Meloni, investigada por la repatriación de un libio buscado por la Corte Penal Internacional

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Meloni, en octubre del 2024, durante su cuarta visita a Libia en menos de año y medio.
Meloni, en octubre del 2024, durante su cuarta visita a Libia en menos de año y medio. EFE

Osama al Masri es conocido como el «torturador de Mitiga», nombre de la prisión de Trípoli donde se le acusa de cometer asesinatos, torturas y violencia sexual

28 ene 2025 . Actualizado a las 20:44 h.

La Fiscalía italiana ha abierto una investigación formal a la primera ministra, Giorgia Meloni, y varios miembros de su Gobierno por la deportación del jefe de la Policía judicial libia, Osama al Masri, buscado por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra y contra la humanidad y que llegó a estar detenido en Italia pero quedó libre por errores de procedimiento.

Meloni confirmó este martes en un mensaje en redes sociales que ha recibido la notificación de la investigación por el fiscal Francesco Lo Voi, que también habría sido enviada al ministro de Justicia, Carlo Nordio; del Interior, Matteo Piantedosi, y su subsecretario de Presidencia, Alfredo Mantovano.

La Justicia busca esclarecer los hechos que llevaron en la noche del pasado 19 de enero a la liberación y repatriación de Al Masri, que había sido detenido en la ciudad italiana de Turín. La Fiscalía investiga si estos miembros del Gobierno italiano pudieron haber incurrido en los delitos de encubrimiento y de malversación, ya que el represor libio fue trasladado en un avión estatal italiano, hasta la capital libia, Trípoli, donde recibió una bienvenida de héroe.

La primera ministra volvió a defender la gestión de su Gobierno y cuestionó el trasfondo de la causa. Así criticó al fiscal Lo Voi, recordando que estuvo implicado en el juicio contra Matteo Salvini -en el que al final salió absuelto del bloqueo de migrantes en el barco español Open Arms-, y «supuso» que la denuncia ha salido del abogado y «expolítico de izquierdas» Luigi Li Gotti, defensor de arrepentidos de la mafia como Tommaso Buscetta o Giovanni Brusca, además ser «muy próximo» al ex primer ministro progresista Romano Prodi.

«Digo hoy lo que decía ayer: no permitiré que me extorsionen ni me dejaré intimidar. Es posible que, por todo esto, sea atacada por quienes no quieren que Italia cambie y mejore. Pero pretendo seguir adelante, en defensa de los italianos, con la cabeza alta y sin miedo», declaró Meloni en el vídeo divulgado en las redes.

Meloni cargó contra el CPI, al reprocharle que «tras meses de reflexión» emitió su orden de arresto internacional contra Al Masri «curiosamente cuando este estaba a punto de entrar en territorio italiano, después de pasar tranquilamente casi doce días en otros tres estados europeos».

En este sentido, declaró que La Haya no envió esta orden al Ministerio de Justicia italiano, tal y como prevé el protocolo, por lo que el Tribunal de Apelación de Roma decidió no convalidarla y autorizar la puesta en libertad de Al Masri.

«En lugar de dejarlo libre, decidimos expulsarlo y repatriarlo inmediatamente por razones de seguridad», explicó Meloni, que insistió en que no se dejará «chantajear» ni «intimidar» por este tipo de medidas judiciales.

El torturador de Mitiga

Osama al Masri, que formaba parte de la milicia Fuerza de Disuasión (Rada), fue detenido por las fuerzas de seguridad mientras se encontraba en Turín para asistir a un partido de fútbol entre el Juventus y el Milan. Es conocido como el «torturador de Mitiga», nombre de la prisión de Trípoli, donde fueron encarcelados miles de migrantes que esperaban llegar a Europa. Está acusado por el CPI de cometer asesinatos, torturas, violaciones y violencia sexual en esas instalaciones penitenciarias a partir del 2015, a donde fueron a parar también personas por motivos religiosos, comportamiento inmoral y homosexualidad, así como por su presunto apoyo a otros grupos armados.

Según la orden internacional de captura, en esta cárcel fueron asesinadas 34 personas, mientras que al menos otras 22 fueron torturadas y víctimas de abusos sexuales, entre ellas un niño de 5 años. El propio director Al Masri habría «pegado, torturado, disparado, agredido sexualmente y matado personalmente a los detenidos, además de ordenar a los guardias que les pegaran y torturaran».

El CPI pidió explicaciones a las autoridades por este caso y recordó a Italia que el Estatuto de Roma recoge «el deber de todos los Estados parte de cooperar plenamente en sus investigaciones y enjuiciamientos por crímenes», lo que habría implicado consultar con el tribunal cualquier posible contratiempo o decisión.

La orden de arresto se emitió en el contexto de la investigación abierta por la fiscalía de la CPI desde marzo del 2011 y hay otras siete órdenes de arresto pendientes, incluido Saif al Islam, hijo del fallecido dictador libio Moamar Gadafi.