
El premier anuncia que este jueves los líderes militares europeos, canadienses, australianos y neozelandeses se reunirán en Londres para reforzar las defensas de Kiev
15 mar 2025 . Actualizado a las 18:12 h.Aunque hasta ahora no ha mostrado ningún interés, Vladimir Putin «tarde o temprano» tendrá que sentarse en la mesa de negociaciones para poner fin a la guerra que hace tres años desató en contra de Ucrania. Sin embargo, mientras el mandatario ruso se decide a volver a la senda diplomática y acepta un cese de las hostilidades, los aliados del país invadido deben aprovechar el tiempo para seguir «reforzando las defensas y las fuerzas armadas de Ucrania». Esta es la hoja de ruta que los líderes de la Unión Europea, de Canadá, de Australia, de Nueva Zelanda y Japón acordaron en la reunión virtual que ayer organizó el primer ministro británico, Keir Starmer.
«Seguiremos aumentando la presión sobre Rusia, seguiremos enviando ayuda militar a Ucrania y seguiremos endureciendo las restricciones a la economía rusa para debilitar la maquinaria bélica de Putin y obligarlo a sentarse a la mesa de negociaciones», prometió el premier. Y acto seguido anunció que el próximo jueves los líderes y estrategas militares de los países que participaron en la conferencia telemática se reunirán en Londres para diseñar «una fase operativa», que buscará «implementar planes sólidos y contundentes que nos permitan apoyar un acuerdo de paz y garantizar la seguridad futura de Ucrania».
Una prioridad
Starmer contrastó la posición ucraniana con la rusa. «El presidente Zelenski ha demostrado una vez más, y sin lugar a dudas, que Ucrania es partidaria de la paz (…) se ha comprometido a un alto el fuego incondicional de 30 días. Pero Putin intenta retrasarlo, afirmando que debe realizarse un estudio minucioso (...) Bueno, el mundo necesita acción. No palabras vacías ni condiciones», dijo. Tras revelar que acordaron ejercer una «presión máxima» sobre el líder del Kremlin, el premier laborista confirmó que entre los temas tratados estuvo la posible utilización de los activos rusos que quedaron congelados por las sanciones para respaldar financieramente a Kiev. Sin embargo, reconoció que la idea era «complicada». Starmer dejó claro que el fin de la guerra es un asunto prioritario para el Reino Unido. «El afán de Rusia por el conflicto y el caos socava nuestra seguridad y aumenta el coste de la vida y de la energía», expuso.
Aunque en la llamada Coalition of the Willing (Coalición de los Voluntarios) que impulsa el premier británico, con el fin de enviar tropas a Ucrania que verifiquen y aseguren un eventual alto al fuego, parece estar avanzando, lo está haciendo no sin tropiezos. Así, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha descartado que su país vaya a enviar soldados, una postura similar a la de Alemania o España. El despliegue de una misión internacional para supervisar el cumplimiento de un posible cese de hostilidades es una idea que tanto Starmer como el presidente francés, Emmanuel Macron, defienden. Desde Rusia, por su parte, han rechazado esta posibilidad.
La iniciativa también debería contar con el respaldo de Trump, sin embargo, hasta el momento Washington no ha dado su visto bueno. «Necesitamos hacer todo esto en conjunción con Estados Unidos, con los que hablamos a diario», dijo.
Por su parte, el presidente ucraniano aprovechó para solicitarle a sus aliados más firmeza ante Moscú. «Un alto al fuego ya podría estar en vigor, pero Rusia está haciendo todo lo posible por evitarlo», dijo, mientras denunció que Rusia está concentrando fuerzas en la frontera con la región ucraniana de Sumy, en lo que parece el preludio de la apertura de un nuevo frente de batalla.
Downing Street asegura que líderes de 26 países, junto a los de la OTAN y la UE participaron en la cumbre, entre ellos, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.