Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

«El más prodigioso inventor de su tiempo»

LA VOZ DE LA ESCUELA

El Niagara Spanish Aerocar
El Niagara Spanish Aerocar Diego Torres Silvestre

Hace ahora 100 años que comenzó a funcionar, en periodo de pruebas, el transbordador del Niágara, inventado por Leonrado Torres Quevedo

02 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Con estos elogiosos términos definió el presidente de la Sociedad Matemática Francesa en el diario Le Figaro a Leonardo Torres Quevedo (1852-1936), el polifacético y prolífico inventor santanderino al que se le dedica este año aprovechando que se conmemora el centenario de uno de sus mayores y más perdurables hitos: el Niagara Spanish Aerocar o transbordador del Niágara. El primer teleférico para pasajeros construido en Norteamérica y que a día de hoy, un siglo después, aún está en funcionamiento. Y, aunque el teleférico en cuestión fue inaugurado oficialmente el 8 de agosto de 1916, ya había comenzado a funcionar en periodo de pruebas meses antes, a finales de febrero, justamente hace ahora 100 años.

La patente de la que se burló suiza

El Spanish Aerocar supone el punto culminante o colofón a una innovadora idea concebida por nuestro protagonista 30 años antes, cuando realizó su primer intento en las proximidades de su casa de Molledo (Cantabria): un sencillo transbordador para mercancías, que le permitía salvar un desnivel de 40 metros, tirado por vacas y con una silla como barquilla. Diseño que enseguida mejoró al construir un transbordador sobre el río León y que ya incorporaba un motor. Ese mismo año de 1887 patentó su funicular aéreo y en 1890 lo presentó en Suiza, donde, sin embargo, no solo fue rechazado sino también objeto de burla. Un fracaso que le llevó a aparcar su sueño para afanarse en sus otras muchas ideas con notable éxito (véase recuadro).

Hasta que, por fin, en 1907, retomó su ambicioso sueño construyendo el transbordador del monte Ulía, en San Sebastián, el primer teleférico abierto al público del mundo y basado en su patente de 1887. La misma en la que se basan todos los teleféricos construidos desde entonces y hasta la actualidad. El éxito fue tan sonoro que el santanderino fue contratado para construir otros transbordadores en Suiza (sí, has leído bien), Francia, Austria, Alemania, Brasil... y finalmente Canadá, donde en 1915 se embarcó en el montaje del transbordador del Niágara, un proyecto íntegramente made in Spain, al estar construido por una compañía española, con un ingeniero español (el hijo de Leonardo) y material transportado desde España. Todo lo cual se plasmó en un teleférico con capacidad para 45 pasajeros que recorría 580 metros a una altura de 60 sobre el río, desplazándose a 7 kilómetros por hora suspendido por seis cables de acero entrelazados y que 100 años después permanece en activo. Un invento prodigioso del más prodigioso inventor.

TEXTO DE LA PLACA SITUADA EN EL ACCESO AL SPANISH AEROCAR

Leonardo Torres Quevedo (1852 - 1936) was an ingenious Spanish engineer. Among his creations were algebraic machines, remote control devices, dirigibles and the world?s first computer. 

The Niagara Spanish Aerocar was designed by Leonardo Torres Quevedo and represented a new type of aerial cable way that he called «transbordador». Officially opened on August 8, 1916, it is the only one of its kind in existence. 

Inventar, inventar e inventar

Es probable que el transbordador sea su invento más conocido o al menos el más perdurable, pero lo cierto es que Leonardo Torres Quevedo urdió otros inventos tanto o más asombrosos. En 1902 diseñó un modelo de dirigible semirrígido que superaba las limitaciones de los rígidos zepelines que por entonces dominaban los cielos, al tener una mayor maniobrabilidad y estabilidad de vuelo y más potencia y capacidad de pasajeros. Un diseño que a partir de 1911 fue construido en serie por la empresa francesa Astra bajo la denominación Dirigibles Astra-Torres. En 1903, y con el fin de probar sus globos sin arriesgar la vida del piloto, inventó el primer aparato de control remoto sin cables, el telekino. Asimismo inventó un aritmómetro electromecánico, precursor de los ordenadores modernos, y un ajedrecista autómata, la primera computadora que jugaba al ajedrez. Y un puntero proyectable, con el que se anticipó al puntero láser; y un proyector de diapositivas; y los primeros diseños de portaviones y de catamarán con casco metálico, y...

Actividades

1. A vueltas con el teleférico. Analiza y discute las ventajas e inconvenientes que presenta el teleférico respecto a otros sistemas de transporte públicos. ¿Crees que instalarlo en tu localidad supondría alguna mejora? ¿Y dónde consideras que debería instalarse?

2. Consulta la hemeroteca histórica de los periódicos actuales que ya existían a principios del siglo XX (La Voz de Galicia, ABC, La Vanguardia...)  e indaga cómo recogieron la noticia y la repercusión y difusión que dieron a la vida y obra de Leonardo Torres Quevedo.

3. Transbordadores, dirigibles, catamaranes... Es evidente que Torres Quevedo sentía pasión por los medios de transporte y por innovar e inventar otros nuevos. Aplícate el cuento y esboza el diseño de un innovador vehículo que mejore en algún aspecto (consumo, sostenibilidad, contaminación, ruido...) los existentes, justificando y argumentando esos puntos fuertes.

4. Torres Quevedo (1852-1936) fue «el más prodigioso de los inventores de su época», pero ¿qué otros inventores de entonces conoces? ¿Y españoles? Investiga sobre estos últimos y elabora una pequeña biografía sobre alguno de ellos haciendo especial hincapié en sus logros.

5. Ingeniero (y) constructor. Construye tu propio teleférico a escala y en cartón  o cartulina e instálalo donde quieras con este manual de instrucciones: http://goo.gl/JTIXL1