La inteligencia británica ocultó durante casi una década a Isabel II que uno de sus asesores era un espía soviético Anthony Blunt, el encargado de la supervisión de la Colección Oficial de Arte Real
14 ene 2025 . Actualizado a las 23:09 h.El KGB se paseó libremente por los pasillos del palacio de Buckingham durante años. El temido servicio secreto soviético llegó a tener un espía dentro de la residencia real británica y tuvo acceso a la fallecida reina Isabel II. Así aparece en los archivos desclasificados por el servicio de inteligencia del Reino Unido, que también revelan que la monarca no fue informa hasta diez años después de que uno de sus asesores confesara que era un agente doble.
El espía era el historiador Anthony Blunt, encargado de supervisar la Colección de Arte Real, que en 1964 admitió que había sido un agente de la extinta Unión Soviética desde la década de 1930, según los documentos del MI5. Blunt era el líder de los cinco de Cambridge, un grupo de espías británicos reclutado en el Trinity College de la universidad.
Blunt confesó que trabajaba para los soviéticos desde la década de 1930, además de para la inteligencia británica, y que había pasado información durante la Segunda Guerra Mundial. A pesar de la confesión, la reina no fue informada oficialmente de la misma hasta 1973. ¿Por qué se mantuvo en la ignorancia a la monarca? «Porque solo aumentaría sus preocupaciones», escribió el entonces director del MI5, Michael Hanley. Cuando Isabel II recibió la noticia de boca de su secretario privado, se la tomó «todo con mucha calma y sin sorpresa», se lee en los documentos publicados en los Archivos Nacionales. La reina «recordó que él había estado bajo sospecha desde hacía tiempo», apuntó la BBC.
Las primeras sospechas sobre el doble papel de Blunt en el seno del MI5 aparecieron en 1951, cuando dos de los miembros de los cinco de Cambridge, Guy Burgess y Donald Maclean, huyeron a la URSS. Sin embargo, el historiador logró superar todas las investigaciones que se le abrieron. Pero todo cambió en la década de 1960, cuando el estadounidense Michael Straight informó al FBI que Blunt lo había reclutado para unirse a las filas de la KGB. Acorralado, el asesor de arte confesó a cambio de no ser perseguido judicialmente. No solo evitó la cárcel, sino que continuó en su puesto en Buckingham e incluso fue nombrado caballero.
Las autoridades solo informaron a Isabel II una vez que algunos medios comenzaron a indagar sobre el agente. El pasado de Blunt fue finalmente expuesto públicamente por la entonces primera ministra Margaret Thatcher en una declaración ante la Cámara de los Comunes en 1979. Cinco años después, el espía murió de cáncer.
El MI5 no solo ha publicado documentos relacionados con el espía de Buckingham, sino también otros como con el caso del actor Dirk Bogarde, a quien el KGB tenía en su mira y buscó forzar a unirse a sus filas extorsionándolo con revelar que era homosexual.