Variedad de procesos

> Moncho Núñez Centella

LA VOZ DE LA ESCUELA

«La ley triunfando sobre el mal o el vencimiento de los delitos y los vicios ante la aparición de la justicia» (1920), pintura de Marceliano Santa María en el techo del salón de plenos del Tribunal Supremo (Madrid)
«La ley triunfando sobre el mal o el vencimiento de los delitos y los vicios ante la aparición de la justicia» (1920), pintura de Marceliano Santa María en el techo del salón de plenos del Tribunal Supremo (Madrid)

Las crisis incitan a convertir proyectos en procesos

20 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El haber comenzado la carrera profesional en un departamento de Ingeniería de Procesos me obligó a diferenciar pronto entre realidad presente y posible futuro. Resulta que en aquella refinería de petróleos había también un departamento de ingeniería de proyectos, donde se permitían lujos que nosotros no podíamos ni imaginar. A la hora de proyectar, el papel lo aguanta todo, afortunadamente, pues se necesita de esa libertad y creatividad para poder imaginar algo mejor; en proyectos casi se puede pintar como querer. Pero en procesos estábamos limitados por la realidad, por los hechos y circunstancias factuales de un determinado crudo petrolífero, un tamaño de reactor, unas fechas de suministro o simplemente los límites que la legislación en vigor establecía para el producto que se quería fabricar y se tenía que vender.

Aunque hay procesos en todos los ámbitos de la naturaleza y de la técnica, los proyectos son exclusivamente humanos. Es obvio, creo, y sucede en todas las facetas de nuestra vida, que a menudo es difícil el paso de proyecto a proceso. Dicen que las crisis son los momentos oportunos para iniciar ese tránsito; en otro caso no parece adecuado, y suele ser mejor dejar las cosas como están. La naturaleza lo tiene más fácil, porque no tiene opciones, y de hecho no le conocemos proyectos. El proceso de la fotosíntesis, el digestivo, el de la mitosis, el de la erosión, el de envejecimiento o el proceso evolutivo tienen lugar con sus condicionantes físicos, químicos, ambientales o incluso propios del azar, pero no obedecen a proyecto alguno previo, a no ser que consideremos tal uno que pueda estar escrito en clave genética. Son procesos determinados e inevitables. C’est la vie.

En la vida humana, sin embargo, tanto a nivel individual como grupal, nos planteamos continuamente convertir proyectos, más o menos elaborados, en procesos. Quizás sea útil, o al menos sugerente, repasar esa rama de la física que estudia los procesos termodinámicos, aquellos en los que previamente podemos saber si tendrán lugar o no de modo espontáneo. Sabemos, por ejemplo, que en el mundo material existe una tendencia a la mínima energía, y es así cómo lo espontáneo es que las cosas rueden hacia abajo (y también quizás por ello los humanos sucumbamos a la ley del mínimo esfuerzo); asimismo existe una tendencia al máximo desorden, con lo que seca espontáneamente la ropa que ponemos al sol (o pasa lo que pasa con la sala de estar si no se aplica un trabajo en remediarlo). La espontaneidad de un proceso responde a esas dos tendencias.

La termodinámica también nos dice que hay muchos caminos posibles para subir una montaña. Puede hacerse zigzagueando por la ladera, sin mucho esfuerzo pero con un largo recorrido, o bien ir por el atajo, sudando la gota gorda. La diferencia de altura entre la base y la cima es la misma, pero el proceso será diferente. Tanto que a veces el atajo resulta un camino imposible, y entonces no hay proceso. La solución está en volver atrás, e iniciar un nuevo camino.

Ipse dixit 

Con dos líneas de un escrito de cualquier hombre se puede iniciar el proceso del más inocente

Armand du Plessis, cardenal Richelieu (1585-1642)

Cuanto más numerosos los abogados, más largo el proceso; cuanto más numerosos los médicos, tanto más breve el proceso

Moritz Gottlieb Saphir (1795-1858)

Ha acumulado mucha experiencia y sabe cómo retrasar el proceso. Pero su ignorancia es mucho más grande que su astucia

Franz Kafka (1883-1924)

El proceso creativo es el mismo secreto en la ciencia como en el arte. Son absolutamente iguales

Josef Albers (1888-1976)

La civilización es, entre otras cosas, el proceso por el que las primitivas manadas se transforman en una analogía, tosca y mecánica, de los insectos sociales

Aldous Huxley (1894-1963)

He puesto mi corazón y mi alma en mi trabajo, y he perdido mi mente en el proceso

Vincent van Gogh (1853-1890)

El proceso cultural es un proceso de domesticación que no puede llevarse a cabo sin rebeldía por parte de la naturaleza animal, ansiosa de libertad

Ernesto Sabato (1911-2011)

 Actividades

1La incómoda imagen que ocupa el techo del salón de plenos del Tribunal Supremo quiere ser una instantánea de un proceso ideal, aquel en que la justicia y la ley triunfan. Analiza los tipos de procesos a los que se refieren las citas del recuadro. ¿Cuáles de ellas corresponden a un proceso judicial?

2 Indica variables que crees influyen en los siguientes procesos:

  • Disolución de azúcar en un vaso de leche
  • Digestión de una comida
  • Extinción de una especie animal
  • Selección de candidatos para un puesto de trabajo
  • Elección de alcalde en un municipio

3 En ámbitos literarios, «El proceso» por antonomasia es una novela que Franz Kafka dejó inacabada al fallecer en 1924. Analiza posibles significados y plantea sugerencias de la siguiente frase de esa novela: «El proceso no era otra cosa que un gran negocio, como él mismo los había cerrado anteriormente con ventaja para el banco; un negocio en el cual, como era la regla, amenazaban distintos peligros, que, sin embargo, se podían evitar».

4 Hasta el presente siglo, la fotografía era exclusivamente un proceso químico. Averigua lo que es un daguerrotipo, un ferrotipo y un cianotipo, y trata de definir cómo se hizo esta imagen de Kafka, obtenida, por cierto, el mismo año que salió la primera máquina de Kodak.