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Por las riberas de Vilar de Ortelle

C. Rueda / F. Albo

LEMOS

Parajes de gran interés paisajístico e histórico rodean varias localidades del municipio de Pantón que en la actualidad se encuentran casi despobladas

20 ene 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Las tierras de la ribera del Miño en la parroquia de Vilar de Ortelle, en Pantón, no suelen recibir todavía muchas visitas turísticas, pero figuran entre los parajes más singulares y atractivos de la comarca de Lemos. Son tierras de abundantes y frondosos robledales, devesas y bosques de castaños, labradíos y praderías que se van abriendo poco a poco en extensos viñedos que cubren las riberas por encima de las apacibles aguas del Miño. La regresión demográfica se ha hecho notar con gran fuerza -especialmente en los últimos años- en esta parte de la Ribeira Sacra. Entre las aldeas de A Míllara, Balboa, A Lagariza y Rubiás, situadas en las inmediaciones del arroyo de Valboa, no suman en la actualidad más de cuatro vecinos.

Para acceder estas aldeas hay que salir primeramente de Ferreira de Pantón por la carretera que lleva a Escairón. En el kilómetro cinco es preciso tomar un desvío a mano izquierda que conduce al lugar de Santa Mariña y, una vez allí, continuar el recorrido por la carretera que lleva a Marce y A Lagariza. En el kilómetro 9,5 hay un desvío que lleva a Valboa y A Míllara.

La aldea de A Míllara es la primera de la zona que se quedó totalmente deshabitada, hace de esto ya más de treinta años. Pese a esta circunstancia, la vieja población abandonada está sufriendo una profunda rehabilitación desde comienzos de esta década merced a un grupo de empresarios y profesionales que adquirieron todas las viviendas de la localidad para rehabilitarlas-convirtiéndolas en residencia vacacional- y recuperar sus viñedos. La aldea recobra así poco a poco su tradicional fisonomía, ya que este proceso de restauración mediante iniciativa privada respeta la arquitectura típica de la zona y no altera la ubicación ni los volúmenes de las antiguas edificaciones.

Cerezas a través del Miño

A Míllara era un importante punto de atraque fluvial. Aquí estaba la llamada barca de O Gaiteiro, que llevaba a los vecinos del lugar cuando se desplazaban a la orilla opuesta del Miño por algún motivo, como por ejemplo para asistir a las fiestas de Erbedeiro y Chouzán, en el vecino municipio de Carballedo. El punto de atraque en la otra orilla era el puerto de Chouzán.

Pero cuando más se utilizaba la barca era durante la época de la recolección de las cerezas, que se llevaban a vender al pueblo de Nogueira, en Chantada. Hasta quince cestos de cerezas se cargaban en cada travesía hasta el lugar de Estrada Vella, punto de atraque y de venta situado por debajo de Nogueira. A este lugar también acudían con cerezas para su venta los vecinos de Ribeiras de Miño. En aquellas jornadas se ponía a la venta una media de cincuenta cestos de cerezas. El mejor postor se llevaba toda la mercancía y los compradores que acudían a la puja venían de Chantada.

En el lugar de Valboa, por otra parte, se celebraban antaño unas fiestas muy populares a las que acudían vecinos de muy diversos lugares de los alrededores, tanto de la parroquia como de otros municipios: Pesqueiras, Eiré, Nogueira, Sernande, Erbedeiro... La banda de Sobrado do Bispo, de la provincia de Ourense, se encargó durante años de amenizar aquellos festejos. Los músicos se desplazaban en coche de línea hasta el pueblo de Marce. El resto del camino hasta Valboa tenían que hacerlo a pie, ya que en esos tiempos aún no había carreteras. Cada músico era alojado en casa de un vecino y tenía derecho a cama y manutención.