El vino vislumbra el cambio climático

LEMOS

Los llamamientos de los expertos para adaptar las pautas vitícolas al fenómeno del calentamiento global contrastan con la escasez de estudios serios a los que atenerse

10 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El cambio climático es una realidad también en el viñedo. Lo dijo alto y claro en una reciente jornada sobre viticultura celebrada en Monforte Vicente Sotés, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid y responsable de la comisión de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) que investiga el fenómeno del calentamiento global a nivel mundial. Aunque el aumento de las temperaturas medias que se desprende de las series históricas más recientes tiene una incidencia variable en el mapa vitícola español, Sotés considera que habría que tomar en consideración «los modelos existentes para prevenir escenarios que se avecinan». Alteraciones que no son uniformes en todas las regiones, pero que en el caso del vino se están dejando sentir de un tiempo a esta parte de forma generalizada.

La aparición de plagas inusuales en Ribeira Sacra como el blak-rot (podredumbre negra) - que ha causado daños significativos en las últimas vendimias- o las situaciones de estrés en las cepas por la sequía -con las consiguientes alteraciones en el proceso de maduración- serían un anticipo de esos escenarios que muchos expertos creen que se aproximan. Pero también es cierto que tanto el menor riesgo de heladas en momentos clave del desarrollo de la planta como el incremento de temperaturas en las estaciones de crecimiento del fruto, características de las últimas cosechas que también se asocian al cambio climático, pueden propiciar maduraciones óptimas si se aplican unas condiciones adecuadas de adaptación de la planta.

Más lento al norte

«Pese a la variabilidad hay un incremento de más de 0,7 grados en los últimos cien años y a partir de los setenta todas las décadas han sido más cálidas», apunta Sotés, quien advierte, no obstante, que en el caso de la península ibérica el centro y el sur son, de momento, los más afectados por el aumento de las temperaturas. En el horizonte del 2050, según el especialista en viticultura, «se podrán cultivar variedades mediterráneas como la garnacha más al norte de lo que hoy se considera factible». La otra cara de la moneda está en el futuro de las zonas más meridionales de la península, donde ya se están produciendo fenómenos de sobremaduración de la uva y de exceso de carga de alcohol en los vinos.

A partir de la base de que habrá zonas que mejorarán y otras que irán a peor en sus condiciones para el cultivo del viñedo, la investigación que lleva a cabo la OIV busca determinar las medidas para la adaptación del cultivo al calentamiento global. Sotés tiene claro que el mapa vitícola europeo experimentará una transformación radical en los próximos cincuenta años como consecuencia del cambio climático. «Al norte de Europa desaparecerán los problemas de maduración y el cultivo del viñedo será viable en países como Dinamarca, donde nunca se dieron las condiciones necesarias», afirma el catedrático.

Caída de la hoja

El estudio en el que participa Sotés, junto a otros expertos internacionales, parte de la hipótesis de que a medio plazo el sur de Inglaterra tendrá las mismas condiciones para el cultivo de la vid de las que disfruta hoy la Champaña francesa. «Champaña, precisamente, es una de las zonas en las que existe una mayor preocupación. Allí han podido constatar en los últimos años un importante desfase entre la vendimia y la época habitual de la caída de la hoja, que antes casi coincidían», explica el catedrático de la Politécnica. Como consecuencia de este fenómeno, añade, «las plantas tienen más reservas y la producción aumenta al año siguiente».

Viticultores de Ribeira Sacra también han podido constatar en las últimas cosechas un paulatino retraso en la caída de las hojas, que en algunos casos no se ha producido hasta la llegada tardía de las primeras heladas. Sea consecuencia de un simple ciclo meteorológico o un anticipo de las anunciadas consecuencias del cambio climático, lo cierto es que los parámetros habituales también están cambiando en el escenario de la viticultura heroica.