Arquitectura milenaria en Vilamor

C. RUEDA / F. ALBO MONFORTE

LEMOS

ALBERTO LÓPEZ

La localidad constituye uno de los ejemplos más característicos de las tradiciones constructivas de la sierra de O Courel El pueblo de Vilamor, situado sobre un elevado mirador que domina el valle del río Lor, es uno de los ejemplos más característicos de la arquitectura tradicional de la sierra de O Courel y también uno de los principales enclaves del turismo rural de la zona, ya que cuenta con tres establecimientos de este tipo. Menos conocido que la población en sí es el antiguo castro situado en sus cercanías, cuyas piedras fueron utilizadas hace mucho tiempo para construir algunas viviendas de la aldea. Los vecinos de Vilamor conservan hoy algunas de sus tradiciones más arraigadas, como el «baile da pisa dos toxos» y el juego de los bolos.

04 feb 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

Vilamor se levanta en un otero a modo de mirador sobre el valle del Lor y el monte Penido, en un paraje donde el río forma un gran meandro, dando un giro de 180 grados. Antigamente, la población estaba ubicada en la vertiente opuesta del monte Penido y se llamaba Santa Mariña de Freán, hasta que los vecinos abandonaron aquel lugar y se trasladaron a su actual ubicación. La arquitectura tradicional de la sierra de O Courel se conserva aquí con toda su armonía. Las construcciones típicas del lugar son viviendas de piedra de esquinas redondeadas, en las que sobresalen numerosos balcones y corredores de madera bellamente decorados. Sobre sus calles empedradas cuelgan varios pasadizos aéreos que unen las casas. Todas las construcciones están cubiertas de pizarra y muchas de ellas fueron edificadas directamente sobre la roca. En el patrimonio arquitectónico del pueblo destaca la iglesia de San Vicente, construida sobre un castro y una necrópolis de los que no quedan restos. El templo es de planta rectangular, con cubierta de madera a dos aguas, y en su interior se guardan un retablo mayor y dos retablos barrocos del siglo XVIII. En aquella época, la parroquia vivió sus momentos de esplendor, siendo administrada por cinco sacerdotes. Yacimiento prehistórico Algo menos conocido que el propio pueblo es el castro de Vilamor, que se encuentra a unos centenares de metros por encima de la localidad. El asentamiento prehistórico está bastante deteriorado e invadido por la maleza, pero aún se pueden apreciar algunos restos de sus muros y viviendas, que eran de planta cuadrada y semicircular. La mayor parte de las piedras que lo formaban están hoy desmoronadas y diseminadas por el recinto. El conjunto quedó prácticamente arrasado ya hace mucho tiempo, debido precisamente a que los vecinos aprovecharon estas piedras milenarias para construir sus casas. No han desaparecido, sin embargo, los fosos que defendían el castro, ya que fueron excavados en la misma roca.