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Israel ordena al Ejército tomar más territorio en Gaza y amenaza con su anexión

La Voz

INTERNACIONAL

Policías empujan a manifestantes ante la residencia de Netanyahu en Jerusalén.
Policías empujan a manifestantes ante la residencia de Netanyahu en Jerusalén. Ronen Zvulun | REUTERS

El Supremo de Israel paraliza temporalmente el cese del jefe Shin Bet, la inteligencia y seguridad interior, en medio de protestas

21 mar 2025 . Actualizado a las 13:37 h.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ordenó este viernes al Ejército apoderarse de más territorios en Gaza, sin especificar cuáles, y amenazó a Hamás con su anexión a Israel si el grupo islamista no libera a los rehenes: «Cuanto más mantenga Hamás su rechazo, más territorio perderá, el cual será anexionado a Israel», dijo en un comunicado difundido por el ministerio. 

«He ordenado al Ejército que ocupe áreas adicionales en Gaza mientras evacúa a la población, así como expandir las zonas de seguridad en torno a Gaza para proteger a las comunidades israelíes y los soldados de las fuerzas armadas», anunció Katz a primera hora de la mañana.

Hasta el momento, Israel ha ordenado la evacuación de los barrios orientales de la ciudad de Jan Yunis, en el sur de Gaza, así como de la localidad vecina de Beni Suheila. También ordenó la evacuación de Beit Lahia, en el norte, donde las tropas lanzaron una operación terrestre.

Además, las fuerzas armadas ocuparon parcialmente el corredor de Netzarim, con el que Israel separó durante la guerra el norte y el sur de Gaza, y llamó a la población del norte a evacuar hacia el sur a través de la carretera de Rashid, que atraviesa la Franja paralela a la costa.

El titular de Defensa aseguró que Israel utilizará todos los métodos militares y civiles para presionar a Hamás a liberar a los 59 cautivos que siguen en la Franja «incluyendo evacuar a la población de Gaza al sur e implementar el plan de transferencia voluntaria de Trump» para los residentes del territorio palestino.

El plan de «transferencia voluntaria», que numerosas organizaciones internacionales y la población árabe han criticado como un plan de limpieza étnica de los gazatíes, alude a una evacuación «voluntaria» de su población, si bien esta lleva sometida desde hace casi año y medio a una guerra que se ha cobrado la vida de cerca de 50.000 personas y una crisis humanitaria sin precedentes.

Katz aseguró nuevamente en el comunicado que Israel aún apuesta por la propuesta del enviado de la Casa Blanca en Oriente Medio, Steve Witkoff, para la «liberación de todos los secuestrados, los vivos y los muertos, por adelantado y en dos etapas con un alto el fuego en medio». La propuesta implica una extensión de la primera fase del alto el fuego de unos 50 días, en la que la mitad de los rehenes iban a ser liberados en la primera jornada y, la otra mitad, en la última.

La primera fase del alto el fuego llegó a su fin el 2 de marzo, día en que habría comenzado la segunda fase, que implicaba el final sostenible de las hostilidades en Gaza y la puesta en libertad de los secuestrados en el territorio palestino. Sin embargo, las negociaciones de esa segunda etapa no llegaron a producirse y la primera concluyó dejando a Gaza en un impasse hasta que Israel rompió definitivamente el alto el fuego con una oleada de bombardeos el pasado martes de madrugada que mataron a cientos de palestinos. El grupo islamista Hamás nunca aceptó la propuesta de Witkoff y reclamó desde un primer momento que se cumpliera el acuerdo firmado originalmente pasando a la segunda fase.

Cese del jefe de inteligencia interior 

El Tribunal Supremo de Israel paralizó este viernes de forma temporal el cese por parte del Gobierno del jefe del Shin Bet, Ronen Bar, una medida que se mantendrá en vigor hasta que la corte revise todos los recursos presentados contra su destitución, que ha suscitado numerosas protestas durante los últimos días en todo el país.

El Gobierno de Israel destituyó en la madrugada de este viernes a Bar, después de que el gabinete del primer ministro, Benjamin Netanyahu, votara por unanimidad a favor del despido. Una decisión que parte de la sociedad israelí no aprueba y ve «antidemocrática».

La decisión judicial -que se podría alargar hasta el 8 de abril- llegaba poco después de que cuatro partidos de la oposición presentaran una petición ante el Supremo para revocar el cese del jefe de la agencia de Inteligencia interior israelí, argumentando que la medida supone «un grave conflicto de intereses» para Netanyahu tras las investigaciones en torno a los fallos de seguridad durante los ataques ejecutados el 7 de octubre del 2023 por Hamás y otros grupos palestinos. 

