
La antigua fortaleza permanece tapiada con tablones de madera debido a la caída de un tramo de muro en Santo Domingo
15 may 2014 . Actualizado a las 09:42 h.No hay gobierno amigo que valga para la muralla del conjunto monumental de San Vicente. Todos los intentos que se llevaron a cabo en los últimos años con el fin de conseguir su recuperación integral terminaron en nada. Hubo algunas reparaciones puntuales, como la que hizo necesaria en el 2001 el desplome de un tramo en Santo Domingo, o los trabajos de acondicionamiento realizados en aquella época por la escuela taller. Pero el plan director anunciado hace casi veinte años sigue aparcado en algún rincón. No consiguió desempolvarlo Nazario Pin con el PP al frente de la Xunta, ni tampoco Severino Rodríguez cuando su compañera de filas Ánxela Bugallo ejercía de conselleira de Cultura.
Desde el derrumbe que se produjo a la altura de la Cárcel Vieja, la muralla no había vuelto a evidenciar problemas de estabilidad en ninguno de sus tramos. En los últimos días, sin embargo, se produjo un pequeño desplome en la parte superior de la calle Santo Domingo, a la altura del Parque dos Loureiros. No es un desmoronamiento aparatoso, pero suficiente para reabrir el debate sobre la conservación de la antigua fortaleza medieval. «Se arregló todo, pero a la muralla no se le toca. Ni siquiera se limpia la maleza», se queja el exconcejal Jaime Vázquez, promotor de la rehabilitación de varias edificaciones en la zona monumental.
Linda con una viña
El último desplome se produjo en un tramo de muro de menor altura que linda con una propiedad particular, uno de los viejos viñedos que aún se conservan en la ladera de San Vicente. Varios tablones de madera advierten ahora del peligro de acercarse a la pared en el lugar en el que se vino abajo la piedra.
Aunque pueda parecer paradójico, la protección a la que está sometido el conjunto monumental no contribuye precisamente a resolver este tipo de situaciones. Los propietarios no pueden actuar por su cuenta en estos casos y las administraciones manejan sus propios tiempos a la hora de intervenir. Por lo de pronto, en el Ayuntamiento no tenían ayer constancia del desplome registrado en Santo Domingo.