29 ene 2014 . Actualizado a las 14:36 h.
La sonda «Gaia» acaba de llegar a su destino a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra en dirección opuesta al Sol. En este lugar, denominado segundo punto de Lagrange, la atracción gravitatoria de ambos cuerpos se combina de tal modo que un satélite situado allí será arrastrado y permanecerá en línea con ellos. Se trata de una ubicación perfecta para un telescopio espacial, ya que un simple parasol le permite proteger los instrumentos de la luz que llega del Sol y la Tierra y al mismo tiempo los mantendrá a las bajas temperaturas que necesitan para funcionar. Además, como el punto de Lagrange se desplaza siguiendo la órbita de la Tierra, al cabo de un año habrá podido escrutar el cielo en todas direcciones.