La etiqueta «Súmmum» se sitúa en el vértice de la pirámide de calidad de Ribeira Sacra. En los tintos, identifica a los vinos elaborados al menos con un 85% de variedades «preferentes»: mencía, brancellao, merenzao, sousón, caíño tinto e tempranillo. Si el vino es «Ribeira Sacra» a secas, en su composición entra como mínimo un 60% de mencía. Los «Súmmum» blancos, por su parte, se elaboran exclusivamente con variedades blancas preferentes, es decir, loureira, treixadura, godello, dona branca, albariño y torrontés. No hay, de momento, ningún otro sello diferenciador.
¿Por qué no ir más lejos? Entre otras cosas, según el consejo regulador, porque una zonificación requiere un trabajo exhaustivo que no estaría al alcance, si se quieren hacer las cosas con rigor, de una denominación de origen de las dimensiones y los medios de Ribeira Sacra.
Nada de buenos y malos
«No buscamos diferencias entre buenos y malos viñedos, sino dar indicaciones que puedan ser útiles según el tipo de vino que se quiere elaborar, que puede ser ligero y fresco en un tinto joven, o más complejo si se trata de hacer una crianza en barrica», apunta Mar Vilanova, de la Misión Biológica de Galicia, con ánimo de contextualizar la investigación desarrollada en viñedos de Doade.