Jordania y Egipto rechazan acoger a 1,5 millones de desplazados forzados por la guerra israelí
27 ene 2025 . Actualizado a las 22:10 h.La fantasía del sionismo radical para colonizar Gaza ya ha encontrado su paladín internacional. El presidente Donald Trump se alineó ayer con los planes de los socios ultras del Gobierno de Benjamin Netanyahu y propuso vaciar la Franja y expulsar a al menos 1,5 millones de palestinos de sus hogares para mandarlos a Jordania o Egipto. Una idea que ya ha sido rechazada en repetidas ocasiones por estos países.
A bordo del avión presidencial, Trump refirió ayer a los periodistas que le acompañaban que Gaza «ahora mismo es literalmente una zona de demolición, por lo que prefiero hablar con algunos países árabes y construir casas en un sitio diferente para que esa gente viva en paz, para variar». El presidente apunta a que «cerca de 1,5 millones» de los 2,3 millones de personas que viven en el enclave tendría que abandonar su hogares para una posible anexión del territorio a Israel a pesar de que Netanyahu ha prometido en repetidas ocasiones que no tiene «intención de ocupar Gaza de forma permanente ni de desplazar a su población civil».
Pero ese sí es el deseo de asociaciones de colonos como Nachala, que lleva meses «vendiendo» terrenos frente a la costa gazatí, y de los partidos ultras del Gobierno. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, aseguró que trabajará «para desarrollar un plan que permita implementar esta idea lo antes posible». El extitular de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, también celebró la idea. «¡Hay que promover ya la emigración!», escribió en X.
Durante meses, los colonos han realizado algunas expediciones a Gaza para examinar el terreno. Y desde mediados de la guerra, han circulado diversos proyectos de desarrollo y de construcción de viviendas para una Gaza sin palestinos. Algunas, vinculadas al Gobierno, otras a empresas. A ello hay que sumar la iniciativa conocida como el Plan de los Generales, por el que el norte del enclave palestino sería el primero en colonizarse.
Trump ya favoreció medidas en su anterior mandato como el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel o legitimar como productos locales aquellos confiscados a palestinos, de donde eran originarios. Su propuesta dificulta la solución de los dos Estados para poner fin a un conflicto de casi 80 años.
De hecho, parece que el magnate está interesado en que Israel termine su guerra pese al alto el fuego acordado entre Hamás y Tel Aviv, ya que también desbloqueó el envío de 1.800 bombas no guiadas MarK-84, de 900 kilos cada una, que Joe Biden congeló para no ser utilizadas en Gaza.
Amenazas de guerra
El rechazo de Hamás, Egipto y Jordania a la propuesta de Trump fue clara. El Movimiento de Resistencia Islámica aseguró a través de Bassem Naim, miembro del buró político, que «nuestro pueblo ha desbaratado todos los planes de desplazamiento y tierras alternativas durante décadas, y también rechazará tales proyectos». La mayoría de los 2,3 millones de habitantes de Gaza ya han sido forzados a desplazarse en numerosas ocasiones por los bombardeos israelíes.
Los presuntos países de destino para esos palestinos también han reiterado su rechazo a la iniciativa de Trump. El presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, mostró su repudio argumentando que, de producirse un éxodo como la Nakba de 1948 [750.000 palestinos fueron expulsados del recién creado Estado de Israel], «ya no existiría una razón para hablar de un pueblo palestino: la tierra seguiría ahí, pero la gente no». Sería, a todas luces, una limpieza étnica del territorio.
Trump aseguró haberle trasladado esta propuesta al rey Abdalá II de Jordania, pero el país vecino de Palestina respondió a través de su ministro de Exteriores, Ayman Safadi: «La solución a la cuestión palestina es una solución palestina, Jordania es para los jordanos y Palestina es para los palestinos». El dirigente árabe reiteró además que la paz solo es posible a través de la solución de los dos Estados. En su país ya viven dos millones de palestinos del éxodo de 1948.
Entretanto, el alto el fuego sigue en un momento delicado. La Yihad Islámica ha tenido que prometer la liberación de la rehén Arbel Yehud antes del próximo sábado para que los desplazados del norte de Gaza puedan volver a sus hogares. Una condición obligada por Tel Aviv para hacer cumplir su parte del trato.
Las imágenes aéreas de las áreas costeras del centro de Gaza, junto a la carretera de Rashid, que atraviesa el enclave de norte a sur y que los palestinos deberán utilizar para volver a lo que quede de sus hogares en el norte, muestran a miles de personas esperando. El Ejército abrió fuego y mató a dos palestinos y otros 15 resultaron heridos.