Lo mejor de la poesía española

> José A. Ponte Far

LA VOZ DE LA ESCUELA

«Antonio Torres Heredia [...] viene sin vara de mimbre entre los cinco tricornios»
«Antonio Torres Heredia [...] viene sin vara de mimbre entre los cinco tricornios» ALBERTO MARTÍ VILLARDEFRANCOS

Un recorrido por las obras en verso más celebradas de nuestra literatura

17 abr 2013 . Actualizado a las 12:16 h.

Esta es la séptima entrega de un viaje por la mejor poesía de la literatura española que nos acompañará durante todo el curso. Una vez al mes traemos a estas páginas poemas que figuran entre los más celebrados de las letras castellanas. Aquí te irás encontrando con esos poemas de los que no solo debemos conocer el nombre de sus autores, sino que también sería bueno recordar algunos de sus versos y estrofas, porque han pasado ya a las páginas de oro de la literatura universal.

Para que este recorrido sea más fructífero, proponemos un sencillo método de trabajo en la clase de Lengua y literatura castellana:

1. Leemos, uno a uno, todos los poemas.

2. Escogemos el que más nos haya gustado, por la razón que sea: por su contenido, por su forma o por ambas cosas a la vez.

3. Lo copiamos en el cuaderno de Lengua.

4. Analizamos la rima del poema (asonante, consonante o libre).

5. Analizamos la medida de los versos y las figuras literarias que conozcamos.

6. Explicamos cuál es el tema principal o el contenido del poema.

7. Leemos el poema varias veces hasta aprenderlo. Después, siguiendo las indicaciones del profesor, lo recitamos en clase.

8. Recogemos información sobre los autores de estos poemas y redactamos un breve informe sobre cada uno. Se puede utilizar el libro de texto de Lengua Castellana y Literatura o recurrir a Internet.

Río Duero, río Duero,

nadie a acompañarte baja,

nadie se detiene a oír

tu eterna estrofa de agua.

Indiferente o cobarde

la ciudad vuelve la espalda.

No quiere ver en tu espejo

su muralla desdentada.

Tú, viejo Duero, sonríes

entre tus barbas de plata,

moliendo con tus romances

las cosechas mal logradas.

Y entre los santos de piedra

y los álamos de magia

pasas llevando en tus ondas

palabras de amor, palabras.

Quién pudiera como tú,

a la vez quieto y en marcha,

cantar siempre el mismo verso

pero con distinta agua.

Río Duero, río Duero,

nadie a estar contigo baja,

ya nadie quiere atender

tu eterna estrofa olvidada,

sino los enamorados

que preguntan por sus almas

y siembran en tus espumas

palabras de amor, palabras.

1

PALABRAS PARA JULIA

José Agustín Goytisolo

(1928-1999)

Hermano mayor de los novelistas Juan y Luis Goytisolo, perteneció a la generación de los 50, por edad y por su poesía social y comprometida. Este poema, que sería musicado por diversos cantautores, está dedicado a su hija Julia, en aquel momento una niña, a la que trata de insuflar ánimo y esperanza para afrontar y disfrutar la vida, virtudes que le faltaron a él, que acabó suicidándose.

Tú no puedes volver atrás

porque la vida ya te empuja

como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir

con la alegría de los hombres

que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada

te sentirás perdida o sola

tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán

que la vida no tiene objeto

que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate

de lo que un día yo escribí

pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás

cómo a pesar de los pesares

tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer

así tomados, de uno en uno

son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti

cuando te escribo estas palabras

pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás

tu futuro es tu propia vida

tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas

que les ayude tu alegría

tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate

de lo que un día yo escribí

pensando en ti

como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes

junto al camino, nunca digas

no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás

cómo a pesar de los pesares

tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección

y este mundo tal como es

será todo tu patrimonio.

Perdóname, no sé decirte

nada más, pero tú comprende

que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate

de lo que un día yo escribí

pensando en ti como ahora pienso.

2

5

A Margarita Xirgu

Antonio Torres Heredia,

hijo y nieto de Camborios,

con una vara de mimbre

va a Sevilla a ver los toros.

Moreno de verde luna

anda despacio y garboso.

Sus empavonados bucles

le brillan entre los ojos.

