Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Los sondeos sugieren que la CDU se vería obligada a formar un tripartito en Alemania

juan carlos barrena BERLÍN / COLPISA

INTERNACIONAL

Un transeúnte toma una foto del cartel con el montaje en el que el líder de la CDU, Friedrich Merz, y la candidata de AfD, Alice Weidel, están a punto de besarse
Un transeúnte toma una foto del cartel con el montaje en el que el líder de la CDU, Friedrich Merz, y la candidata de AfD, Alice Weidel, están a punto de besarse CHRISTOPHER NEUNDORF | EFE

La fragmentación complica la opción de un bipartito con el SPD

21 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Los conservadores alemanes podrían verse obligados a negociar una nueva, complicada e incómoda coalición tripartita para contar con la mayoría parlamentaria necesaria para formar gobierno, según indican los últimos sondeos electorales para los comicios legislativos adelantados del domingo, en los que figuran como primera fuerza con amplia ventaja sobre el resto de sus rivales políticos. Una eventualidad que depende fundamentalmente del número de pequeñas formaciones que logren escaños en el Bundestag. Cuantas más consigan representación, más probable es que el próximo Ejecutivo germano surja de una alianza de tres partidos que de una de dos, debido al reparto de escaños entre las distintas formaciones.

La fractura en noviembre del Gobierno del aún canciller federal, Olaf Scholz, de socialdemócratas (SPD), verdes y liberales (FDP), tras la expulsión de estos últimos del Gabinete acusados de paralizar su funcionamiento, es el mejor ejemplo de lo complicado que puede resultar poner de acuerdo a tres partidos.

La más reciente encuesta, publicada ayer por el instituto demoscópico INSA y realizada por encargo del tabloide Bild, pronostica la entrada en la Cámara Baja alemana con un 7 % de votos del partido La Izquierda, una formación que parece tener segura su permanencia en el Bundestag, pero también (con un ajustado 5 %) de la Alianza Sarah Wagenknecht (BSW), una escisión de la anterior creada hace un año en torno a la política populista de izquierdas que le da nombre.

Los mayoritarios

Los conservadores de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y sus hermanos bávaros de la Unión Socialcristiana (CSU) se mantienen en el 30% de votos potenciales que les adjudican la gran mayoría de los sondeos, al igual que el SPD con un 15 % y Los Verdes con un 13 %. La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) sumaría un 21 %, que de poco le servirá, toda vez que el cortafuegos levantado para mantenerla aislada parece funcionar y ninguna otra formación está dispuesta a colaborar con ellos.

Los liberales, castigados por su traición al Ejecutivo de Scholz, perderán previsiblemente todos sus diputados con el insuficiente 4 % que la última encuesta y la mayoría de los sondeos le atribuye. Si se confirma finalmente que BSW logra acceder al Bundestag, la suma de escaños no daría a los conservadores una mayoría suficiente para gobernar con los socialdemócratas o con los verdes y la única opción sería una alianza de los tres, toda vez que la Unión excluye tan siquiera dialogar con AfD.

En todo caso, las cifras que se barajan son puros sondeos, aunque en este país normalmente se aproximan mucho al resultado final. Lo único que está claro es que la noche electoral será sumamente emocionante y que la formación de gobierno será bastante complicada después. También porque socialdemócratas y verdes desconfían del candidato conservador Friedrich Merz, cuyo triunfo parece que será incontestable, después de que este asumiera en el Bundestag el apoyo de la ultraderecha para alcanzar una mayoría parlamentaria para una moción de CDU/CSU con el fin de endurecer la legislación sobre migración.

Gran coalición, pero no tanto

Todo apunta, sin embargo, a una nueva Groko, la abreviatura de la Grosse Koalition o gran coalición de conservadores y socialdemócratas, aunque en esta ocasión no será grande, ya que AfD se colará entre ambos como segunda. Esta alianza ya funcionó sin grandes sobresaltos y con relativa normalidad en tres de las cuatro legislaturas de la cristianodemócrata Angela Merkel como canciller federal.

El SPD no quiere al parecer pasar a la oposición y argumentará responsabilidad de Estado para aceptar negociar con CDU/CSU. Eso sí, altos representantes de la socialdemocracia alemana exigen ya que, una vez negociado un acuerdo de coalición, su aprobación sea sometida al voto de las bases. «El SPD solo se sumará a una coalición si la mayoría de sus afiliados lo respalda», advirtió ayer la líder del partido en el Estado de Sajonia Anhalt, Juliane Kleemann, quien comentó que «Friedrich Merz polariza y eso ocupará con seguridad a nuestra gente ante una posible invitación para una alianza». El influyente diputado del Bundestag Ralf Stegner exigió también la aprobación de las bases y advirtió de que «la desconfianza del SPD frente a Friedrich Merz es en las últimas semanas más grande que nunca».

La exigencia de buscar el plácet de los afiliados no es nueva. El SPD consultó también a sus bases antes de dar el visto bueno a nuevas coaliciones dirigidas por Angela Merkel en el 2013 y el 2018, aunque no es obligatorio recabar su opinión. El acuerdo de coalición del 2021 entre socialdemócratas, verdes y liberales fue aprobado, sin embargo, por los delegados de un congreso del SPD convocado con ese fin.

Hasta ese momento los socialdemócratas habrán visto despedirse a Olaf Scholz, que tras la esperada derrota en los comicios, probablemente de carácter histórico al derrumbarse el SPD hasta niveles de voto del siglo XIX, anunciará previsiblemente la misma noche electoral su retirada de la vida política. Scholz ha dejado claro durante la campaña que de ninguna manera aceptaría entrar en un gobierno dirigido por Merz y entre los socialdemócratas, que cargarán sobre sus hombros el peso del fracaso en las urnas. Tampoco tendría un hueco en la dirección del partido.