En la misiva que Bar envió a los ministros del Gobierno israelí de cara a la votación de su destitución, el jefe del Shin Bet insinuaba que las intenciones de Netanyahu, podría haber sido «llevar a cabo negociaciones [sobre Gaza] sin llegar a un acuerdo real». El grupo islamista palestinas considera que esas afirmaciones revelan la «manipulación deliberada» de Netanyahu de las negociaciones del acuerdo de alto el fuego y que actuó para frustrarlo «por intereses políticos».

Tras anunciar los recursos, el líder de Yesh Atid, Yair Lapid, apuntó en un mensaje en X  que el cese de Bar estaría vinculado con la investigación abierta por el Shin Bet contra varios miembros de la oficina de Netanyahu por supuestos lazos con Catar, así como a la responsabilidad de las autoridades en los fallos de seguridad durante los ataques del 7-O, que dejaron unos 1.200 muertos y cerca de 250 secuestrados, según los balances oficiales.

En este sentido, ha especificado que la petición presentada al Supremo recoge que «la destitución precipitada» de Bar tiene lugar «en tiempos de guerra» y «mientras el Shin Bet investigaba a personas de confianza del primer ministro, quienes le acompañaron durante años y conocen cada detalle de su vida, bajo sospecha de haber recibido de elementos directamente vinculados y que trabajan para el Estado de Catar».

El documento señala además que Catar «es el país que financió a la organización terrorista Hamás, la cual infligió el mayor desastre al Estado de Israel y al pueblo judío desde el Holocausto», en referencia a los ataques del 7-O. Además, apunta que el cese «se inició solo después de que la investigación del Shin Bet sobre los antecedentes de la tragedia del 7 de octubre indicara claramente a la responsabilidad de la cúpula política en el desastre».

Por su parte, el líder de Los Demócratas, Yair Golan, ha comparado a Netanyahu con «un animal herido». «Está en pánico y es muy peligroso. Sabe que el suelo bajo sus pies tiembla, que la investigación sobre los vínculos de su oficina con Qatar se está intensificando, que la Fiscalía General y el Tribunal Supremo son un obstáculo en su camino para destituir al jefe del Shin Bet y que el sistema judicial aún no está en sus manos», explicó.

«Por eso, pasa a una ofensiva total: dispara en todas direcciones: intentos de despido, aplastamiento del Estado de derecho, ruido de fondo e incendios provocados en todos los frentes, vídeos alucinatorios en Internet... son todo distracciones interminables», ha sostenido en X, antes de destacar que las protestas antigubernamentales «están teniendo un impacto». «Continuaremos, sin parar y sin desesperar, y ganaremos», ha apostillado.

Una decisión inédita

La petición de estos cuatro partidos al Supremo ha sido presentada horas después de que la oficina de Netanyahu confirmara en un comunicado que «el Gobierno ha aprobado por unanimidad la propuesta» del mandatario de «finalizar el mandato» del director del Shin Bet, quien «concluirá sus funciones el 10 de abril o cuando se nombre un director permanente» del organismo de Inteligencia, «lo que ocurra primero».

Es la primera vez en la historia de Israel que el Gobierno destituye al jefe de la agencia de inteligencia y seguridad interna. Netanyahu ha justificado su propuesta al sostener que perdió la confianza en Bar después de los ataques del 2023 y ha asegurado que, desde que le destituyó del equipo negociador para un alto el fuego en Gaza por otro alto funcionario del Shin Bet, «las filtraciones han disminuido drásticamente.

Sin embargo, el acuerdo de alto el fuego, que incluyó un intercambio de rehenes por presos palestinos, se firmó en enero, semanas antes de que Netanyahu retirara a Bar del equipo negociador, mientras que el jefe del Shin Bet ha sostenido que no existen «ejemplos concretos» que justifiquen su despido y que las acusaciones en su contra «no son más que una tapadera» con el objetivo de «obstaculizar la capacidad« de su oficina de »cumplir con sus funciones».

En este sentido, ha aseverado que la decisión de Netanyahu de apartarle tanto a él como al jefe del Mossad, David Barnea, de las negociaciones de los rehenes «perjudicó al equipo y no avanzó en absoluto en la liberación». Así, ha afirmado que trabajó »eficazmente« con el primer ministro para lograr el acuerdo, así como otras operaciones militares, y ha considerado que no tiene sentido la insistencia de que no hay confianza en ellos, »excepto si la verdadera intención« era »negociar sin llegar a un acuerdo«.

Por su parte, la fiscal general de Israel, Gali Baharav-Miara, ya había dictaminado que el gabinete carece de fundamento legal para destituir a Bar. Mientras tanto, miles de personas se han manifestado frente a la sede gubernamental para protestar por la medida. De hecho, según una encuesta del Canal 12, el 51 por ciento de los israelíes se opone a la destitución frente al 32 por ciento que la apoya.