Al menos diez muertos, cinco fuegos activos, 180.000 evacuados, 15.000 hectáreas arrasadas y más de 10.000 edificios calcinados
11 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Colosales, infernales, devastadores. Los incendios que arrasan el condado de Los Ángeles (California) desde el pasado martes no dan tregua y han dejado, al menos, una decena de víctimas mortales, 10.000 estructuras y edificios calcinados, 180.000 personas evacuadas y 15.000 hectáreas afectadas gravemente. Los fuertes y persistentes vientos de Santa Ana, que dejaron rachas de más de 160 kilómetros por hora, mantenían cinco fuegos activos al cierre de esta edición. «Nunca he visto algo así en mis 25 años de carrera. Nuestros bomberos, botas sobre el terreno, están absolutamente cansados, pero nunca se rendirán», aseguró ayer Kristin Krowley, jefa del Departamento de Bomberos de la ciudad. «Es como si hubiera caído una bomba atómica», sostuvo el sheriff del condado, Robert Luna, que reconoció que «está rezando» para que no aumente la cifra de fallecidos. La situación es crítica y el presidente del país, el demócrata Joe Biden, prometió que el Gobierno federal «cubrirá el 100 % del coste de las medidas para proteger las vidas y las propiedades en el sur de California durante seis meses».
Recortes de personal
Unos 4.700 bomberos trabajan sin descanso y contra reloj en dos fuegos, pero son insuficientes para hacer frente al resto de incendios. El Departamento de Bomberos de Los Ángeles denunció que sufre un grave déficit de personal tras los recortes hechos recientemente. Cabe recordar que en EE.UU. el 65 % de los bomberos son voluntarios, no profesionales. Además de la escasez de mano de obra, California tampoco tiene agua. Los tanques de almacenamiento en Pacific Palisades «se secaron» y dejaron el 20 % de las bocas de incendio vacías, admitió la directora del Departamento de Agua y Energía de la ciudad, Janisse Quiñones. Sin embargo, Biden explicó que el corte de energía para evitar nuevos fuegos fue el responsable de que los bomberos no tuvieran agua disponible. Su vicepresidenta, Kamala Harris, que canceló su gira por Asia, Oriente Próximo y Europa, tachó la situación de «apocalíptica» y destacó que había pedido más recursos para los servicios de emergencias. Todo ello, en un país que es la mayor potencia económica en términos de PIB y que cuenta con el mayor presupuesto militar del mundo. El departamento de Defensa, que brindará «gran cantidad de ayuda», envió diez helicópteros de la Marina desde el Pentágono, cinco avionetas cisterna y decenas de camiones para combatir las llamas.
El presidente electo, Donald Trump, acusó de la catástrofe al gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, y difundió el bulo de que este había bloqueado un trasvase de agua para proteger un pez en peligro de extinción.
Saqueos y toque de queda
Las autoridades no solo lidian con el fuego, sino con robos y saqueos, por los que ya han sido detenidos veinte sospechosos, que habrían aprovechado el caos desatado por la emergencia. La Guardia Nacional anunció que va a desplegar a unos 600 reservistas para ayudar a mantener el orden público. «No toleraremos los saqueos. Estamos poniendo todo lo que está en nuestra mano para proteger a las comunidades afectadas durante los próximos días», advirtió Newsom. «Habrá tolerancia cero para cualquiera que se atreva a entrar en las casas o saquear la propiedad de las personas o las estructuras que permanecen en pie», insistió la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass. Para evitar el pillaje, implantaron un toque de queda desde las seis de la tarde (hora local) hasta las seis de la madrugada. La policía también investiga un incendio en Kenneth, declarado el jueves por la noche, como un fuego provocado, y ha arrestado al presunto responsable, según informa la cadena de noticias por cable NewsNation.