
Dos señales que limitan la velocidad a cincuenta kilómetros por hora en el tramo chantadino de la N-540 llevan unos días emborronadas con pintura. Los autores de lo que parece ser una simple gamberrada taparon con pintura negra la parte central de la señal, la que indica la velocidad que no se puede superar, en Rabelas, un lugar de la parroquia de Veiga en el que no se puede circular por encima del límite establecido para las travesías urbanas. Los 92 kilómetros de la N-540 tienen algo más de setecientas señales. Son tantas que en algunos tramos la proliferación de advertencias puede crear confusión en los automovilistas. En otros casos, en cambio, no están claramente indicadas las limitaciones de velocidad y su duración concreta. foto roi fernández