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El hospital reparte aparatos de autocontrol a usuarios de Sintrom

LEMOS

Es el primer centro sanitario gallego que utiliza este método, que aumenta la autonomía de los pacientes

24 ene 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El Hospital Julián García de Monforte es el primero de Galicia que aplica un sistema de autocontrol domiciliario de los pacientes tratados con Sintrom, el medicamento anticoagulante indicado para personas con riesgo de padecer trombosis o embolias. Medio centenar de estos pacientes hacen ya, desde el mes de diciembre, su propio control sobre el tratamiento que reciben. Para ello, utilizan unos aparatos digitales que les cede el hospital y que miden su nivel de coagulación sanguínea.

El servicio de hematología del hospital monfortino puso en marcha de forma experimental este nuevo sistema a principios del año pasado con un grupo de diez pacientes. Desde finales de año se aplica ya a cincuenta, y el número irá creciendo progresivamente en los próximos meses. Este método está especialmente extendido en el norte de Europa y fue recientemente introducido en España por el hospital Sant Pau de Barcelona. Según explicó ayer el delegado provincial de Sanidade, Miguel Ángel Rodríguez, hasta ahora sólo se aplicaba en ese centro hospitalario y en otro de Madrid.

El delegado de Sanidade se desplazó ayer a Monforte para participar en la presentación oficial del proyecto junto con el director provincial del Sergas, José Luis Rodríguez, el director del hospital de Monforte, Javier Puente, y el jefe de la sección de hematología de este centro, Eduardo Gómez Torreiro. Este último explicó los pormenores del sistema y las ventajas que reporta a los pacientes que lo utilizan. Les permite reducir el número de visitas al centro sanitario en el que los médicos supervisan su evolución clínica, pero al mismo tiempo mejoran la seguridad. Si hasta ahora tenían que pasar por la consulta una vez cada tres o cuatro semanas, ahora se hacen ellos mismos un control cada siete días y sólo tienen que ir al médico dos o tres veces al año. En esas visitas, el facultativo vierte en un ordenador los datos grabados por el aparato durante los controles domésticos para comprobar los resultados. «Son citas de máis tempo e calidade que as actuais», dijo ayer Eduardo Gómez Torreiro.

No más de 60 años

No todos los pacientes a tratamiento con Sintrom pueden utilizar este método. Sólo se entregan los aparatos a personas con una indicación de anticoagulación indefinida y de no más de 60 años, porque se supone que en edad laboral pueden sacar más partido de la mejora de la calidad de vida que supone reducir las visitas obligatorias al médico. Además, las personas a las que les son entregados los coagulómetros digitales tienen que pasar previamente por un pequeño curso formativo para aprender su funcionamiento y deben haber acreditado que son capaces de manejarlos.

La compra de los aparatos supuso para el hospital un gasto de 11.770 euros. Las tiras reactivas que serán entregadas a los pacientes para que se tomen muestras ellos mismos costarán otros 11.350 euros cada año.