
Crónica | Las desapariciones de un menor y de su madre convulsionan Sarria El padre del presunto secuestrador recomienda a su hijo que, si es cierto que ha raptado al menor y a la madre, se arrepienta y libere a las víctimas
14 oct 2003 . Actualizado a las 07:00 h.Un pariente de la madre y del menor desapareciodos el pasado domingo en Sarria ha alegado al presentar la denuncia ante la Guardia Civil que los gitanos se están adaptando a la sociedad en lo que respecta a la Justicia. Hace sólo unos años, lo habitual sería que los calós resolvieran los problemas de pareja apelando a sus leyes, pero ahora ya es normal que acudan a los juzgados ordinarios. Hoy, el respeto a la ley comienza a ser lo habitual entre los calós y lo que hace escasos años era excepción ahora es norma. Antes, las separaciones matrimoniales entre gitanos eran rarísimas y se realizaban de mutuo acuerdo entre ambas familias, tras reunirse los patriarcas y sellar un acuerdo de separación, si había motivo s muy fundados para ello. En la actualidad, esa férrea estructura encabezada por los patriarcas de cada clan pierde peso y los acuerdos que antes se realizaban entre familias se celebran cada vez más en los juzgados. Hasta hace pocos años, las separaciones matrimoniales eran excepcionales en las parejas de raza gitana. Eso se debía a que las mujeres estaban totalmente subordinadas a los maridos y soportaban estoicamente situaciones por las que ahora ya no pasan. Por otro lado, la ley gitana también trata de evitar a toda costa que se produzcan rupturas en las uniones matrimoniales que, según los valores calós, deben durar toda la vida, sin excepción. Fin de la excepcionalidad Las cosas no han cambiado radicalmente, pero sí han sufrido modificaciones sustranciales. Cada vez son más las gitanas que acuden a la Justicia para resolver casos de malos tratos u otros problemas que pueden surgir en sus matrimonios. Por todo ello, la decisión tomada por el Jiménez que ha presentado la denuncia ya no supone un caso aislado en un mundo gitano en el que, según indican los expertos, cada vez se asimilan con más naturalidad las normas de convivencia generales, amoldándose los calós a costumbres y valores generales, aunque siempre tratan de mantener viva la indiosincracia de su etnia. Por otro lado, el presunto rapto de Diana y Adán ha causado sorpresa en Sarria. Las familias afectadas por el hecho son sobradamente conocidas en la villa y tanto los vecinos como quienes conocen a los protagonistas del suceso coinciden en señalar el correcto comportamiento de unos y otros. La solución al problema, si se aplicara la ley gitana, consistiría en devolver a madre e hijo al domicilio y que el secuestrador, si lo hubiere, presentara disculpas a la familia de la mujer. Pero al existir una denuncia de por medio la solución expuesta no impediría que el culpable del teórico delito compareciera ante la Justicia. La frontera entre gitanos y payos es cada vez más tenue, sobre todo en lo tocante a respetar las leyes que regulan la convivencia.