A la mitad del camino

cortó limones redondos,

y los fue tirando al agua

hasta que la puso de oro.

Y a la mitad del camino,

bajo las ramas de un olmo,

guardia civil caminera

lo llevó codo con codo.

El día se va despacio,

la tarde colgada a un hombro,

dando una larga torera

sobre el mar y los arroyos.

Las aceitunas aguardan

la noche de Capricornio,

y una corta brisa, ecuestre,

salta los montes de plomo.

Antonio Torres Heredia,

hijo y nieto de Camborios,

viene sin vara de mimbre

entre los cinco tricornios.

Antonio, ¿quién eres tú?

Si te llamaras Camborio,

hubieras hecho una fuente

de sangre con cinco chorros.

Ni tú eres hijo de nadie,

ni legítimo Camborio.

¡Se acabaron los gitanos

que iban por el monte solos!

Están los viejos cuchillos

tiritando bajo el polvo.

A las nueve de la noche

lo llevan al calabozo,

mientras los guardias civiles

beben limonada todos.

Y a las nueve de la noche

le cierran el calabozo,

mientras el cielo reluce

como la grupa de un potro.

A LAS FLORES

Calderón de la Barca

(1600-1680)

La fama a Calderón se debe a sus obras de teatro, pero hay que decir que en ellas están incluidas excelentes poesías líricas, como es el caso de este soneto, que pertenece a la tragedia «El príncipe constante».

Estas, que fueron pompa y alegría,

despertando el albor de la mañana,

a la tarde serán lástima vana,

durmiendo en los brazos de la noche fría.

Este matiz, que al cielo desafía,

iris listado de oro, nieve y grana,

será escarmiento de la vida humana:

¡tanto se emprende en término de un día!

A florecer las rosas madrugaron

y para envejecerse florecieron:

cuna y sepulcro en un botón hallaron.

Tales los hombres sus fortunas vieron:

en un día nacieron y expiraron;

que, pasados los siglos, horas fueron.

LA NOCHE OSCURA

San Juan de la Cruz

(1542-1591)

Este poema, junto al «Cántico espiritual», hace de su autor uno de los primeros poetas de la literatura española. Más que las interpretaciones místicas o eróticas, lo que interesa es el exquisito lirismo de sus versos. Canciones del alma que se goza de haber llegado al alto estado de la perfección, que es la unión con Dios, por el camino de la negación espiritual.

En una noche oscura,

con ansias en amores inflamada

(¡oh dichosa ventura!)

salí sin ser notada,

estando ya mi casa sosegada.

A oscuras y segura,

por la secreta escala disfrazada

(¡oh dichosa ventura!),

a oscuras y en celada,

estando ya mi casa sosegada.

En la noche dichosa,

en secreto, que nadie me veía,

ni yo miraba cosa,

sin otra luz ni guía

sino la que en el corazón ardía.

Aquésta me guïaba

más cierto que la luz del mediodía,

adonde me esperaba

quien yo bien me sabía,

en parte donde nadie parecía.

¡Oh noche que me guiaste!

¡Oh noche amable más que el

[alborada!

¡Oh noche que juntaste

Amado con amada,

amada en el Amado transformada!

En mi pecho florido,

que entero para él solo se guardaba,

allí quedó dormido,

y yo le regalaba,

y el ventalle de cedros aire daba.

El aire de la almena,

cuando yo sus cabellos esparcía,

con su mano serena

en mi cuello hería,

y todos mis sentidos suspendía.

Quedéme y olvidéme,

el rostro recliné sobre el amado,

cesó todo, y dejéme,

dejando mi cuidado

entre las azucenas olvidado.

ROMANCE DEL DUERO

Gerardo Diego

(1896-1987)

Un poema sencillo, de tono narrativo, pero no exento de intimismo, representativo de este poeta de la generación del 27 cuando se decide a transitar una línea más tradicional, después de haber probado otras tendencias.

PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIO EN EL CAMINO DE SEVILLA

Federico García Lorca

(1898-1936)

Perteneciente al «Romancero gitano», este poema es una muestra de esa excelente obra lorquiana. Musicalidad, policromía y estilización poética se mezclan armónicamente con su visión trágica del mundo gitano.

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