Hay ocasiones en que uno necesita resetear, o reiniciar, porque sabemos que así desaparecerán algunos problemas que estaban enquistados
10 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.l Panteón de los reyes en San Isidoro de León contiene en sus seis bóvedas un precioso conjunto de pinturas murales al fresco que lo han hecho merecedor del título de Capilla Sixtina del arte románico. Realizado a comienzos del siglo XII, es de temática fundamentalmente religiosa, pero incluye un calendario donde se recogen escenas alegóricas de cada uno de los meses del año. La pintura que corresponde a enero nos representa al dios Jano, bifronte, cerrando a nuestra izquierda la puerta de la casa que representa el año viejo, al tiempo que abre la del nuevo año. Curiosamente, la mano que cierra la puerta del pasado está cerrada y la que abre el futuro está abierta, como invitándonos a pasar. La iconografía representa siempre a Jano con dos rostros opuestos en la misma cabeza, uno que mira adelante y otro que vuelve la vista atrás. Es la representación de los momentos de transición, aquellos en los que se hace balance y se formulan propósitos. Y en esas estamos. Este enero se llama así en honor a Jano (Ianuarius, en latín), palabra que está relacionada con ianua (puerta), y le viene de perlas a esa idea de ser la puerta del año. Jano, el bifronte, es el dios de los inicios, de los tránsitos y de las puertas. Es el dios de los proyectos nuevos.
Curiosamente este año hemos comenzado el mes de enero con una luna llena, y volveremos a ver la cara redonda de otra luna llena para despedirlo el día 31. Dos lunas llenas para abrir y cerrar un mes. Y el fenómeno sucederá de nuevo el próximo marzo, con lo cual febrero se quedará sin luna llena. Nada especial. Lo mismo sucedió en 1999 y volverá a ocurrir en el 2037. Es una simple consecuencia de que el ciclo lunar dure 29,5 días y por tanto pueda haber dos plenilunios en un mes que no sea febrero. Antes de que existieran los calendarios anuales, los pueblos primitivos se conformaban con contar los días y las lunas. El año comenzó a tener entidad para los antiguos egipcios, precisamente porque ellos tenían un suceso importante que sucedía con esa frecuencia: la crecida del Nilo que inundaba sus tierras y les aportaba fecundidad. Hace 5.000 años, en Egipto se inventó por ello el primer calendario solar. En principio su año comenzaba con el orto helíaco de Sirio, es decir, cuando esa estrella era visible por primera vez antes de la salida del sol. Por entonces la fecha coincidía con el solsticio de verano y con el comienzo de las inundaciones. El año quedaría definido más tarde como el tiempo que transcurre desde el día de la noche más corta hasta la siguiente vez que aquello volvía a suceder.
Después de muchas vueltas y revueltas, porque la historia del calendario se las trae, desde el año 153 antes de Cristo en Roma se comenzó a celebrar el inicio del año el día primero de Ianuarius. Pero no pensemos en la uniformidad, pues todavía en la Edad Media el año comenzaba en una fecha u otra, según los países, y a menudo vinculado a una fecha religiosa, como la Navidad (próxima al solsticio de invierno), la Encarnación (cercana al equinoccio de primavera) o la Pascua, que como se sabe es una fiesta variable. Es lo que hay, pero era lo único que le faltaba al año para no salir adelante. A partir del siglo XVI comenzó a imponerse en Europa que el año comenzase el 1 de enero, lo que en España se aceptó en el XVII. Todo esto viene a cuento de que acabamos de celebrar un cumpleaños colectivo: nos despedimos adecuadamente del 2017 y tenemos conciencia de iniciar una nueva etapa. Hay ocasiones en que necesitamos resetear, o reiniciar, porque sabemos que así desaparecerán algunos problemas que estaban enquistados, que hacían que las cosas no marchasen del todo bien. Sabemos que es imposible partir de cero, pero es sano limpiar las rutinas que nos impedían ver las cosas con claridad. Es tiempo de proyectos, de abrir puertas y de reforzar ilusiones. Adelante.
palabras con historia
La muerte es el instante inicial de la inmortalidad
Maximilien Robespierre? (1758-1794)
La ascensión de pendientes empinadas requiere pasos iniciales cortos
William Shakespeare (1564-1616)
Amarse a sí mismo es la circunstancia inicial de una aventura que dura toda la vida
Oscar Wilde (1854-1900)
Tremendo contraste entre el crepitar del fuego inicial y la paz de la ceniza
José Luis Coll (1931-2007)
Toda victoria se convierte en derrota si no es el detonante inicial de una nueva lucha
Anónimo
El placer es el bien primero; es el móvil inicial de todo deseo y de toda aversión
Epicuro de Samos (341-270 antes de Cristo)
Todo momento inicial tiene su encanto
Johann Wolfgang Goethe (1749-1832)
actividades
1. La luna, que sirve para definir los meses con su cambio de aspecto, varía también continuamente en su distancia a la Tierra, y este mes se dan las posiciones extremas del año. El día 1 tuvo su perigeo, a 356.565 kilómetros, y el próximo día 15 (coincidiendo con la luna nueva) estará más alejada que nunca en este 2018, a 406.459 kilómetros. Con esos datos, y sabiendo que el diámetro terrestre es de 12.742 kilómetros, haz un dibujo de la órbita lunar durante este mes de enero.
2. El Diccionario da como primera definición de año la siguiente: «Tiempo que tarda la Tierra en dar una vuelta alrededor del sol y que equivale a 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos». Dado que esa definición sería imposible antes de que Copérnico propusiera su modelo heliocéntrico, trata de dar otras definiciones de año que puedan servir para contarlos a alguien que estuviera en una isla desierta.
3. Las representaciones del dios Jano insisten en la idea de mirar al futuro y al pasado, propia de los momentos de transición o de cambio. Pon ejemplos de momentos que supongan un reinicio o cambio de página en una composición musical, en una película, en el curso escolar, en una amistad, en una conversación por WhatsApp, en una excursión, en la vida de una persona.
4. Haz una clasificación de las palabras de la siguiente lista incluyéndolas en el grupo del pasado o en el del futuro:
n ayer, hijos, antes, rancio, mañana, padres, atrás, pretérito, añejo, pendiente, ajado, venidero, posterior.
5. Haz una clasificación de las siguientes palabras, incluyéndolas en el grupo del pasado o en el del futuro: ayer, hijos, antes, rancio, mañana, padres, atrás, pretérito, añejo, pendiente, ajado, venidero, posterior.