El CGIFP Eduardo Barreiros, situado en Ourense, cuenta con instalaciones y equipos que permiten llevar los proyectos e ideas de los centros a otro nivel. Aquí está el futuro de la FP y de la economía gallega
12 jun 2024 . Actualizado a las 10:01 h.A pocos kilómetros del río Miño, en la ciudad de Ourense, existe un paraíso para las mentes innovadoras y creativas. En un edificio de 2.000 metros cuadrados, que hasta el año 2010 fue una residencia escolar, hay hoy todo tipo de equipos de última generación: impresoras 3D de distintos materiales, escáneres, gemelos digitales, equipos de cromatografía HPLC, área de experiencias inmersivas... Y además, y sobre todo, un equipo humano capaz de ponerlos a disposición del alumnado y el profesorado de la FP gallega y de las empresas de la comunidad.
Hablamos del Centro Galego da Innovación da Formación Profesional, el CGIFP Eduardo Barreiros, bautizado con el nombre de un gran inventor y emprendedor ourensano, que logró transformar motores de gasolina para que funcionasen con diésel. Una gran revolución made in Galicia como las que se espera que salgan del centro que lleva su nombre y que aspira a aprovechar todo el talento y el potencial de la FP para convertirla en un motor de la economía gallega. «Había que dar un paso máis na investigación e na innovación que se fai nos centros de FP, levala a outro nivel con apoio deste centro. Trátase de potenciar a innovación didáctica e tecnolóxica, e o emprendemento industrial, pero tamén axudar á difusión dos resultados, á internacionalización e a conseguir unha FP de altísima especialización», resume Eugenia Pérez, directora xeral de FP.
El CGIFP comenzó su actividad en marzo del 2023, después de una espectacular reconversión del edificio ahora transformado en un espacio absolutamente versátil y listo para acoger todo tipo de eventos y proyectos. Hay zonas industriales con techos altos, entrada para grandes vehículos, y luz, mucha luz. También áreas que lo mismo pueden acoger una reunión de pocas personas que un evento de cientos. Laboratorios biotecnológicos perfectamente equipados. Área de cocina con las últimas novedades. Sala de metaverso... «Aquí facemos posible o imposible. É o noso lema. É un centro de traballo en equipo, creativo. Calquera compañeiro da FP ten aquí a súa casa, calquera iniciativa de calquera centro ten acollida e apoio. A través do nosos espazos e do noso equipo damos saída ás 26 familias da Formación Profesional e apoiamos o sector produtivo», cuenta con orgullo Marta Vázquez, directora del CGIFP desde sus inicios. Aquí puede llegar un alumno de FP con un proyecto bajo el brazo para el que necesita hacer un prototipado que no está al alcance de su instituto o analíticas con instrumentos tan especializados que difícilmente podría hacerlas en otro lugar. También un recién titulado con una idea tan buena que necesite apoyo para convertirla en un negocio real. O profesores con la idea de crear un simulador que les permitirá dar clase con un nivel de realismo antes impensable.
No hay en España otro centro igual. Ni siquiera se han mirado en el espejo de otros países. «Mirámonos na nosa propia experiencia e no coñecemento profundo do que pode dar de si a nosa FP, que é moito», sentencia Eugenia Pérez. Ya son varias las comunidades autónomas, e incluso delegaciones del extranjero, que han visitado el Eduardo Barreiros para conocer su filosofía y su modo de trabajar. El centro, por cierto, está abierto de lunes a domingo, todos los días del año.
INNOVACIÓN TECNOLÓGICA: De ampliar la autonomía del coche eléctrico a rentabilizar residuos domésticos
Una de las vertientes del trabajo del CGIFP es apoyar directamente proyectos o investigaciones que puedan acabar teniendo aplicación real en la industria y el mercado. Proyectos cuyos resultados se puedan transferir, sobre todo a las pequeñas y medianas empresas. Por ejemplo, en el área de gastronomía multisensorial se están diseñando experiencias sensoriales inmersivas y escalables que puedan utilizarse en distintos negocios de turismo y hostelería.
En la planta baja del edificio están áreas como las de industria 5.0, fabricación aditiva o energía y sostenibilidad ambiental. En esta última están trabajando proyectos como la monitorización inteligente del suministro y consumo energético de un edificio como el que ocupa el centro, que busca ser sostenible desde el punto de vista tanto energético como de otros consumos, como el agua, a la que aplican criterios de economía circular. Pero también están investigando, por ejemplo, en un tema tan puntero como el de los vehículos eléctricos e híbridos. Javier García Gutiérrez, miembro del equipo del centro y profesor de la rama de automoción, explica que están trabajando para encontrar modos de ampliar la autonomía de estos coches sin aumentar la batería. Para lograr que se recarguen en marcha o parados, pero sin tener que conectarse a la red.
En concreto, indagan en tres vertientes. Una de ellas es utilizar las corrientes de aire que el propio vehículo genera al circular para, incorporando unos aerogeneradores, convertirlas en energía. Otra, aprovechar áreas que sufren cambios de presión, como el equipo de amortiguación, para transformar esos pequeños movimientos que se dan todo el tiempo, esas diferencias de presión física, en corriente eléctrica, tan solo por circular. Y la última indaga en el uso de la energía solar. Por supuesto, no colocando paneles en los coches, si no a través de pinturas fotovoltaicas con las que se podría pintar el vehículo y que transformarían la luz del sol en energía tan solo teniéndolo aparcado en la calle. «Sabemos que todas funcionan, son técnicamente viables, lo que tenemos que comprobar es si marcan realmente una diferencia y si son rentables. Todo apunta que de una en una quizás no, pero combinadas sí podrían mejorar significativamente la autonomía de un vehículo», dice Gutiérrez.
