Las negociaciones de Cosmos entran en un punto muerto

x. r penoucos SARRIA / LA VOZ

LEMOS

Los trabajadores de Cementos Cosmos volverán a manifestarse pasado mañana.
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La empresa rechaza la exportación y el comité pide nuevos interlocutores

06 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La reunión que mantuvieron ayer el comité de empresa y los representantes de la dirección de Cementos Cosmos fue más prolongada que la primera, pero solo sirvió para que las conversaciones llegaran a un punto muerto.

Los trabajadores consideran que la situación ya desbordó a los responsables de la factoría de Oural y que por ello es imprescindible que entren en liza nuevos interlocutores con mayor poder de decisión. En principio esta petición no fue rechazada por la empresa y posiblemente antes del día 20 habrá una nueva reunión a la que podrían asistir directivos de Votorantim de la delegación central de Madrid.

La empresa rechazó de plano que la exportación fuera viable, argumentando que los costes operativos, la situación de la planta y su distancia a un puerto que consideraron idóneo desaconsejan usar la explotación de clínker como argumento principal para mantenerla operativa. La opinión del comité es diametralmente opuesta y se ampara en que la empresa solo hizo el estudio de exportación basándose en usar como base el puerto de A Coruña, mientras que el de Vilagarcía supondría un ahorro de un 75% solo en aranceles.

El desacuerdo entre ambas partes también es total en lo que se refiere al precio por tonelada. La empresa insiste en que el coste es muy elevado y los trabajadores argumentan que hay que hace nuevos cálculos adaptador al número de empleados que hay actualmente en la factoría.

Desde Cosmos mantienen que las empresas cementeras tienen parado el 60% de la capacidad de producción y que hubo expedientes de regulación de empleo en otras cementeras como Cemex, Portland o Holcim y se cerraron tres plantas. En respuesta, los trabajadores ofertaron una batería de medidas como aceptar la movilidad geográfica y funcional, crear nuevos turnos adecuados a las nuevas necesidades y renunciar a las retribuciones por festivos durante los dos próximos años, así como asumir dos campañas de congelación salarial. También se puso sobre la mesa la opción de llevar a cabo despidos pactados por cantidades inferiores a las establecidas en el convenio si la patronal asumía los costes de la Seguridad Social.

Como conclusión, los representantes de la patronal expusieron con claridad que si no se producían soluciones concretas e idónea, se verían abocados, cuando menos, a aplicar un expediente de regulación de empleo.

Por su parte, desde el comité insistieron en que la viabilidad de la factoría es posible sin problema y que las cifras reales de Cimpor tanto en el 2010 como en el 2011 supusieron una cantidad «ingente» de beneficios, por lo que no tiene sentido cerrar la fábrica.