Los fármacos para perder peso son en el avance científico más importante de 2023: «Hacen que el estómago se vacíe de forma más lenta»
EL BOTIQUÍN
El más «potente» de todos se espera que llegue a España a principios de 2024
15 dic 2023 . Actualizado a las 11:43 h.El avance científico más importante del 2023 lleva casi dos décadas entre nosotros sin hacer mucho ruido. O por lo menos, no tanto como el que provocó este año. La revista Science le ha otorgado este prestigio a la familia de los análogos de GLP-1, unos fármacos que hasta hace poco, solo se prescribían para las personas que padecían diabetes tipo 2. «Son derivados de una hormona intestinal que se llama GLP-1, que a nivel natural se libera después de las comidas en la sangre y tiene una función en el control de la saciedad porque inhibe las ganas de comer. Manda al cerebro, al hipotálamo, la sensación de que estamos llenos», indica Cristóbal Morales, endocrino y miembro de la Sociedad Española del Estudio de la Obesidad (SEEDO). Pero ¿por qué se consideran estos fármacos el descubrimiento del año?
Qué tienen que ver los análogos de GLP-1 con la obesidad
El endocrinólogo explica que, con el tiempo, se descubrió que estos fármacos que se recetaban a diabéticos también tenían efectos en la obesidad: «Se debe tener en cuenta que la diabetes está muy relacionada con ella, de hecho, podríamos decir que es la antesala. Sabíamos que esos fármacos, además de controlar la diabetes, tenían un perfil beneficioso en cuanto a pérdida de peso y seguridad cardiovascular». Así, estas moléculas fueron una revolución en su momento para el tratamiento de las personas con diabetes y, ahora, también lo están siendo para las que viven con obesidad.
«Desde el 2005, la familia de los análogos de GLP-1 se usa para el tratamiento de los pacientes con diabetes tipo 2 que tienen, además, obesidad. Así, se han incluido varias moléculas que pertenecen a esta familia, como la exenatida, liraglutida, dulaglutida y semaglutida. Todas tienen en común la potencia en el control de la diabetes, pero con algunos efectos distintos, molécula-dependientes, en la reducción de peso corporal», declara Andreea Ciudin, endocrinóloga y coordinadora de la Unidad de Obesidad del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, según recoge Science Media Centre España. «A partir de ahí se ha abierto una nueva línea de estudios clínicos para evaluar el rol de estos fármacos en la obesidad sin diabetes asociada, dados sus efectos a nivel cerebral de control de apetito y de tubo digestivo. Es decir, hacen que el estómago se vacíe de forma más lenta», añade.
Cuáles son los fármacos aprobados para perder peso
Actualmente existen dos tipos de fármacos que se pueden utilizar en el tratamiento de la obesidad. Por un lado, el orlistat, un medicamento aprobado hace años que actúa disminuyendo la absorción de las grasas que se ingieren. Y por el otro, los que han sido distinguidos como el descubrimiento científico del año: los análogos de GLP-1. Pero tal como mencionaba anteriormente Ciudin, no todos los que pertenecen a esta familia tienen efecto sobre el peso corporal.
«Los aprobados para el tratamiento de la obesidad, tanto en adultos como en adolescentes mayores de doce años, son la liraglutida y la semaglutida», desvela la doctora. El primer principio activo se comercializa en España bajo el nombre comercial de Saxenda para los pacientes con obesidad y como Victoza para los que sufren diabetes.
Con todo, Ciudin remarca que «sin duda alguna, la semaglutida es con diferencia la más potente para tratar la obesidad, pudiendo existir pérdidas de aproximadamente el 15 % del peso total. Un porcentaje histórico que no se había alcanzado nunca con medicamentos, salvo con la cirugía bariátrica». Asimismo, este tipo de moléculas no solo funcionan con el peso, sino que también han mostrado un efecto protector a nivel cardiovascular, renal y en el hígado graso, que son unas de las complicaciones más importantes de la obesidad.
El único análogo del receptor del GLP-1 aprobado únicamente para el tratamiento de la obesidad en España, la liraglutida, se comercializa bajo el nombre de Saxenda. Se presenta en inyecciones subcutáneas de aplicación diaria en el abdomen, parte superior del brazo o en el muslo, y su precio oscila entre los 200 y los 300 euros que deben de ser abonados por el paciente. La razón no es otra que, al no considerarse la obesidad como una enfermedad, los tratamientos que se puedan prescribir para mejorar la salud y calidad de vida de los pacientes que la sufren tampoco son cubiertos por la Seguridad Social.
La polémica del Ozempic y el Wegovy
La semaglutida no se comercializa todavía en España con una prescripción para la obesidad. El único fármaco que está disponible en nuestro país con este mismo principio activo es Ozempic y está indicado para los pacientes con diabetes tipo 2. Y esa es la base del revuelo que existe sobre él. Conocidos sus efectos sobre la obesidad, los pacientes de esta patología también demandan el tratamiento.
«En Europa y Estados Unidos este medicamento está aprobado para el tratamiento de la obesidad, además de la diabetes. Sin embargo, en España, la semaglutida solo está aprobada hasta el momento para el tratamiento de la diabetes tipo 2 bajo el nombre comercial de Ozempic. En el resto de Europa y Estados Unidos, el mismo fármaco, es decir, semaglutida para el tratamiento de la obesidad, se llama Wegovy con una dosis máxima de 2,4 mg/semana. Es el mismo fármaco con nombres diferentes, para indicaciones diferentes, por lo que podría llevar a cierta confusión y su uso cruzado no es recomendable», declara Ana de Hollanda, especialista de endocrinología y nutrición del Hospital Clínic de Barcelona y coordinadora del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Se espera que Wegovy (semaglutida) se empiece a comercializar en España a principios de 2024. Ya está disponible en varios países de Europa y en Estados Unidos.
Los expertos recalcan que el tratamiento farmacológico no es la única solución al problema de la obesidad
El tratamiento farmacológico no es una solución para el problema poblacional de la obesidad. «Esta solo puede ser abordada desde un marco multifactorial que mejore las condiciones de vida de las personas. La ciencia lleva décadas señalándonos la desigualdad como uno de los factores fundamentales de la obesidad. Según datos de la Encuesta Europea de Salud en España de 2020, el 24 % de personas de bajo nivel socioeconómico viven con obesidad, mientras que entre las personas de mayor nivel la prevalencia es solo del 9 %», asegura Luis Cereijo, investigador en epidemiología social y cardiovascular de la Universidad de Alcalá, en declaraciones recogidas por SMC.
«Abrazar el tratamiento farmacológico como única solución supone cronificar la obesidad renunciando a modificar las causas que empeoran la salud de las personas; desistir en que una mejora de las condiciones de vida permite que puedan mejorar sus hábitos de actividad física, alimentarios y de descanso», alerta el investigador. En su opinión, asumir el enfoque individual del tratamiento farmacológico hará que todas esas causas subyacentes sigan perjudicando a la vida de las personas: «Por ello, es urgente centrar el foco en las causas fundamentales y abordar las desigualdades sociales en salud como un problema poblacional derivado de las condiciones de vida. El exceso de peso no debe ser concebido como el problema, sino como un síntoma de aquello que está reduciendo la calidad y esperanza de vida de las personas».