A no demasiados metros, en el laboratorio de biotecnología aplicada, a través de un convenio con Cetaqua, otra investigación se centra en reutilizar de manera rentable ciertos residuos. La profesora Aurora Salgado explica que en una primera fase, casi terminada, se está trabajando en la digestión de lodos de depuradora para obtener biocombustible como el metano. En una segunda fase se introducirá en los biodigestores materia orgánica procedente de hogares para ver si puede ser rentable obtener metano o hidrógeno. Y en una tercera, se utilizará cromatografía HPLC para ver si en aguas residuales hay concentraciones de ciertos ácidos grasos que las hagan interesantes para extraerlos y usarlos en distintos productos.
«Todo esto supone un empuje muy grande para la FP, hay una formación continua, una especialización. Todo va a llegar al alumnado, que se va a formar en la realidad más actualizada, en cosas que van a encontrar cuando salgan al mundo laboral. Y además, abre la mente a la innovación», valora Salgado.
Las empresas también pueden encontrar apoyo en el centro para sus proyectos, incluida la posibilidad de utilizar sus equipos de última generación. Por ejemplo, el escáner que han bautizado con mucha retranca como Georgina, en honor a la socialité y pareja del futbolista Cristiano Ronaldo. «Lo llamamos así porque en el documental que hizo Georgina esta comentaba que tenía que ir a Milán, y le decían que en lugar de eso la escaneaban con un aparato que nadie más tenía en el mundo y ya mandaban el prototipo con sus medidas. Pues resulta que ese escáner tan exclusivo lo tenemos aquí», bromean al mostrar el equipamiento del área de fabricación aditiva.
Aquí también cuentan con diferentes impresoras 3D que permiten trabajar con distintos materiales, algunas de ellas nada fáciles de encontrar en Galicia, o una cabina de curado de piezas por radiación ultravioleta. «Aquí podemos dar servicio al sector de la joyería, la sanidad, la arquitectura... Podemos imprimir una pieza innovadora, pero también es posible replicar una pieza que ya no se fabrica, de modo que no haya que dejar de utilizar cierta maquinaria de una empresa porque ya no haya recambios», explican.
INNOVACIÓN PEDAGÓGICA: Mejorando la formación en las aulas de FP
Otra de las patas del trabajo en el centro Eduardo Barreiros es la innovación didáctica y pedagógica. Es decir, proyectos que sirven para mejorar el modo en que se da clase y se aprende en las aulas de Formación Profesional. En ese campo se centra, por ejemplo, el trabajo que están desarrollado Santiago García y María Pato, profesores del máster de Desenvolvemento de videoxogos e realidade virtual del CIFP A Carballeira. «En conxunto con outros profesores estamos a facer proxectos colaborativos con realidade virtual para elaborar ferramentas educativas. Por exemplo, temos xa simuladores de condución de ambulancias, de triaxe, de cabinas de seguridade biolóxica... Tamén se está a traballar nun simulador dunha recepción dun hotel con tecnoloxía robótica e intelixencia artificial, o IES Chamoso Lamas está a traballar nun simulador de soldadura... E tamén andamos con proxectos de visualización 360 que fan posible ter experiencias inmersivas na aula. Todo iso permite ao alumnado formarse en procesos que nunha clase normal e corrente serían imposibles», cuenta García. «Aquí temos unha plataforma de colaboración interesantísima, e ademais todo isto tamén nos permite descubrir futuras saídas laborais para o noso alumnado», comenta Pato. «Aquí onde os ves, estas dúas persoas están a liderar a implantación da realidade estendida —virtual, aumentada y mixta— en toda a FP galega», añade la directora del CGIPF.
Más allá de trabajar en metodologías e innovaciones didácticas que pueden ser replicadas en distintos ciclos, el centro cuenta, además, con un equipo que diseña formación muy especializada para el profesorado de FP. La oferta se presentará próximamente, pero adelantan que se preparan más de un centenar de cursos en cuestiones tan diversas (y concretas) como el análisis forense industrial, la sensorización, el blockchain (una tecnología que registra transacciones seguras y que está detrás, por ejemplo, del mundo bitcoin), la sumillería especializada, el márketing digital de última generación o la gastronomía para el bienestar. «Son cursos moi avanzados e coidados, achegando a mellor tecnoloxía que temos ou conseguindo poñentes de gran prestixio. Mesmo as propias empresas se interesan por formarse aquí», comenta Marta Vázquez.
EMPRENDIMIENTO: «Imos aproveitar todo o talento da FP»
El Centro Galego de Innovación da Formación Profesional tiene otra gran área de trabajo, la de emprendimiento industrial, que coordina Marisol Amoeiro. «O que queriamos era rescatar todos eses proxectos que nacían nas aulas e que quedaban no esquecemento, perdidos nos caixóns dos centros, a pesar de que non eran ideas tolas, senón que podían ter valor no mercado. Aquí temos os medios e os recursos para poñelos en valor, o que queremos é que non se estrague nada, aproveitar todo o talento da FP», explica.
El objetivo pasa por poner en marcha todos los proyectos que sean patentables, bien apoyando a sus autores, si quieren desarrollarlos ellos como alternativa de autoempleo, bien como proyectos del ecosistema de la Formación Profesional gallega. «Se ten carácter industrial e innovador, aquí podemos avalialo, ver se é monetarizable e acompañar todo o proceso», dice Amoeiro. El equipo del CGIPF puede mostrar cómo desarrollar una idea, dar asesoría legal, orientar sobre el modo de montar una empresa... Lo que se necesite para intentar convertir un buen proyecto en una realidad. «Se un alumno quere sacar algo adiante podemos dende motivalo a buscar o material e as ferramentas precisas, persoas que colaboren... É moi importante que saiban que o autoemprego pode ser unha boa opción», indican desde el centro.