Máxima tensión en Buenos Aires en una nueva marcha de jubilados frente al Congreso

Después de la violenta represión de la protesta de jubilados de los miércoles frente al Congreso de Argentina de la semana pasada, los ánimos se han ido caldeando. Los manifestantes redoblaron la apuesta con una nueva convocatoria ayer y el Gobierno prometió más represión. Puertas adentro, la Cámara de Diputados aprobó un decreto que habilita al Ejecutivo a cerrar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Desde primera hora del día, el despliegue de un enorme dispositivo de seguridad, los anuncios por pantalla en las estaciones de trenes advirtiendo que el Gobierno iba a reprimir o el aviso del Ministerio de Seguridad en las redes sociales prometiendo una recompensa de unos 8.600 euros para quienes denuncien a violentos enmarcaron una jornada más que tensa.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, también exigió la detención de 29 personas, que definió como «barrabravas» (ultras), y que habrían provocado los disturbios en la manifestación en la que los jubilados contaron con el apoyo de aficionados de distintos clubes de fútbol.

En relación al FMI, los peronistas de Unión por la Patria mostraron su oposición al decreto y le enviaron una carta a su titular, Kristalina Georgieva, en la que le advirtieron sobre su inconstitucionalidad.

Son días complicados para el Gobierno de Javier Milei, no solo por la incertidumbre que genera el acuerdo con el FMI, sino porque la protesta social crece, y las últimas encuestas muestran una fuerte caída de su imagen.

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