Los monfortinos recordarán para siempre el 6 de enero de 2014
07 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El gordo de la lotería no cae todos los días. Menos aún en Monforte, donde nadie recuerda premios importantes. El sorteo del Niño de ayer fue la excepción. El número 76.254, vendido íntegramente en la administración número 3, situada en el barrio de la Estación, deja en la zona la friolera de 120 millones de euros, 105 millones en décimos vendidos en ventanilla y en distintos bares monfortinos y 15 repartidos por un negocio de hostelería de Sober. Son veinte mil millones de las antiguas pesetas, el equivalente a diez veces el presupuesto municipal.
Los bancos de Sober, donde el premio fue repartido por el bar de la bodega Marcelino, abrieron sus puertas para que los nuevos millonarios pudiesen poner sus décimos a buen recaudo. Algún que otro directivo de entidades bancarias se dejó caer también a lo largo de la mañana por la administración de lotería que fue agraciada con el gordo para tratar de captar depósitos.
En Monforte, sin embargo, el gordo tardó en dejarse sentir en las calles del centro. Una hora después de que saliese el primer premio, el ambiente en la zona peatonal era el propio de un festivo cualquiera. Poca gente por la calle y escaso movimiento en las cafeterías. La fiesta estaba en el barrio de la estación y en los bares de la periferia que repartieron el 76.254. Solo el sonido del claxon de algún que otro vehículo y las conversaciones de los paseantes amarrados al móvil delataban en otros lugares la lluvia de millones. «¿Eres millonario o estás como yo?», era la pregunta obligada.
Los 120 millones de euros caen como agua de mayo en una ciudad volcada en los servicios que ha visto pasar las Navidades más tristes en cuanto a ventas que se recuerdan en mucho tiempo. «La noche de fin de año, a eso de las cuatro de la madrugada, había sacado para pagar a los camareros», señala el propietario de un pub de Duquesa de Alba.
Llueve menos
Por obra y gracia del sorteo de Reyes, la economía local puede dar un giro importante al menos a corto plazo. «É moito diñeiro e iso vaise notar necesariamente», apunta el alcalde. Según Severino Rodríguez, los cuatrocientos décimos vendidos pueden tener «seiscentos ou setecentos beneficiarios, xa que hai moita xente que xogaba o número a medias». Los nuevos millonarios ya no piensan en dejar de trabajar, pero encaran el futuro con un colchón más mullido. Hay se cancelarán muchas hipotecas y, como dice el exalcalde de A Pobra, uno de los agraciados con el gordo, «se te levantas e chove, parece que chove menos».