miembros se debatió sobre las solicitudes de asilo de los sirios y el retorno de los árabes a su país de origen como ya han hecho Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Italia, Suecia, Noruega, Suiza, Reino Unido y los Países Bajos sin un acuerdo.

Entretanto, el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, anunció el envío de un encargado de negocios y un representante diplomático esta semana a Damasco para iniciar unas conversaciones «muy preliminares» con Siria y trasladar unas «líneas rojas» que ayuden a mejorar las relaciones bilaterales.